En la mitad del siglo XX, nadie ?cuerdo?, hubiera creído que la URSS volvería a llamarse Rusia.
Nuestro continente fue llamado América por decreto colonial. A partir de la invasión en 1492, los europeos han tratado de distorsionar y borrar nuestra memoria histórica ancestral. Al milenario Anáhuac, le llamaron ?Las Indias? y a sus habitantes ?indios?. Posteriormente el nombre de América apareció en honor a Américo Vespucio y así el invasor colonizador negó el nombre milenario y su ancestral civilización.
En la actualidad, en la parte Sur del continente, las personas descolonizadas están llamado al continente Abya Yala, que en lengua kuna significa ?la tierra en plena madurez?. El líder aimara Takir Mamani afirma, ?colocar nombres foráneos a nuestras villas, ciudades y continente es equivalente a someter nuestra identidad a la voluntad de nuestros invasores y sus herederos".
Nosotros, en el Norte, en la lengua franca, el náhuatl, usada por todos los pueblos ancestrales, le llamamos Anáhuac. Por tanto, en una actitud de dignidad y una acción soberana, hemos decidido llamar al continente de nuestros Viejos Abuelos, Abyanáhuac, usando parte de los dos términos para formar un tercero que nos identifique y nos unifique, porque somos una sola civilización desde Alaska hasta la Tierra del Fuego, con muchas culturas diferentes, en tiempo y espacio, pero todas unidas por una misma matriz de conocimiento de miles de años.
En los primeros tres siglos de la invasión-ocupación de la corona española, quienes disponían de todo el poder fueron los españoles peninsulares, generalmente enviados por España para gobernar y administrar la explotación y la extracción de riquezas. Los hijos de los españoles nacidos en el continente Abyanáhuac, se les llamó criollos, y eran españoles de segunda en el ejercicio y disfrute del poder político, económico, religioso y militar, lo cual creó un resentimiento, envidia y frustración permanente entre los criollos.
Durante tres siglos vivieron bajo la sombra de sus parientes gachupines a quienes servían como trabajadores de confianza, pero siempre en un plano de inferioridad racial, cultural y sobre todo económica. En una familia podía existir hermanos gachupines y criollos, por haber nacido en España o en Anáhuac.
En 1810, un cura criollo, al que el pueblo apodaba ?el zorro? por sus andanzas con las mujeres, el juego de cartas y los negocios, al saberse descubierto en sus intrigas conspirativas en contra de los gachupines, convocó a los pueblos anahuacas a luchar por su causa en contra de los gachupines, prometiéndoles la anhelada libertad. En El Grito de Dolores, dijo: ?es hora de matar gachupines, vivan los reyes de España?, porque en ese momento los reyes de España estaban presos en París por Napoleón y en España gobernaba su hermano José Napoleón, por lo que técnicamente las colonias eran de Francia, pero por la derrota de la batalla naval de trafalgar en 1805, a manos del Almirante inglés Nelson, Francia quedó sin armada y el Atlántico era dominio de los ingleses. Así comenzó la lucha fratricida de once años entre invasores con la ayuda de los pueblos anahuacas. Posteriormente entraron a la lucha los mestizos, como José Ma. Morelos y Vicente Guerrero, hasta llegar a un acuerdo y hacer la paz, para fundar un país entre criollos y gachupines, en el que quedaron excluidos y traicionados los anahuacas.
En 1828, cuál es siempre su costumbre, los criollos traicionaron a los gachupines y los expulsaron de ?su país?, provocando la primera gran fuga de capitales. Vendrán dos siglos de luchas fratricidas por el poder entre criollos en medio de invasiones extranjeras y la pérdida de más de la mitad del territorio heredado de la Colonia.
A mediados del siglo XIX, a Napoleón Tercero se le ocurrió recuperar las colonias iberoamericanas que había perdido España y se inventó el concepto de ?América Latina?, esta supuesta latinidad, según él, le permitía moral y legalmente a Francia hacer suyos los territorios perdidos por España. Un anahuaca zapoteco le enseñó que no era posible y el segundo imperio fracasó. Pero, sin embargo, se quedó el concepto colonizador de la supuesta latinidad de los descubiertos e invadidos.
Sin embargo, E.U. a principios del siglo XX, inició la puesta en práctica de la Doctrina Monroe ?América para los americanos?, y estos dejaron de ser yanquis para convertirse en ?americanos?. Actualmente en todo el planeta, se le llama a E.U. -América-, y a sus ciudadanos les dicen y se nombran ellos mismos ?americanos?.
Como los invadidos y explotados, ya no podemos ser ?americanos?, ahora somos latinoamericanos, hispanos y hasta sudacas, porque para los vecinos América es, desde el Río Bravo hacia el Norte, y para el Sur, es Latinoamérica. Es decir, una América anglosajona y una América hispana, esto, según los neocolonizadores.
La gente mansa, dócil y colonizada lo acepta sumisamente; los ignorantes de sí mismos, los que no tienen memoria histórica, ni dignidad. Nosotros los resistentes, los indignados y los insurgentes culturales, proponemos, en un acto de justa y digna rebeldía descolonizada, llamar al territorio de los anglos, la Abyanáhuac inglesa y a la otra parte del continente, la Abyanáhuac criolla, porque los que tienen el poder económico, político, educativo, cultural y de comunicación son los criollos.
Desde el Río Bravo para el Sur, han sido las oligarquías criollas las que han usufructuado el poder económico y político. Han excluido a las grandes masas de mestizos y anahuacas en la toma de las decisiones, de los países independizados y creados por las élites criollas, desde Agustín de Iturbide y Simón Bolívar hasta Felipe Calderón y Carlos Menem. Los criollos del continente han diseñado sus países de ellos y únicamente para ellos. Son dueños de la riqueza y están encumbrados en los puestos medios y altos de los gobiernos y la iniciativa privada. Ellos y su ideología es la que manda en todos los países al Sur del Río Bravo.
Por esto, Abyanáhuac criolla es más justo y exacto que ?América latina?. Así que, si los países al Sur del Río Bravo son subdesarrollados, explotados por naciones y empresas trasnacionales, es porque las élites criollas son ineptas, corruptas y traidoras a sus naciones. Los criollos jamás han amado y respetado a los pueblos invadidos, jamás han luchado por una verdadera independencia económica, ideológica y cultural, eso iría contra sus propios intereses históricos y económicos. Mediocremente mantienen a ?sus países?, como botín neocolonial. Alquilan barato a sus pueblos en un neo esclavismo y rematan sus recursos naturales para la depredación salvaje, llevándose las ganancias a sus ?madres patrias?.
Operan con una mentalidad rentista y alpargatera, despreciando históricamente a los pueblos y territorios que les han dado asilo y riqueza. Educayotl AC. Descolonizar es dignificar.