Cursos

Podcast

Canales Youtube

Visitantes

39,047,628

Falsa la existencia de sacrificios humanos. Miguel Ortiz.

Hits:74863

TESTIMONIOS TENDENCIOSOS

 


La existencia de sacrificios humanos masivos en Anahuak es un hecho incuestionable por la historia oficial. Igualmente incuestionable era que el planeta Tierra estaba al centro del universo o que EUA ganó la guerra en Vietnam, pero ¿realmente es cierto? ¿Quién lo dice? Para fundamentar la cada vez más débil e inconsistente idea de sacrificios humanos en México se toman como históricas principalmente las siguientes fuentes:

 


BERNARDINO Y DIEGO

 


Los testimonios de Bernardino de Sahagún,  Diego Durán y Diego de Landa, todos ellos frailes católicos, predispuestos contra la religión Anahuaka; los tres ofrecen narraciones que van desde lo fantástico a lo folclórico sin olvidar los aspectos sangrientos y detalles que posteriormente le darían “veracidad a sus aseveraciones”.

  

Bernardino de Sahagún dijo “con unos navajones de pedernal les aserraban por los pechos y les sacaban los corazones bullendo y se los ofrecían a los ídolos que allí presentes tenían…, y de esta manera sacrificaron a todos los demás” Por su parte Bernardino de Sahagún y Diego Durán afirmaron que los cautivos fueron sacrificados representando los Dioses de los mexicas, versión que contextualizándola en el Cristianismo es análoga a afirmar que a los cautivos para sacrificarlos eran caracterizados como si fueran Jesús.

 


EL OTRO DIEGO

 


Diego de Landa, obispo español, fue quien organizó la infame e irreparable quema de códices Mayas,  declaró “dentro de ese pozo  (los cenotes) habían tenido la costumbre de arrojar hombres vivos, como sacrificio a los dioses en tiempos de sequía…” En un sitio donde el agua dulce era escasa y preciada es prácticamente imposible que los mayas, los educadores del mundo contaminaran con cadáveres la base de su supervivencia, además todos sus testimonios fueron conseguidos a base de torturas, personalmente no presenció ningún sacrificio humano.

 


Los historiadores basados en la palabra de supuestos testigos dicen que se sacrificaba a cientos o miles de víctimas en las grandes fiestas ¿Cómo es posible que las ciudades anahuakas estuvieran limpias y su aire fuera tan puro, si había cuerpos descomponiéndose en cantidades de cientos o miles?

 


Y BERNAL MINTIÓ…

 


Pero sin lugar a dudas el soldado Bernal Díaz del Castillo es la máxima fuente de la “existencia” de los sacrificios humanos, en su relato contenido en “historia general d las cosas d la Nueva España” dice haber presenciado un sacrificio humano en el Templo Mayor (DF) mientras él se encontraba en Tlacopan ¡a 7km de distancia! diciendo que desde esa distancia vio a sus compañeros siendo tomados y llevados, en el centro y tomando un cuchillo de obsidiana les aserraban el pecho y sacaba el corazón latiendo y tiraban por las escaleras del templo sus cuerpos y abajo esperando jaguares para devorarlos. Analizando esta afirmación se evidencian fácilmente graves inconsistencias: 

 


7 km. es la distancia que hay desde la estación Pullman Casino de la Selva hasta Wallmart Jiutepec, luego entonces ¿Es posible ver algo a esa distancia?  Resulta imposible ver a alguien o algo, mucho menos a la mano de alguien sosteniendo un cuchillo de obsidiana y sacando un corazón humano (que es del tamaño de una manzana) y más increíble resulta la afirmación de que pudo ver que el corazón aún latía. Para haber visto que al pie de la pirámide había jaguares, un observador tendría que haber estado o dentro de la pirámide o al pie de ella y no a kilómetros de distancia.

 


¿CÓMO DICE QUE DIJO?

 


Dice que le abrían el pecho con el cuchillo de obsidiana y de allí sacaban el corazón latiendo, pero cualquier persona sabe que el corazón humano está protegido por los huesos de la caja torácica, concretamente por el esternón y las costillas. El Dr. en Etnología Peter Hassler Para sacar el corazón de alguien primero es necesario cortar el hueso de tórax, el esternón, con una sierra eléctrica, luego hay que separarlo con pinzas especiales.  Si se toma en cuenta que no había sierras eléctricas en 1519, quedan las opciones de: usar cincel y martillo, pero eso puede llenar el corazón de astillas de hueso, perforándolo y destrozándolo antes de poder sacarlo; puede abrirse el abdomen y meter el brazo desde abajo hasta llegar al corazón ¿pero como removerlo de su lugar? Sólo arrancándolo y al hacerlo también se rompería y dejaría de latir, y una parte importante en la narración es “sacaban el corazón aun latiendo” ¿o no?

  

Adicionalmente todos estos procedimientos no pueden realizarse con un cuchillo de obsidiana y mucho menos “entre tetilla y tetilla” como dijo Bernardino de Sahagún, porque la obsidiana pierde su filo al primer corte que realiza. ¿Cómo podrían sacrificarse a cientos o miles de personas con estas técnicas tan primitivas?  Sin embargo reza el dicho popular “di una mentira mil veces y se convertirá en verdad”.

 


EVIDENCIANDO LAS “EVIDENCIAS”

 


Los huesos humanos cortados o acomodados que se han hallado tampoco son evidencia de sacrificios, puesto que en muchas culturas usan cráneos y huesos con uso didáctico o ceremonial. Además no se han encontrado en Anahuak las fosas de los supuestos cientos de miles de sacrificados que hubo.

  

Bajo este punto de vista, si en mil años alguien encontrara un cementerio de los actuales con cientos de tumbas, podría pensar que éramos sanguinarios y que sacrificábamos en masa a nuestros semejantes colocándolos en cajas de metal y acomodándolos ritualmente para ofrecerlos a nuestros dioses.

 


Concluye el Dr. Hassler “mis investigaciones dan por resultado que la probabilidad de la existencia de los sacrificios humanos institucionalizados entre los mexicas y otros pueblos indios es tan pequeña que no se puede decir otra cosa que estos sacrificios eran inexistentes.”

 


LAS METÁFORAS

 


Hay códices en los que se mira a un sacrificado, mientras su corazón con alas vuela hacia lo alto ¿Por qué forzosamente debe tratarse de un sacrificio? Simbólicamente interpretado significa la renovación espiritual. También puede tratarse de una cirugía. Los médicos en la época medieval hacían sangrías a los enfermos (cortes en el cuerpo para que “saliera la enfermedad”), si vemos una pintura de esa época ¿pensamos que los médicos sacrificaban a sus pacientes desangrándolos hasta morir? No, por supuesto. ¿Por qué tan mala visión, tan poca imaginación para juzgar los códices y pinturas anahuakas? Porque la historia que repetimos una y otra vez, “la oficial” es la que han dicho que hay creer, que todo aquel que opine o piense diferente es ignorante o loco.  Cuando decimos “te hablo con el corazón en la mano” ¿tenemos que morir o sacarle el corazón a alguien más y colocarlo en nuestra mano? Si hay guerra en África la llaman “conflicto entre tribus”, si es en Sarajevo se llama “problemas entre etnias”, si es en Irak es “lucha contra el terrorismo”, la interpretación de los hechos responde a los intereses creados del agresor.

 


Suponen que las llamadas Xochiyaoyotl (Guerras floridas) tenían como objetivo capturar prisioneros para los sacrificios, el etnólogo Frederic Hicks dice que  “los datos concernientes a las guerras floridas son escasos y no justifican la generalización de que estas guerras tenían por objeto obtener cautivos para sacrificar”.
En lo referente al  Juego de Pelota, la referencia a los sacrificios es muy vaga en sus fuentes, ni siquiera se conocen las reglas y objetivos del juego, puesto que ninguno de los invasores presenció nunca un juego, por tanto es incomprensible que afirmen que al finalizar el juego se matara a los perdedores.

 


Antes de la primera mitad del siglo pasado, la antropóloga, historiadora e investigadora Eulalia Guzmán, descubridora de los restos del último Tlatoani, el venerable Kuauhtemok, estableció mediante el análisis de fuentes históricas su postura sobre los sacrificios humanos de los aztecas, negando que éstos hayan ocurrido “son cuentos para niños, fantasía e imaginación de los españoles”.

 


JUSTIFICANDO LO INJUSTIFICABLE

 

Como los españoles en Anahuak estaban haciendo destrozos por doquier, como justificación para sus actos fabricaron información “veraz” para escandalizar y poner de su lado a los piadosos cristianos católicos, quienes horrorizados, trataron de impedir mediante mentiras, tortura y muerte que las almas de los pobre indios se fueran al infierno, ¡Pero si los indios no tenían alma! Según ellos mismos, eran similares a los animales ¿Quién les entiende? Por una parte se mantenían en Guerra permanente (las Cruzadas y similares) mientras que por otra tenían a la Perversa Inquisición asesinando legalmente a su favor. Escalofriantes sin duda son afirmaciones como “más allá del mito del buen salvaje, la América precolombina era un mundo de una bestialidad atroz, por mucho que estuviera más o menos desarrollada en aspectos técnicos.

  

Y la extensión de los sacrificios humanos y de la antropofagia era parte esencial de unas culturas en el polo opuesto de los derechos humanos” (de  www.edicionescatolicas.com).
Los sacrificios humanos sólo existen en la mente de quienes lo crearon y quienes repiten su existencia, no en la historia real de Anahuak. La verdad es para decirla, no para ocultarla. Y como diría el Dr. Hassler “Por eso les pregunto a ustedes, estimados mexicanos, si después de 500 años de la adoctrinación española ¿no será ya tiempo de liberarse de los cuentos para niños sobre los sacrificios humanos y el canibalismo que difundían los españoles?”

  Miguel Ortiz vonmich98@hotmail.com

Buscar