El eurocentrismo inicia en 1492 con la invasión y saqueo de América, como resultado de esta riqueza mal habida nace el capitalismo en Europa, y en 1776 nace el primer país del mundo, que con la revuelta de París planeada y financiada por los “mercaderes”, comienzan la destrucción del sistema monárquico, primero en Europa, y luego con sus cañoneras en todo el planeta.
En 1776 nace “la democracia de los mercaderes” y a través de una labor silenciosa, encubierta y concertada, los mercaderes a través de su poder económico, irán tomando el control de los gobiernos “democráticamente elegidos”, por ellos mismos.
La civilización Occidental es una civilización de muerte. Ninguna otra, en tan poco tiempo, -500 años-, ha hecho tanto daño a todos los pueblos y al mismo planeta. Sustentada en el mundo material, en el comercio, la guerra, la explotación irracional y enajenación de los seres humanos y el medio ambiente, en síntesis, “el culto al becerro de oro”, ha destruido los valores y principios de la sabiduría perene de la humanidad.
La ambición y avaricia desmedida de sus ocultos dirigentes, maliciosamente se ha dedicado a embrutecer y enajenar a los seres humanos. Con el falso paradigma de “la democracia, la libertad y la modernidad”, han creado sociedades consumistas sin límites, sin memoria histórica, sin identidad, materialistas, mezquinas, individualistas, insensibles, pero sobre todo, han logrado mermar de manera sensible el sentido espiritual y sagrado del mundo y la vida.
Los “humanos y sociedades” producto de esta nefasta trasformación se han vuelto como “zombis de la modernidad”, en “un mundo al revés”, brutalmente degradado, sin el más mínimo “sentido común”, sin el respeto a la vida, comenzando con la de ellos mismos. Seres embrutecidos que vagan en la selva del consumo en busca de dinero a cualquier precio. Ese es el humano producto de la modernidad.
El punto de esta entrega, amable lector, es señalar que el ser humano “moderno-occidentalizado-eurocentrico”, ha perdido el sentido común, el más esencial para garantizar su supervivencia y continuidad en el planeta. Mire usted, no existe ningún mexicano que no sepa que la coca cola, que la programación de televisa y los partidos políticos son tóxicos y nocivos a la salud física, mental y comunitaria.
Sin embargo, somos el país que más consume coca cola y ve más tv en el mundo. Todos saben que la televisión comercial tiene como misión engañar y enajenar al pueblo y a pesar de saberlo, la gente está pegada a la pantalla. Todos sabemos que los partidos políticos trabajan para los ricos y que tienen como misión “dividir y enfrentar” al pueblo, que el sistema de la democracia representativa implica la legalización de los corruptos en el gobierno.
No solo en México, “en todo el mundo libre”, se sabe que la política está sustentada en la corrupción y que “el dinero manda”. Nadie ignora que entrar a la política es entrar al mundo más envilecido y degradado de “la humano”, porque se está usurpando el bien común más importante de un pueblo…su gobierno. En efecto, el gobierno debería estar al servicio y procuración del bienestar del pueblo, y todos sabemos que no es así, por tal razón la degradación política y la corrupción son un delito de lesa humanidad.
Que el pueblo peruano haya votado por la hija del asesino, ladrón, dictador y convicto Alberto Fujimori, quien huyó de Perú fingiendo un viaje oficial a Japón, y allá renunció a la presidencia y se acogió a la ciudadanía japonesa para burlar la justicia peruana.
O el pueblo argentino que votó por Mauricio Macri, empleado sumiso del capital financiero internacional quien fue financiado por los dueños de “los fondos buitres” e inmediatamente de asumir la presidencia empezó a pagar ese cuantioso atraco a la nación argentina e inmediatamente implementó medidas para desaparecer los logros sociales de la mandataria anterior.
O el pueblo venezolano que esta bombardeado por la desinformación de los “medios de los mercaderes” para acabar con el intento de soberanía de la revolución bolivariana. En efecto, Venezuela posee una de las mayores reservas de petróleo del mundo y la oligarquía local se ha aleado con los mercaderes internacionales y está creando una desestabilidad, económica, política y social, para derrocar al régimen democráticamente constituido. El pueblo no se da cuenta que asesinaron a Chávez y que están atentando contra la soberanía nacional.
O el pueblo de México, que cada tres o seis años va a las urnas, sabiendo que TODOS los partidos políticos violan las leyes y normas electorales, y que los candidatos de TODOS los partidos son impuestos por presiones económico-políticas, que favorecen a los grupos corruptos de poder, que su voto jamás será respetado y que, finalmente, TODOS los que andan en las campañas son personas sin escrúpulos que se organizan para tomar el poder en su beneficio personal.
Esta es la muestra más contundente que “los pueblos no saben por quién votan”. Que están en un estado “catatónico*-social-espiritual”, en la total inconciencia e indiferencia de sí mismos y del mundo en el que viven. Y este es el punto, las “maquinarias democráticas” en todo el mundo, solo sirven para legitimar los grandes abusos e injusticias que están cometiendo los dueños del dinero a través de sus empleados los políticos para favorecer la voracidad depredadora de las empresas trasnacionales, los bancos y las organizaciones supranacionales, que han secuestrado a los gobiernos del “mudo libre”, al dejar que los políticos roben a manos llenas a cambio de entregar a los pueblos y sus recursos naturales.
Los pueblos atentan contra sí mismos, al permitir indiferentes que sigan el juego sucio y corrupto de una kakistocracia** (el gobierno de los peores). Se ha corrompido totalmente el concepto de Estado y ya no cumple, ni intenta cumplir, el objetivo por el cual se creó en el S XIX. La gente común está desamparada y vulnerable a la esquizofrenia de los más ricos del mundo en medio de un mundo de zombis.
*Catatonia: Síndrome psicomotor que se da en ciertas formas de esquizofrenia, caracterizado especialmente por el negativismo, la oposición, la catalepsia y estereotipos gestuales.
**“kakistocracia: Gobierno de los peores; estado de degeneración de las relaciones humanas en que la organización gubernativa está controlada y dirigida por gobernantes que ofrecen toda la gama, desde ignorantes y matones electoreros hasta bandas y camarillas sagaces, pero sin escrúpulos. Dictionary of Sociology, Philosophical Library Inc.”