El Estado Mexicano desde 1821 y desde luego tambin, el Virreinato de la Nueva Espaa en los tres siglos de Colonia, han tratado de borrar todo vestigio de una de las seis civilizaciones ms antiguas del mundo. El objetivo ha sido mantener al pueblo, a la base demogrfica sustentadora de este pas en la total ignorancia de s mismos. Al perder la memoria histrica y quedar amnsicos, el pueblo queda indefenso y vulnerable pues carece de identidad y con ello pierde la capacidad de auto determinarse, aceptando mansa y dcilmente todo abuso, explotacin e injusticia.
Los peninsulares en las Colonia impusieron su historia oficial, en la que la conquista y colonia quedan como un hecho civilizador, valiente y cristiano, en la que los ?medios? usados, justician el fin logrado, y por supuesto, la civilizacin invadida qued totalmente excluida y perseguida. En los dos ltimos siglos de ?vida independiente?, los criollos han escrito ?su historia oficial?, partiendo de la premisa que la Colonia fue el ?origen? del nuevo pas que surge a partir de un lucha por lograr la independencia de la Corona Espaola y constituir una repblica libre y soberana. Los criollos ganaron y expulsaron a los peninsulares en 1828, pero mantuvieron intacto el Sistema Colonial, solo se pusieron a la cabeza, pero al igual que los peninsulares, los criollos han excluido totalmente al pueblo y la cultura emanada de la civilizacin invadida en ?su proyecto de pas?.
El desprecio, desconocimiento y descalificacin de la ideologa criolla en la formacin del pas llamado Mxico es demoledor y suicida. Desde gobernantes, polticos, industriales, comerciantes, hasta intelectuales y artistas, con sus grandes excepciones como los muralistas encabezados por Diego Rivera o pensadores como Guillermo Bonfil Batalla y Rubn Bonifaz Nuo, resulta ms que ostensible en ?la sociedad mexicana?. Bstenos citar al insigne educador y creador de la SEP, Jos Vasconcelos quien escribe en ?La Raza Csmica?, lo siguiente:
?En todo caso, la conclusin ms optimista que se puede derivar de los hechos observados es que an los mestizajes ms contradictorios pueden resolverse benficamente siempre que el factor espiritual contribuya a levantarlos. En efecto, la decadencia de los pueblos asiticos es atribuible a su aislamiento, pero tambin, y sin duda, en primer trmino, al hecho de que no han sido cristianizados. Una religin como la cristiana hizo avanzar a los indios americanos, en pocas centurias, desde el canibalismo hasta la relativa civilizacin.? .
Pero el pensamiento de Octavio Paz no es muy diferente an con su Premio Novel al de Vasconcelos. En 1995 escribe en el libro ?Vislumbres de la India? lo siguiente:
"El ejemplo contrario y complementario es el de los pueblos americanos, que no pudieron resistir a los conquistadores europeos: sus culturas desaparecieron, a la inversa de lo que ocurri con los hindes, musulmanes y chinos ante el imperialismo europeo. El Choque entre los espaoles y los mesoamericanos fue un violento encuentro entre civilizaciones que se resolvi por la derrota de la mentalidad mgica y la cultura ritualista. La inferioridad cientfica, filosfica, tcnica y poltica de los mesoamericanos no explica enteramente a la conquista."
Y pese al levantamiento del EZLN, que ha conmovido a Occidente y a la lucha de los pueblos ancestrales por el reconocimiento a su autodeterminacin, intelectuales ?criollos? como Enrique Krause siguen desconociendo y menospreciando a la Toltecyotl.
De modo que, en estos ltimos siglos, la civilizacin del Cem Anhuac, que tiene diez milenios de existencia, ha quedado totalmente excluida en la toma de decisiones para conformar el modelo, primero colonial y posteriormente el neocolonial, tanto los peninsulares como los criollos no aceptan la existencia de la civilizacin ancestral, para ambos, todo termin tajantemente en 1521 con la toma de Tenochtitln.
Esto es tan absurdo como pretender afirmar que las civilizaciones de la India o de China han sido desaparecidas por los procesos de la conquista, colonizacin, mestizaje y modernizacin. Las dos civilizaciones encuentran su esencia y su estructura contempornea ms profunda en su matriz civilizatoria ancestral. Lo mismo en el Anhuac, pero eso no lo podemos ver o no lo queremos ver, por la colonizacin mental y cultural que padecemos.
En términos generales podríamos afirmar que existen tres niveles de conciencia con relación a la herencia civilizatoria ancestral del Cem Anáhuac. La beneficiada clase dominante, los herederos culturales y morfológicos de los invasores que no rebasan el 10% de la población y que poseen casi la mitad de la riqueza de la nación. Extranjeros que han llegado en sucesivas oleadas al territorio del Cem Anáhuac, desde 1519 hasta nuestros días. Esta gente, en general, rechaza categóricamente la existencia de la presencia de la civilización ancestral y es proclive al discurso de la ideología criolla, de que México es un país mestizo, sin racismo y clasismo, en donde todos son iguales y que los que trabajan y se esfuerzan logran hacer fortuna.
En el otro extremo se encuentra otro 10% de la población que el INEGI identifica como ?indígenas?, porque en el censo acepta que habla una lengua original, aunque sabemos que muchísima gente que habla lenguas anahuacas, por la colonización mental y cultural, públicamente lo niegan o aquellos que, aunque no hablen la lengua viven culturalmente anahuacas. Éste 10% de la población ?casualmente? es el más pobre y tan solo posee el uno % de la riqueza nacional, que son básicamente sus tierras que día a día son arrebatas por las empresas trasnacionales y los caciques locales.
Esta gente, históricamente, se ha ?remontado? a los lugares más apartados del territorio, tanto físico, como especialmente espiritual. Se atrincheran en sus tradiciones, fiestas, usos y costumbres, pero han perdido, -aparentemente- a sus maestros y guías, los poseedores de ?la tinta negra y la tina roja?. Viven aferrados en la parte superficial de su cultura ancestral, sin el conocimiento consciente de la Toltecáyotl para las mayorías, aunque en la vida cotidiana la asumen culturalmente sin darse cuenta.
Los hombres y mujeres herederos de la Toltecáyotl siguen misteriosamente asechando la realidad, tal vez, esperando el momento oportuno para emerger a la superficie. Sin embargo, en la práctica cotidiana de la vida comunitaria, el pueblo actúa y sienten, en base al milenario saber.
En medio de estos dos opuestos, se encuentra una inmensa masa amorfa de personas que han perdido las tradiciones, usos, costumbres y lenguas de la civilización ancestral, al dejar el campo e incorporase a las ciudades. Para la década de los años setentas del siglo pasado, el 70% de la población vivía en el campo. En el inicio de la segunda década del S XXI, se ha invertido la relación y el 75.5% de la población vive en zonas urbanas. Pero aunque la mayoría de ?mexicanos-mexicas? vivan en centros urbanos, su raíz cultural es y sigue siendo anahuaca. Esta gente ha sido brutalmente bombardeada por los medios masivos para ?modernizarlos?, entiéndase, dejar de ser tradicionales para hacer suyos todos los modelos que el Mercado y la clase dominante les impone.
Fundamentalmente el consumismo, el individualismo, el racismo, el clasismo y el ?malinchismo?. Asumen nuevos modelos culturales en donde priva la vulgaridad, la falta de respeto, el abuso y el cinismo. Esta gente, en general, rechaza rotundamente sus orígenes campesinos, rurales o anahuacas. Para ellos es una ofensa que se les identifique con su Cultura Madre y su tierra natal. Son ?citadinos y modernos? y por ello se siente ?superiores? a sus hermanos de origen rural.
Resulta curioso, pero estos tres grupos coinciden, -sin darse cuenta-, en que están permeados total y absolutamente por la Civilización del Anáhuac y su matriz cultural representada en la Toltecáyotl. Los extranjeros que tienen generaciones y generaciones de estar avecindados en el Anáhuac, asumen inconscientemente patrones culturales muy profundos, abstractos y sutiles, que los hace ser diferentes a sus compatriotas que viven en sus países de origen. El caso más obvio es el de los españoles, que en el Anáhuac presumen ser ?españoles? y en España, los ?verdaderos españoles? les llaman ?indianos?, justamente porque ya fueron transformados por la Toltecáyotl.
Los supuestos mestizos o amnésicos culturales, aunque no hablan una lengua Madre, no han perdido el ritmo y tono peculiar de lo que un día fue su ?lengua original? al hablar el español. No pueden dejar de comer con las manos, sentir el Día de Muertos y cuando más se necesita, recurrir a la compasión de Guadalupe-Tonantzin, nuestra ?Madre Querida?. Lo mismo en sus ?usos y costumbres? sean en la vecindad o en los suburbios de las grandes ciudades, la ?jefa o madrecita santa?, la familia, la hermandad, el compadrazgo, el bautizo, los quince años, la boda, el sepelio, la defensa del barrio o la colonia antes el calpulli, todos y cada uno de ellos, en su esencia y fondo, tienen un origen anahuaca?aunque no lo sepan o no tengan consciencia de ello.
Efectivamente son anahuacas desmemoriados, pero pretender ser ?mestizos?, está más cerca de lo español, francés y ahora gringo, es no querer ver una tremenda realidad aunque se tiñan el pelo de rubio, se unten cremas blanqueadoras, les pongan a sus hijos nombres en inglés, compren tecnología, vistan ropa de marca y maldigan en inglés, no pueden quitarse la profunda impronta cultural de la Civilización del Anáhuac, lo que nos conduce a vivir como una sociedad aterradoramente esquizofrénica.
En efecto, el ?mexicano-mexica? en general se asume como mestizo para no pasar por indio. Para él, es una afrenta y una agresión que se le identifique con la civilización del Anáhuac, tanto cultural como en su fenotipo. En la voz del pueblo, después de una ?mentada de madre?, el epíteto o la ofensa más fuerte es la de ?pinche indio?. En general, para ese 80% de ?mexicanos? que no son descendientes directo de extranjeros, ni ?hablan una lengua indígena?, asumen su forma de ver el mundo, con una gran dosis española, libanesa, francesa, etc.
El caso de los pueblos afro-mestizos recientemente empieza a tomar un lugar muy importante en la discusión su concepto de identidad, pues habían estado totalmente excluidos, cultural y étnicamente, en la discusión de las identidades.
En México no existen mestizos, sino anahuacas desmemoriados a través de un perverso proyecto de Estado, para que el pueblo pierda la posibilidad de retomar su milenaria cultura, y en especial, desconozca y menos, pretenda implantar la sabiduría ancestral en su vida para vivir en libertad y dignidad. El Anáhuac y la Toltecáyotl están prohibidos en la neocolonia mexica-mexicana, donde lo más que pueden tener el pueblo desmemoriado, es creerse guerreros aztecas, emplumarse, danzar y tatuarse para el show del fin de semana. Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado.