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LA CIVILIZACIN DEL ANHUAC ANTE LA HISTORIA OFICIAL

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Desde la llegada al continente del Cem Anhuac la cultura europea decret por mandato real y pontificio, que la civilizacin agredida era primitiva y demoniaca, por lo cual se ?justificaba? la invasin y la colonizacin para cristianizar a los pueblos salvajes y civilizarlos a imagen y semejanza de Espaa, que, por cierto, apenas hasta 1516 se haba constituido en el Reino de Espaa.

En efecto, los reinos de Castilla y Aragn iniciaron despus de finiquitar la Guerra de Reconquista (1492) contra los moros, una guerra de conquista contra los reinos de la pennsula ibrica que culmin hasta 1516, sin la dominacin del reino lusitano, razn por la cual Portugal ahora es un pas independiente.

La presuncin de que los pueblos y culturas de las civilizaciones del Cem Anhuac (Norte Amrica) y Tawantinsuyo (Sur Amrica) eran primitivas y salvajes, sigue vigente hasta nuestros das. No solo porque los escritos de Coln, Corts y Daz del Castillo, -entre otros-, se siguen tomando como ?fuentes histricas verdicas?, a pesar que hoy sabemos que nunca tuvieron rigor acadmico, cientfico y que por el contrario, fueron escritos con mucha ignorancia, dolo y sobre todo, para obtener beneficios personales y/o justificar los delitos de lesa humanidad que cometieron en contra de los indefensos pueblos invadidos y tambin para justificar la violacin a las propias leyes y autoridades peninsulares. Sino porque los dolosos y tendenciosos juicios que se hicieron en el S XVI se han venido repitiendo por los ?historiadores? coloniales y neocoloniales, hasta llegar al ?Libro de Texto? de la actualidad.

De esta manera se asume por todos, como cosa ?verdadera y probada?, que los ?aborgenes descubiertos, eran idlatras, canbales, salvajes y guerreros? y que, por esto, la conquista era ?justa y necesaria?, como lo afirmaba Gines de Seplveda en el S. XVI en sus debates con Fray Bartolom de las Casas; y por supuesto, Mel Gipson en el S. XX en su pelcula ?Apocalipto?. Como se ve, nada ha cambiado a pesar de que ?ya se sabe que no se sabe nada? o muy poco de la civilizacin del Anhuac.

Sin embargo, con un espritu descolonizador e imparcial se puede llegar a dilucidar ?la verdad del encuentro de los dos mundos?. De manera honesta se pueden comparar las dos realidades ?Anhuac y Europa-, con elementos cuantitativos y de significacin aceptada y comprobada. Como, por ejemplo: concepcin del tiempo y el espacio, calidad y nivel de vida de un ciudadano comn de Tenochtitln y Madrid en 1519, y llegar a comparar los procesos religiosos, mientras en el Anhuac se tena una religin milenaria con origen autnomo y desarrollo endgeno. Quetzalcatl se encuentra representado en la iconografa olmeca en el 1500 a.C., sin embargo, en el 200 d.C. lo seguimos encontrando en Teotihuacn y los propios espaoles lo vieron representado en 1520 en Tenochtitln. La figura fundamental de la religin del Cem Anhuac presente durante tres mil aos consecutivos, por lo menos.

Para 1492 los europeos estaban terminando con un largo y oscuro proceso histrico conocido como ?La Edad Media?. Haban pasado muchos siglos desde que las culturas grecolatinas haban entrado en su decadencia. Los pueblos vivan en constantes guerras, espantosas epidemias y eran importadores del Lejano Oriente. Los europeos conceban al planeta como una superficie plana, que abarcaba ?su mundo conocido? y que terminaba cuando el mar se precipitaba a un gran abismo. En ese entonces usaban el Calendario Juliano, de 365 das cerrados, por lo que cada cuatro aos se desajustaba un da. Su religin, -la Catlica Apostlica Romana-, vena de una derivacin de la juda y sta a su vez, se haba inspirado en la antigua religin Sumeria de Mesopotamia, donde la figura fundamental fue Zoroastro. De modo que su religin no era ?original?, y era un prstamo cultural que haba tenido muchas transformaciones, deformaciones y degeneraciones entre el cristianismo primigenio y la religin Catlica del S. XV.

Por la otra parte los anahuacas provenan de un proceso endgeno de desarrollo cultural en el que no recibieron prstamos culturales de ninguna civilizacin del mundo, es decir, todo en el Cem Anhuac era creacin propia y no copia o adaptacin de otra cultura. A la llegada de los europeos tenan aproximadamente 75 siglos de desarrollo humano, desde la invencin de la agricultura y vivan un periodo de decadencia cultural conocido como Postclsico (850-1521 d.C.). Sin embargo, se mantena viva la herencia cultural tolteca. La regin era la misma desde el origen de los tiempos anahuacas, por lo menos la podemos situar en el 3114 a.C. (segn la cuenta del tiempo encontrada en una estela maya). La civilizacin mantuvo por decenas de siglos la misma estructura filosfica-cultural de su ?religin originaria?. Es decir, una sola civilizacin con muchas culturas diferentes en tiempo y espacio, con sus mltiples variantes, pero todas y cada una de ellas unidas a la misma ?matriz filosfica-cultural?. Por ejemplo: el smbolo tolteca de la energa luminosa en todas las culturas anahuacas era representado iconogrficamente con unas anteojeras y una lengua de serpiente: los nahuas le llamaron Tlloc, los mayas Chac, los zapotecos Cosijo y los totonacos Tajn. Todos compartan el mismo precepto filosfico pero cada uno modific su representacin en tiempo y espacio, de acuerdo a las propias caractersticas de cada cultura.

Los pueblos y cultura del Anhuac haban desarrollado el cero matemtico, y crearon a partir de la observacin rigurosa de la mecnica celeste un sistema muy complejo, exacto e integrado, de varios calendarios ajustados perfectamente entre s, -como un maravilloso y perfecto sistema de engranes de reloj-. A partir del movimiento de la Tierra alrededor del Sol tenan una cuenta de 365.2420 das. De la luna de 13 lunaciones anuales y de 354 das, de Venus de 584 das (Venus gira alrededor del sol cada 224.7 das, pero debido a que la tierra se mueve a lo largo de su propia rbita, el planeta aparece en el mismo lugar del firmamento en un poco menos de 584 das) y la genialidad de un calendario en que se armonizaba la mecnica celeste con la energa de los seres humanos llamado Tonalamatl de 260 das, considerado ?una de las mayores joyas del talento humano de todos los tiempos?, en donde la astronoma y la astrologa en un equilibrio asombroso y perfecto le daban al ser humano una dimensin csmica integrndolo al universo. Lo que hasta ahora se est ?descubriendo? de la sabidura de la Toltecyotl, era impensado e incomprendido para los europeos del S. XVI y an nos sorprende en pleno S. XXI.

Los Viejos Abuelos toltecas compartan un mismo conocimiento en tiempo y espacio entre todos los pueblos y culturas del Anhuac. De modo que es impropio decir, ?el calendario maya o el calendario azteca?, porque era una misma cuenta del tiempo, solo que cada cultura le daba su toque personal iconogrfico y lingstico. Con propiedad podemos hablar de la cuenta del tiempo de la civilizacin del Anhuac, manifiesta en las culturas maya, zapoteca, nahua, purpecha, etc. Esta cuenta del tiempo parte del 13 de agosto del ao 3114 a.C., pasa por el ao 2012 y se han encontrado fechas hasta del ao 4000 d.C. Los anahuacas haban predicho con asombrosa exactitud todo tipo de fenmenos astronmicos, desde eclipses solares, lunares, paso del Venus por el Sol, conjuncin de planetas, etc.

En la rotacin completa del sistema solar en la galaxia, nuestros antepasados hacan una divisin de dicha elipse en dos, con una fraccin cada una de 12.812 aos, llamando a la fraccin ms cercana al centro de la galaxia, Da, y a la parte ms alejada de Hunab Ku; Noche, tal cual se divide en da y noche en la Tierra. A su vez, dicha elipse era partida en cinco perodos de 5.125 aos: los cuales eran: Maana, Medioda, Tarde, Atardecer y Noche. Segn nuestros Viejos Abuelos anahuacas, justamente a finales de este ao, estaremos ingresando en la maana galctica, y es marcada por el rayo sincronizador desde Hunab Ku.

La famosa fecha del 21 de diciembre de 2012, tiene que ver con el final de un gran ciclo de 25,650 aos, en el que el Sistema Solar gira en una elptica en torno al centro de la galaxia en la que nos encontramos, y este es el punto de este ensayo amable lector. Todo lo anteriormente descrito es producto de las recientes investigaciones astronmicas y arqueolgicas conocidas como arqueoastronoma, as como con el desciframiento de la escritura maya. Ahora se sabe de los adelantados conocimientos que posea la civilizacin del Anhuac y que seguramente se dieron en la ltima etapa del periodo Preclsico (antes del 200 a.C.). El hecho de que nuestros Viejos Abuelos tuvieran consciencia del tiempo y el espacio, -no solo humano y de la Tierra-, sino su interrelacin e integracin con el universo. Nos habla de una concepcin del ser humano, la vida, el mundo y el universo, que en 1492 o 1521, ni remotamente tena los invasores europeos. No puede existir mejor ejemplo para comparar las cosmovisiones y la consciencia que tenan unos y otros. Es el ms claro ejemplo de los niveles de desarrollo humano que tena cada ?mundo?, y la forma ms directa de acabar con la injuria y la falsedad de la supuesta ?inferioridad cultural? de la civilizacin del Anhuac.

Occidente inici lo que hoy llamamos ?ciencia? en el siglo XVII con Newton, Locke y Descartes. Pero a partir de 1521 destruyeron en el Cem Anhuac un maravilloso legado de ciencia, nico en el mundo, con ms de cuatro mil aos de desarrollo humano continuo. Quemaron centenares de miles de cdices, exterminaron a los hombres de conocimiento, destruyeron las escuelas y los centros de conocimiento, mataron a los maestros e impusieron un sistema colonial de explotacin basado en el aniquilamiento de la condicin de ?ser humano? del invadido-vencido, la destruccin sistemtica de su civilizacin, la condena a la ignorancia y la prdida de la memoria histrica y la identidad cultural, adems de una permanente campaa de denostacin y desvalorizacin de sus logros y alcances, para convencerlos de que su pasado y sus ?antepasados? eran ignorantes, canbales y guerreros, por lo cual se les tuvo ?necesariamente-, que civilizar-cristianizar-europeizar.

El mito de ?el nuevo continente, poblado de culturas primitivas, guerreras, canbales y salvajes?, que vino a ser ?integrado? a la civilizacin, a la verdadera religin, a la nocin de progreso y desarrollo, es una de las armas ms antiguas y eficaces con los que el colonizador-explotador, no solo justifica histricamente el permanente holocausto que se ha sometido a los pueblos y culturas invadidas-explotadas en estos ltimos cinco siglos, sino que, permite el total aniquilamiento de una mente crtica y analtica en los descendientes culturales y econmicos de los invadidos-explotados. El problema no decrece, sino por el contrario, aumenta desmesuradamente. Cada da las nuevas generaciones a travs de la multimedia y la SEP, acrecientan grotescamente la ignorancia de s mismos. El no tener identidad cultural y memoria histrica, conduce a un estado de ignorancia existencial y por consiguiente a una situacin de indefensin y vulnerabilidad total. |No solo en el plano material, sino fundamentalmente, en el plano intelectual y emocional.

Por estas razones, a la distancia de 493 aos, debemos y tenemos que empezar a re-construir, re-pensar y descolonizar nuestra verdadera Historia. La gran tarea es la descolonizacin mental y emocional. Necesitamos los anahuacas saber, quin en verdad somos, cul ha sido nuestra propuesta histrica como civilizacin para retomar el camino de nuestro propio desarrollo. Necesitamos conocer cules fueron los meta objetivos por los cuales ms de diez siglos trabajamos y nos esforzamos, llegando a crear uno de los mayores proyectos constructivos del mudo antiguo en lo que hoy nombramos colonizadamente como ?zonas arqueolgicas?. Necesitamos conocer cules eran las razones y motivos por los que lucharon y trabajaron incansablemente nuestros Viejos Abuelos. Conocer el ?por qu y para qu? de su profunda y compleja sabidura, en especial en los espacios de lo divino y sagrado de la existencia. Comprender que nuestra civilizacin Madre no ha muerto y sigue viva y vigente en nuestra forma de ser, hacer y entender el mundo y la vida.

Cuando los anahuacas: nahuas, mayas, zapotecos, etc., as como, mestizos, afromestizos, criollos y hasta extranjeros avecindados descubramos a La Toltecyotl, en todas sus diferentes dimensiones: ?comunitarias-familiares-personales, alimentarias, educativas, de salud, de organizacin social, divinas y sagradas?, podremos construir un futuro compartido en el que todos seamos hermanos trabajando y luchando por el bien comn ms elevado de la especie humana. (2012).

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