LAS GUERRAS EN EL ANAHUAC 8/9 Luz y guillermo Marín

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Se necesita descolonizar la historia y fortalecer la identidad cultural ancestral de todo el pueblo. Usando la educación pública, las universidades y centros de investigación, así como la radio, la televisión y ahora las redes sociales. Se requiere acabar con la visión hispanista y criolla de lo que fuimos y somos. No somos mexicas-mexicanos, no somos occidentales, no somos mesoamericanos, no somos latinoamericanos, somos desde hace miles de años anahuacas, hijos de los hijos de la civilización del Anahuac.

Para los neocolonizadores, los mexicas-mexicanos son solo sus trabajadores y sus consumidores. En los últimos cien años, gracias al trabajo de la SEP, los medios de difusión, las universidades, las iglesias, los centros culturales, la colonización mental y espiritual de los anahuacas ha sido feroz e implacable, a tal punto que, los anahuacas han tenido que abandonar sus culturas ancestrales y disfrazarse de mestizos, categoría creada por los invasores, para no ser tan excluidos y explotados.

No somos mexicanos, somos anahuacas, orgullosamente hijos de los hijos de los sabios toltecas. Se requiere borrar la historia neocolonial de la invasión y la ocupación de 500 años. Debemos de sentirnos orgullosos de ser hijos de una civilización que tiene diez mil años de existencia.

Que le hemos dado al mundo el maíz, la milpa, el chocolate, la vainilla, la chinampa, la cuenta perfecta del tiempo, el único sistema educativo que duró muchos siglos, que tenemos la democracia participativa de origen tolteca más antiguo y vigente del planeta. Que se inventó el cero matemático 500 años antes que los árabes. La civilización que no tuvo una religión con pretensiones universales. Que aprendió a ser la unida en la diversidad.

Pero, sobre todo, necesitamos acabar con los mitos de que los descubiertos no son seres humanos, que somos violentos y que somos demoniacos y herejes. Necesitamos crear nuestra propia narrativa, descolonizada y crítica, para descubrir la grandeza de nuestra civilización. Se debe difundir el trabajo descolonizado de los investigadores nacionales y extranjeros, para crear una nueva historia, “la propia-nuestra”. Una historia descolonizada y des hispanizada, que honre a nuestros ancestros y que explique, qué fue lo que sucedió en verdad en la invasión y ocupación de los gachupines y los criollos.

El mayor potencial de nuestra herencia cultural es nuestra espiritualidad. El mundo occidental de la modernidad del comercio y la guerra, está llegando a su fin. Se requiere de la sabiduría y experiencia de las civilizaciones Madre, para enmendar el camino ante la destrucción del ser humano.
Necesitamos detener esa visión decadente, maliciosa e ignorante de los supuestos guerreros aztecas o mexicas. No debemos tratar de emular a los invasores que han sido y siguen siendo pueblos guerreros y depredadores. Por el contrario, debemos valorar nuestra grandeza cultural y civilizatoria, por los grandes logros de nuestros ancestros toltecas, como la invención del maíz, que actualmente es el alimento más sembrado en el planeta. Debemos de investigar y estudiar sobre nuestros antepasados, pero haciendo a un lado las mentiras que han escrito desde Hernán Cortés, hasta Matos Moctezuma.

Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. No se puede salir del calabozo de la colonización con las categorías y los discursos de los carceleros. Descolonizar es dignificar.