La cultura no es el arte. La cultura es la sabiduría humana en busca de la trascendencia espiritual de la existencia. La cultura no es sólo “una visión del mundo”, sino los conocimientos para transformar ese mundo y poder liberar la partícula divina que existe en lo más profundo de cada ser humano y que vive atrapada en la materia que le contiene (cuerpo) y que busca reincorporase a la totalidad a lo inconmensurable y divino.
La Historia de la Cultura, no es la historia del arte Occidental. La Historia de la Cultura es la maravillosa ruta de la especie humana, que ha dejado su estado animal y a sumado conocimientos para poder resolver los problemas básicos materiales de la subsistencia (alimento, salud, vestido, techo, etc.), y poder, con ello, acceder a los grandes misterios de la existencia como ser espiritual, a partir de la conciencia y el amor a la verdadera libertad interior.
El vértice superior de la cultura, busca liberar al espíritu humano de las férreas cadenas de la materialidad que lo esclavizan. La cultura es lo que nos desprende de nuestro estado “bestial-material” y nos transforma en energía “conciente-espiritual”.
Desde 1521, la cultura en México es un remedo mal hecho y a destiempo del arte y la ideología europea. Lo “propio-nuestro” fue brutalmente barrido de la superficie de la realidad y tuvo, para sobrevivir, que introducirse en la esencia de las cosas y fundirse, en un creativo acto de asecho sincrético, a la cultura Occidental y quedar “camuflado” en el perímetro de la realidad del colonizador.
La mayoría de nuestros políticos y artistas están totalmente colonizados y piensan que la cultura es tan sólo las manifestaciones artísticas, copiadas hasta la saciedad de manera grotesca, del mundo “de afuera”. Para ellos, lo NUESTRO, no es arte y mucho menos cultura, es tan sólo, artesanías y folklore.
Pues bien, en este marco conceptual de la Cultura con “K” (la de las bellas artes europeas), en México la política cultural del país va de mal en peor.
El Presidente Vicente Fox a puesto su “lunar” en cultura, dentro de su “gabinetazo” de gente muy por arriba del nivel cero, como él lo anunció días antes de la toma del poder. En efecto, del puñado de super estrellas, resulta que la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, la señora Sari Bermudes, vino a suplir al exquisito don Rafael Tovar y de Teresa, que por venir de la rancia aristocracia porfirista, por lo menos sabía mover el abanico. La señora Bermudes viene de frívolo mundo del espectáculo televisivo y el único mérito para ocupar el cargo, es ser muy amiga de la vocera presidencial. La señra Bermudes fue y ha sido rechazada por los artistas e intelectuales, así como por los medios.
México que es heredero de una de las seis civilizaciones más antiguas de la humanidad. Que posee un inconmensurable acervo de tradiciones, fiestas, usos y costumbres, que es la expresión popular de la exaltación de la energía espiritual que nos viene, como herencia ancestral, por la Cultura madre indígena y la cultura Occidental desde hace quinientos años.
En efecto, la forma de “Ser y hacer” de los mexicanos, cada día es desgastada, minada, destruida, por la “modernidad”. Los valores y principios depositados en la familia, el amor y respeto por la naturaleza, la pasión por lo sagrado y lo místico, la solidaridad con el prójimo, el sentido de responsabilidad por la colectividad. Las buenas costumbres, el amor, la amistad, la fraternidad, están siendo rápidamente desincorporadas de nuestra vida cotidiana.
La verdadera “política cultural” en México, la manejan televisa y t.v.azteca. Lo grotesco, lo bizarro, lo cínico, lo cómodo y lo fácil, es el medio por el cual la t.v. comercial destruye nuestros valores milenarios e impone la cultura de la “modernidad”, que no es otra cosa que el consumo. Consumo de ideas, sentimientos y productos, todos venidos de fuera, que exaltan el individualismo, la codicia, la violencia. Que nos dejan vacíos en lo espiritual y pobres en lo material. Productos, sentimientos e ideas “CHATARRA”, es lo que va llenando nuestro mundo.
“La nada se esta acabando todo. Lo irreal y ficticio, esta supliendo a lo real y trascendente. La degradación y enajenación es negocio y es rentable. La política cultural es tener a un pueblo de descerebrados, consumistas, individualistas, inseguros, cobardes, flojos y neutralizados en el vació y miseria existencial.
Mientras los artistas, intelectuales y burócratas de la cultura se pelean las migajas de los presupuestos y luchan entre sí, con sus pesadas armaduras de arrogancia, exhibicionismo y egocentrismo. La televisión comercial gana día a día, mentes y espacios; y la herencia espiritual que nos dejaron nuestros Viejos Abuelos, se pierde en el olvido y la indiferencia maliciosa de mentes como la de Fernández de Cevallos y los neoliberales-cristianos del momento.
Como muestra basta un botón. El choque frontal y a toda maquina, de las dos “locomotoras”, una política y la otra “cultural” en la ciudad de México. En efecto, la renuncia del director del Instituto de Cultura del D.F., el artista-intelectual Alejandro Aura, era muy previsible, toda vez que su arrogancia, egocentrismo y protagonismo, competía con el del Jefe de Gobierno de la Ciudad y eso, eso no podía ser!
Aura se dedicó a hacerle “circo y maroma” a los perredistas, por ignorancia o incapacidad de entender que DESARRLLO CULTURAL no es lo mismo que “la eventitis cultural”. Aura en vez de implementar una política cultural, se dedicó a hacer “circo-artístico-político” y ha eso le llamó “trabajo cultural”. Le dio resultado electorero con Cárdenas y con Robles.
El centralismo cultural del Instituto de Cultura del D.F., es el mismo que se da en todo el país y el mimo que el CNCA les impone a todos los estados.
López Obrador, tomó una excelente decisión, descentralizó el presupuesto del Instituto a las delegaciones y, por supuesto, protestó la estrella de todas las estrellas. Él quería ejercer todo el presupuesto con sus cuates artistas y en evento para sus cuates políticos y como clásico “artista”, arroja la toalla, haciendo un gran teatro y berrinche frente a los reflectores.
El problema de la política cultural en México, es que tanto los políticos como los artistas, son en general ignorantes y están totalmente colonizados. Confunden el arte con la Cultura, la “eventitis” con el DESARROLLO CULTURAL, el arte con la política y la Cultura con las “bellas artes europeas”.
Mientras unos y otros se dan de patadas y se gastan en lo obscurito los raquíticos presupuestos. El pueblo de México esta indefenso a merced de la televisión comercial y en general los medios, quienes son los que diseñan e impelemetan la Política Cultural del país.
Nuestra juventud y niñez se educa y forma sus valores y principios de personajes como “Chabelo” o “la Trevi”. Aprenden de las series gringas y de los programas “espectáculo de la palabra”, el arte de vivir en sociedad. De los noticieros y los anuncios publicitarios reciben una exacta imagen de la realidad en que viven.
Y todo esto, amable lector, EN MEDIO DE UN MUNDO DE BASURA. Porque se ha fijado, cuanta basura nos rodea? Visite www.aquioaxaca.com