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Lpez Austin tuvo la fortuna de presenciar el gran despertar indgena de 1992 a este 2021, pudo llegar an ms lejos en los caminos verdaderos del Mxico profundo. Foto https://inah.gob.mx/
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Hermann Bellinghausen
16 de octubre de 2021 09:41
Ciudad de Mxico. Acaso se puede perder a alguien que nos hizo ganar tanto a sus lectores, sus discpulos y sus amigos? No perdimos a Alfredo Lpez Austin, ms bien ya lo habamos ganado para siempre. Es momento de hablar de l como uno de los mejores escritores mexicanos contemporneos, aunque le hubiera parecido una exageracin inaceptable, pues no era esa su intencin. Pero qu ms podemos pedirle a un escritor importante si no esa relacin graciosa con el lenguaje, con su escritura, con la expresin informativa y formativa de ideas, en su caso mediante los mitos y la historia. A gente como Alfredo, tan ntida en su proyecto intelectual y su actitud tica, paradjicamente no resulta fcil encasillarla.
S, antroplogo con un no-s-qu de arquelogo, que es como ms se le conoce. Abogado de profesin, lo cual no fue irrelevante para su sentido de la justicia. Le gustaba considerarse historiador. Ciertamente uno de los grandes mitlogos contemporneos a nivel mundial, fue inolvidable maestro universitario (un orgullo mayor de esos que tiene UNAM). Desde sus discrecin y humildad caractersticas, fue un compaero y gua incomparable para los pueblos indgenas, para los movimientos estudiantiles y para la inteligencia progresista. Todo un referente, como est de moda decir.
Hace cinco aos, en su 80 aniversario, este comentarista escriba aqu: ?Nadie como l para descifrar los mitos de los antiguos mexicanos, su pensamiento y su probable realidad cotidiana. Paciente y generoso, reparte su lucidez con erudicin y escritura privilegiada. Lector aventajado de Bernardino de Sahagn y sus informantes, de Francisco Hernndez y los cronistas de la Conquista, habitante espiritual de los cdices prehispnicos, siempre ha estado del lado de los pueblos vivos. Lee y escribe ese pasado indgena que permanece tenaz como nada en Mxico, el autntico profundo que conceptualiz Guillermo Bonfil.
La aventura intelectual de Lpez Austin se cuenta entre las ms emocionantes del Mxico contemporneo, siendo su piedra de toque Cuerpo humano e ideologa. Las concepciones de los antiguos nahuas (UNAM, 1980). Perseguidor del mito y sus consecuencias, a partir de que explic la cosmovisin del concepto fsico que tenan los nahuas de s mismos, afianz el pulso que gobierna su amplia produccin intachable. Esa que arranca en 1961 y lo hace prfugo de la abogaca: La constitucin real de Mxico Tenochtitlan?.
Con humor casi clandestino, de su trabajo con el cuerpo humano extrajo, ora s que digestivamente, una hermosa y vieja historia de la mierda, escatolgicamente ilustrada por Francisco Toledo, quien la publicara en Oaxaca. De las sobras del cuerpo a la mierda como obra de arte.
Su libro ms ledo, El conejo en la cara de la luna (1994), rene una serie de ensayos brillantes, modernos, accesibles, muy bien escritos, que aparecieron originalmente en Japn y en Ojarasca desde cuando se llamaba Mxico Indgena, dentro de la columna Mitologas que mantuvo entre 1990 y 1992, donde elabora y concatena mitos y tradiciones humanas de todas partes. All enmienda la plana a su fustico precursor George Frazer, autor de La rama dorada por sus insostenibles comparaciones universalistas (en realidad colonialistas, por eso le encantaban a Borges), pues no tom en consideracin el contexto histrico de los pueblos. Lpez Austin llamaba a no olvidar que, ?ms all de su valor esttico, los mitos se entretejen ?o se entretejieron? diariamente en la vida de sus productores?.
Ahondando en la vigencia de los mitos, publica en 2015 Los mitos y sus tiempos con el peruano Luis Millones. Nunca descuid los saberes prcticos que subyacen en muchos mitos, y en el corazn de los pueblos. Especialista, y a la vez grcil divulgador, como lo fuera su colega Miguel Len-Portilla, en aos recientes public bellos y amplios ensayos en la revista Arqueologa Mexicana, acogido visionariamente por su directora Mari Nieves Noriega.
En otro largo ensayo, texto de textos, Tres recetas para un aprendiz de mago, propona una explicacin de los procedimientos mgicos para que estos sean entendidos como acciones lgicas dentro de un sistema de pensamiento. Acciones lgicas, s, independientemente de que creamos o no en sus postulados ( Ojarasca de abril de 1993). Toda una declaracin de principios. Nunca condescendi con misticismos postizos. Poda no compartir las creencias, pero tena el pulso para ver y respetar como filosofa ese pensamiento otro.
La legitimidad de su opus se cimienta en el compromiso con los indgenas de carne y hueso. Consejero de los zapatistas y de los pueblos originarios que participaron en los Dilogos de San Andrs (1995-1996), en 1999 fue capaz de comprender la huelga del fin del mundo en la UNAM, la primera que no vena de las clases medias. Pocos maestros supieron respetar aquella desesperacin juvenil.
Tambin es el historiador de Tamoanchan y Tlalocan (1994) y su indispensable El pasado indgena (1996) en coautora con su hijo Leonardo Lpez Lujn, a su vez un arquelogo de altos vuelos.
Riguroso en extremo, Alfredo declin participar en las reciente temporada del civismo oficial desatada por el presunto quinto centenario de la cada de Tenochtitlan. Evit siempre el historicismo arbitrario, del mismo modo que fue inmune al vistoso revisionismo de los historiadores blancos y de derecha. En general, no cay en las ideologas acadmicas, pero su obra resulta compatible con el variopinto pensamiento decolonial y anticolonialista que recorre toda Amrica.
Como historiador, estudioso de los mitos y ejemplar figura pblica cuando hizo falta, logr la empata con ese pasado vivo que tambin busc Guillermo Bonfil Batalla, y me atrevo a decir que, al tener la fortuna de presenciar el gran despertar indgena de 1992 a este 2021, pudo llegar an ms lejos en los caminos verdaderos del Mxico profundo.