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EL CAMINO DE LA PLENITUD ARMÓNICA A TRAVÉS DE LA SABIDURÍA TOLTECA. El arte de vivir en equilibrio 9/9 Luz y guillermo Marín

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EL CAMINO DE LA PLENITUD ARMÓNICA A TRAVÉS DE LA SABIDURÍA TOLTECA. El arte de vivir en equilibrio  9/9      Luz y guillermo Marín


Tloque Nahuaque la frecuencia energética

La civilización del Cem Anáhuac fue múltiple y variada en el tiempo y en el espacio. Nunca ha sido homogénea, aunque comparten todos los pueblos la misma raíz filosófica cultural. En sus tres periodos: Preclásico, Clásico y Postclásico, desde Alaska hasta La Tierra del Fuego, no todos los pueblos poseían el mismo estadio de conciencia y conocimiento. Ni en un mismo pueblo todos sus habitantes compartían el mismo avance de conciencia, y este grado de conciencia sufría avances y retrocesos, no era lineal. De la misma manera que en una familia, los hijos que fueron criados, alimentados y educados en la misma casa, cada hijo es diferente y tendrá un grado diferente de compromiso con la vida y su propia conciencia. Y como apuntamos anteriormente, las personas de conocimiento llamados toltecas, eran una élite muy reducida. Eran los mejores hijos de los pueblos, pero no eran todo el pueblo. Dejaron pautas, valores, conocimientos, con los cuales los pueblos buscaban su destino. Pero no todos los pueblos estaban comprometidos totalmente con estos conocimientos y no los tiempos fueron iguales para todos.

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La religión y la espiritualidad.
En el Anáhuac y especialmente en el periodo Clásico o del esplendor, no existió una religión con pretensiones universales, como sucedió en el continente Euroasiaticoafricano, donde las llamadas ?religiones del libro?, pretendían convertir a todas las personas, dentro y fuera de sus dominios, lo cual conllevó permanentes guerras, donde finalmente la religión ocupaba un lugar secundario y las ambiciones de poder y riqueza utilizaron a las religiones para sus oscuros intereses.

En los pueblos y culturas del Anáhuac existía una profunda espiritualidad, que se mantiene hasta nuestros días en medio de un mar de sincretismos, imposiciones y apropiaciones culturales y religiosas. Pero nunca se tuvo una religiosidad institucional como lo afirman los investigadores e historiadores europeos, que pretenden hacer inexistentes paralelismos con las culturas de Europa y Medio Oriente. Este vicio o incapacidad occidental, comienza desde el 12 de octubre de 1492, cuando Cristóbal Colón llega a las Antillas y cree que llegó a la India, por lo tanto, nos llamó ?indios?. Es decir, los españoles no descubrieron nada, en su error nos subsumieron en su mundo conocido. De la misma manera, la civilización del Cem Anáhuac y sus múltiples culturas, nunca han sido estudiadas como un fenómeno cultural diferente, sino como si fuéramos similares a las culturas sumeria, egipcia o romana. De ahí viene todas esas mentiras de que teníamos imperios, emperadores, reyes, reinas y casas reales.

La civilización del Anáhuac no tenía religiones con pretensiones universales. Poseía una matriz filosófica cultural, que en tiempo y espacio se diversificó para todas las culturas, pero que cada una de ellas, le dio forma y nombre diferente a su sacralidad, pero todas partían de una misma sabiduría.

Por ejemplo, el fenómeno de la vida material, todas lo representaban filosóficamente con el agua, porque el agua es vida y reproducción. Cada cultura le daba un nombre diferente de acuerdo a su lengua. Podía ser Tláloc para los nahuas, Cosijo para los zapotecos o Chac para los mayas. Cada cultura representaba a la energía material con su iconografía propia, pero todas tenían como característica una anteojera y una lengua de serpiente. Exactamente lo mismo en esencia, pero totalmente diferente en su expresión cultural. De modo que los ritos eran diferentes, pero en la esencia, compartían la misma matriz de conocimiento.

Otro elemento cultural muy importante en su espiritualidad, es que, todas las culturas realizaban la ceremonia del Fuego Nuevo, de acuerdo a su exacta calendárica compartida por todos los pueblos. Parte de esta ceremonia consistía en que el día astronómico de la celebración, que se llevaba a cabo cada 52 años, se apagaban todos los fuegos de la comunidad. Desde el fuego de las casas, hasta los de los recintos oficiales y se llevaban en procesión todas las figuras representativas de su espiritualidad a un cerro tutelar cercano a la comunidad, en el ascenso, se iban rompiendo todas las figuras, vasijas y urnas, para reponerlas por nuevas creaciones. El objetivo de este ritual era impedir la idolatría de objetos del culto a la espiritualidad. Lo cual demuestra lo avanzada que era la espiritualidad.

Existe una discusión estéril, sobre sí existía una religión en el Anáhuac. Como ya dijimos, existía una vigorosa espiritualidad, misma que tenía ritos y ceremonias, pero no existía una estructura institucional, teocrática con pretensiones de un poder sobre el pueblo. En este tipo de asuntos es cuando es importante tomar en cuenta la estructura civilizatoria ancestral del Anáhuac. Un pueblo que tenía siglos de vivir en una cultura democrática participativa, donde por generaciones las personas asistieron a la escuela, en dónde no existía el dinero, la propiedad privada y el culto al consumo, no podía existir por lógica natural una estructura de poder religioso, como si sucedió en Europa.

Una civilización que poseía grandes avances en la ciencia, como las matemáticas, la astronomía, la medicina, la agricultura, la ingeniería y arquitectura, en la organización comunitaria con la más antigua democracia participativa del planeta, no podía, bajo ninguna circunstancia ser gobernada por una teocracia fanática y ambiciosa de poder y riqueza material. Sin embargo, por los procesos de colonización, que implica la ignorancia de sí mismo, los pueblos del continente Abyanáhuac, repiten y cree lo que escribieron de nuestros antepasados oscuros personajes como Cristóbal Colón o Hernán Cortés, y que, Mel Gibson lo repite en su bodrio de Apocalypto, ampliamente difundido en el mundo. El mito colonizador de que los Viejos Abuelos eran caníbales, que hacían sangrientos sacrificios humanos y que eran idólatras y demoniacos, se sigue repitiendo en el libro de texto, en la radio, en la televisión, por políticos y líderes de opinión.

De esta manera, la cultura nahua a través de la lengua náhuatl creará una serie de términos filosóficos-espirituales que pueden ser tomados de manera equivocada, como parte de una religión, pero que, sabemos, vienen de un proceso de conocimiento llamado Toltecáyotl y que son símbolos metafóricos del conocimiento ancestral. El Estado mexicano neocolonial de ideología criolla ha tratado de borrar a la milenaria cultura nahua y hacer creer que la cultura mexica es la creadora de la milenaria sabiduría y hasta de la lengua náhuatl. Total, y maliciosamente falso.

Educayotl AC. ?Educar para el futuro con la sabiduría del pasado?. Descolonizar es dignificar. No se puede salir del calabozo de la colonización con las ideas del carcelero. www.toltecayotl.org

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