Consta de un centenar de piezas que reflejan todas las posturas de la polémica, dice el curador Luis Rius Caso
Fotoâ-² Ã"leo Suplicio y muerte de Cuauhtémoc en Itzamkana, pintado en 2022 por Daniel Lezama.Foto cortesÃa Inbal
Merry MacMasters
Periódico La Jornada
Jueves 9 de enero de 2025, p. 2
Al escribir la novela El espÃa de Franco (2019), el historiador y crÃtico de arte Luis Rius Caso retomó las polémicas existentes en los años 40 y 50 sobre el mestizaje y, para muchos, su mala asimilación. El libro gira en torno al asesinato de José Gallostra, quien llevaba dos años aquà como ministro extraoficial de la España franquista cuando, el 20 de febrero de 1950, fue asesinado a tiros en una calle de la Ciudad de México.
La controversia en torno al mestizaje llegó a un punto álgido con el redescubrimiento en 1946 de los restos de Hernán Cortés en la iglesia de Jesús Nazareno, anexa al Hospital de Jesús, y luego el hallazgo en 1949 de la tumba de Cuauhtémoc gracias a un documento supuestamente firmado por el fraile franciscano MotolinÃa, que describÃa la ubicación del entierro, que concordaba con la tradición oral de la localidad de Ixcateopan, Guerrero. Ambas fuentes indicaban que los restos del último tlatoani se encontraban debajo del altar de la iglesia de Santa MarÃa de la Asunción en dicha comunidad.
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Tal atmósfera dio pie a Sobre los huesos de Cuauhtémoc y de Hernán Cortes: Diego Rivera y el gran debate sobre la mexicanidad, exposición de cerca de un centenar de piezas, entre óleos, dibujos, documentos, fotografÃas, obra gráfica, impresos, esculturas, publicaciones y un filme, montada en el Museo Mural Diego Rivera (MMDR). La muestra parte de dos tópicos medulares: la construcción de la identidad mexicana y la memoria que del pasado se resignifica en sucesivos presentes, que lo culpan o lo revisan de manera crÃtica.
Para Rius Caso, curador de la exhibición, se trata de mostrar todas las posturas respecto de esta polémica que se aviva porque en los años 40 viene una especie de revisión de qué nos dejó la Revolución Mexicana. Incluso muchos historiadores se remontan a la Independencia, cuya efectividad se cuestiona. De allÃ, se van hasta la Conquista, diciendo que el mal viene desde entonces. Esa discusión ya existÃa; luego encuentran los huesos.
En esta polémica, Diego Rivera fue uno de los protagonistas, con imágenes y palabras, como evidencia la exposición. El muralista, quien era antihispanista, manifestaba su posición desde tiempo atrás como se percibe en El Insurgente, publicación independiente (encontrada en el archivo del artista en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo), que al parecer sólo vio la luz entre 1936 y 1937. Rius Caso fue director del recinto, asà como del MMDR, de 2013 a 2019.
Aparte del periódico, en el archivo se hallan otros materiales muy raros, como “residuos de discos de himnos españoles, como el de la Legión que fundó Millan Astray, titulado El novio de la muerte. Eso demuestra que Diego tenÃa interés en estudiar lo español para estar en contra. Otros discos tienen la Canción de la falange, interpretada por coros militares, asà como la canción La muerte de Manolete, coplas de Miguel de Molina, pasodobles y flamencoâ€, apunta el investigador.
Material inédito
La exposición comprende material entre inédito y poco conocido. Se documenta, por ejemplo, con fotografÃas, el viaje que hizo Rivera a Ixcateopan con el objetivo de revisar el hallazgo de su amiga, la arqueóloga Eulalia Guzmán: Diego enloquece de felicidad y dice que sà son los huesos de Cuauhtémoc. Para mà tuvo una influencia decisiva. En las imágenes se aprecia cómo Rivera reconstruye el esqueleto. Incluso pidió que los detractores fuesen fusilados como traidores: por la espalda.
Luego del redescubrimiento de los restos de Cortés, hecho que provocó cólera en muchos mexicanos, Rivera pintó en 1947 el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, en el que retrata al conquistador con las manos manchados de sangre. La obra se hizo originalmente para el Hotel del Prado, inmueble dañado en los terremotos de 1985, y luego demolido. Al año, el mural fue trasladado al MMDR, construido expresamente para albergarlo. En el conjunto muralÃstico que Rivera realizó para el Palacio Nacional representó a un Cortés sifilÃtico.
Visiones
La postura del muralista se contrapone con la de sus colegas de la época, como José Clemente Orozco, quien era panhispanista o David Alfaro Siqueiros, quien hace una simbiosis de ambas herencias para crear un nuevo mexicano. También se presentan las visiones de personalidades como José Chávez Morado, Jorge González Camarena, Manuel RodrÃguez Lozano, Leopoldo Méndez, Alberto Beltrán, sin olvidar las de artistas contemporáneos como Daniel Lezama, Gustavo Monroy y Ã"°rik Pérez.
Vicente Rojo también está presente, pero no el pintor abstracto y geométrico de series como Señales o México bajo la lluvia, sino uno semifigurativo, faceta poco conocida, aunque en el lienzo se perfila al artista que llegará a ser. El óleo sin tÃtulo, que lleva entre paréntesis el subtÃtulo Batalla de la Conquista, es de 1958, mide 1.22 por 3 metros y proviene de la colección del Museo Kaluz.
Uno de los puntos fuertes de la exposición es la inclusión de material inédito o poco visto. Es el caso de Francisco Marco Chillet, exiliado español y gran dibujante: Era un escenógrafo que trabajó en la época de oro del cine mexicano. Dibujó campos de concentración, ya que estuvo preso, y de pronto se interesó por el tema del mestizaje, también en la Conquista, en parte debido a un diorama que realizó para el Museo Nacional de AntropologÃa.
El de la Conquista no ha dejado de ser un tema atractivo para el mundo del arte.
Sobre los huesos de Cuauhtémoc y de Hernán Cortes: Diego Rivera y el gran debate sobre la mexicanidad permanecerá hasta el 16 de febrero en el Museo Mural Diego Rivera, ubicado en Balderas y Colón, colonia Centro.
Nota de Educayotl:
Pocos pueblos ancestrales tienen tan grave el problema de su identidad como el del Anahuac, usurpado por el hechizo criollo del México Imaginario. Por ejemplo, las civilizaciones milenarias como India y China, sus pueblos no tienen duda alguna de saber quiénes son en la actualidad, cuál es su milenaria historia y a dónde dirigen su proyecto como nación. Por ejemplo, en China los chinos hablan el chino mandarÃn, sus dirigentes y sus empresarios son chinos. En México al pueblo le han suprimido su lengua original y habla la lengua del invasor. El poder económico y polÃtico está en manos de extranjeros avecindados, que han creado una serie de construcciones falsas sobre la historia y la identidad ancestral, para ocultar su calidad de lobos en medio de los borregos. Se inventaron la ficción del "México Imaginario" y se auto llamaron mexicanos para aparentar que todos somos iguales, cuando históricamente siempre ha existido el invasor y el invadido, el rico y el pobre. Un paÃs oficialmente de iguales, pero que realmente está construido en la exclusión, el abuso y la explotación. El México imaginario a creado la fantasÃa perversa del mestizaje, en el que los anahuacas han tenido que dejar de ser lo que han sido en 9800 años de civilización para tratar de "igualarse" con sus explotadores, asumiendo la mentira de que tienen un abuelito español. El Estado mexicano neocolonial de ideologÃa criolla se a empeñado en tratar de desaparecer a la civilización Madre, el Anahuac, para imponer una serie de mentiras históricas para hacer una historia oficial, en donde un inexistente imperio azteca es el origen de su historia "prehispánica". Esta es la razón del problema de la identidad pirata que no funciona con la realidad. Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabidurÃa del pasado. No se puede salir del calabozo de la colonización con las ideas y los valores de los carceleros. Descolonizar es dignificar.