Quetzalcóatl no fue un ser humano y menos un dios. Fue en cambio un arquetipo, un símbolo filosófico que representaba la más elevada virtud humana, la educación y una forma equilibrada de vida. Como todas las civilizaciones ancestrales, Quetzalcóatl comparte con Amón Ra, Zoroastro, Krisna, Buda, Confucio, Lao Tse y Viracocha, un lugar entre los símbolos más importantes de la sabiduría humana. Quetzalcóatl es nuestro maestro y nuestra inspiración por ser lo mejor de nosotros mismos, como persona, como familia y como nación.
Quetzalcóatl es el símbolo de la sabiduría y el conocimiento de los toltecas. La Toltecayotl es el conjunto de conocimientos e instituciones más importantes del Anahuac y Quetzalcóatl es su representación simbólica con el ave y la serpiente, es decir, con el espíritu y la materia.