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EL INMACULADO CAZADOR-Fragmento de la novela Daany Beedxe

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Como sucedía con frecuencia, los muchachos más grandes de La casa de los Jóvenes se preparaban para salir de cacería a las montañas que estaban al norte del pueblo. Era una cadena montañosa que circundaba el valle de oriente a poniente, que tenía bosques impenetrables donde vivía toda clase de animales. A la parte que se dirigían, a dos días de camino, especialmente se encontraban tigres y venados. En esta ocasión especial, los acompañaba Espejo Humeante.

Antes de iniciar la cacería, se hizo una ceremonia de pedimento al Señor de la Montaña. Se le informó los motivos de la cacería y se le pidió permiso para cazar a un venado; en reciprocidad los sacerdotes y los jóvenes hicieron penitencia y ofrendaron incienso, enterrando unas cuentas de jade y dejaron fríjol y maíz al poderoso Señor del Bosque. La cacería además de proporcionar la carne del venado para la fiesta del onceavo mes, llamada "Barrimiento de los Caminos", tenía el objetivo de enseñar a los jóvenes el arte del acecho.

 

Espejo Humeante habló así a los jóvenes:

- En el mundo todos los seres vivos somos iguales, tenemos tres cosas que nos hacen comunes; la primera es que estamos vivos; la segunda es que sentimos y la tercera es que todos nos vamos a morir...lo mismo seamos plantas, animales o seres humanos; de modo que tenemos que tener presente que cuando buscamos nuestro sustento, otros seres vivos, se sacrificarán para que nosotros podamos vivir. Por lo que debemos también pensar que algún día, todos nosotros también seremos alimento de otro ser.

 

También quiero decirles, que la vida es como una cacería, la diferencia es la presa. El hombre siempre anda en pos del conocimiento. Los Viejos Abuelos nos dejaron dicho que nosotros podemos ser cazadores de conocimiento. De hecho es lo que ustedes están haciendo en nuestra respetable institución. De ustedes, los que logren "cazar" suficiente conocimiento, llegarán algún día al mundo del poder. Será en otro lugar y en otro tiempo, si esto llega suceder. Por ahora, lo importante es que ustedes se vuelvan inmaculados cazadores.

 

Por ello, lo más importante es que estén conscientes de lo que pretenden, porque para ser un cazador inmaculado no sólo basta ser certero con el arco y la flecha. Lo que se requiere es que sepan observar sin ser observados, que sepan esperar sin desesperarse, que no actúen como una presa; que sepan qué quieren cazar, por qué lo quieren cazar y cómo lo deben de cazar; no importa si se trata de ideas, saberes, objetos, plantas o animales.

 

El cazador debe de ser un hombre equilibrado, sobrio y mesurado. Porque el cazador para cazar, siempre se introduce a un mundo no habitual y desconocido...por lo tanto peligroso. Ahora cada uno de ustedes se internará a lo más profundo de estas montañas, solo llevarán su arco y sus flechas. Mañana a esta misma hora, al despuntar el Sol, nos reuniremos en este mismo lugar, nosotros aquí los esperaremos. Deseamos que cada uno encuentre a su presa."

Águila Nocturna se internó en una cerrada cañada. Por la tarde llegó a un pequeño claro, al lado de unos peñascos donde brotaba un poco de agua. Sintió que ese era el lugar, se frotó con unas hierbas olorosas todo el cuerpo y buscó un lugar dentro de un matorral para ocultarse y se puso a esperar.

 

Entró la noche y en el bosque se empezaron a escuchar extraños y diversos ruidos. Águila Nocturna acalló sus pensamientos y se concentró en el espíritu del venado. A media noche llegó a beber un puma sediento. Águila Nocturna lo miró y se concentró aún más en el venado. Sin moverse, sin hacer absolutamente ningún ruido, hasta reducir al máximo su respiración, absorto en el espíritu del venado. Al cabo de un tiempo, Águila Nocturna sufrió un cambio extraordinario, sentía que sus pies se transformaban poco apoco en raíces, que se afirmaban lentamente en la tierra. Percibió que de su cuerpo poco a poco brotaban largas ramas. Águila Nocturna dejó de ser él y se convirtió en un espléndido pino, una criatura más del bosque. Fue entonces cuando empezó a escuchar que le hablaban los árboles que le rodeaban. Sus hermanos le contaban una maravillosa historia; le dijeron que hace miles de atados de años en la tierra sólo existían los árboles y que un día los seres humanos empezaron a nacer de ellos, en un lugar llamado "En donde nacieron los Señores, los linajes" que están al norte en las montañas de las nubes. Ahí -le dijeron los árboles- existe una profunda gruta que llega al corazón de nuestra madre querida. Por esa gruta salen cantidades interminables de agua, que es la esencia de la vida. Flanqueando la entrada de la gruta, están los más antiguos Señores nuestros, "los venerables ancianos que viven junto al agua divina". De ellos nacieron entonces los seres humanos y como son nuestros más cercanos hermanos en este mundo, nosotros los árboles los proveemos de muchas maneras, para que ellos logren sobrevivir en ésta, nuestra tierra. Nosotros trabajamos diariamente y nos sacrificamos para que ellos vivan.

Fue tan impactante esta verdad dicha por los árboles, que Águila Nocturna abrió más los ojos; pero de una sorpresa pasó a otra. Empezaba a clarear cuando percibió al venado más hermoso que había visto en todo su vida. Era un imponente animal de amplia cornadura. El venado resplandecía con un brillo propio, destellando chispazos de energía. El animal terminó de entrar al claro, recorrió el entorno con la mirada e inclinó la cabeza para beber agua.

 

El corazón de Águila Nocturna empezó a palpitar tan fuerte, que temió asustar al animal. No sabía si estaba soñando o ese maravilloso venado encarnaba el espíritu del bosque. Pero cumpliendo con su responsabilidad de cazador, respiró profundo para relajarse, introdujo una flecha en la cuerda de su arco y muy lentamente cargó.

 

El animal de súbito levantó la cabeza y volteó directamente a ver al cazador. Águila Nocturna sintió entonces que la mirada del extraño animal, penetraba a su cuerpo a través de sus ojos. Una línea de energía, un haz de luz inundó al joven cazador y de inmediato todo su cuerpo empezó a resplandecer. Sentía que todo su cuerpo por dentro estallaba en una sensación de excitación y empezó a sentir un bienestar interior, como nunca se imaginó podría sentir.

Destensó el arco y lo tiró al suelo, al mismo tiempo el venado se dirigió lentamente hacia él. A escasos centímetros quedó uno del otro. Los ojos del venado parecían inmensas y profundas lagunas.

 

En sus profundidades, Águila Nocturna sintió absolutamente a todos los seres vivos del bosque y al final, se vio a sí mismo, y se sintió el maravilloso venado luminoso. Cerró los ojos y volvió a ver al venado que inclinaba la cabeza, para después lenta y majestuosamente introducirse en el bosque.

Despuntaban los primeros rayos de luz en la cima de las montañas, Águila Nocturna se dirigía al lugar donde estaban sus maestros. Fue el primero en llegar y Espejo Humeante lo recibió con un abrazo y como si supiera todo lo ocurrido le dijo:

 

"Inmaculado cazador, llevas en el corazón tu extraordinaria presa".

 

De regreso camino al valle, Espejo Humeante y Águila Nocturna sentía que el período de instrucción en La Casa de los Jóvenes había llegado a su fin.

 

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La novela la puede bajar completa y gratuitamente de:

http://toltecayotl.org/tolteca/index.php/2014-03-30-23-46-16/libros/401-daany-bexe

 

 

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