Desde las Cartas de Relación escritas por Hernán Cortés, hasta los libros de texto, al pueblo le han ocultado la verdad sobre lo que sucedió entre 1519 y 1521, a lo que ?colonizadamente? llaman los hispanistas ?La Conquista de México?, porque en este tiempo no existía el país equivocadamente llamado México, el cual se crea hasta 1824.
La corona española, desde un inicio, supo de las mentiras, delitos y crímenes de Cortés, pero por el prestigio que en ese momento él representaba para España, en aquel mundo europeo, se mantuvo el mito que un puñado de europeos conquistó un poderoso imperio y que hizo caer a la gran ciudad de México-Tenochtitlán. Sin embargo, los dos juicios de residencia que le imputaron a Cortés, atestiguan sus felonías, aunque totalmente fueron encubiertos por los historiadores hispanistas.
Mantener el mito y las fantasías, que siglo tras siglo se han ido aumentando, es parte de la estrategia para someter a los pueblos invadidos, porque la verdad, la invasión se ha venido manteniendo e intensificándose, logrando mayor explotación humana, depredación de los recursos naturales y destrucción del medio ambiente.
Este mito de ?La Conquista de México?, es parte del aparato ideológico del Estado mexicano, neocolonial de ideología criolla, que sigue estando en manos de extranjeros avecindados que han mantenido el poder económico y político en estos cinco siglos.
La fórmula para lograrlo, ha sido la aplicación sistemática y rigurosa de los tres mitos y las cinco estrategias de colonización, para lograr que los invadidos-ocupados-colonizados, no posean memoria histórica e identidad cultural ancestral, para que no sepan quiénes son y asuman su papel de colonizado-colonizador, tratando de igualarse con sus opresores, sean españoles, franceses o gringos.
Los mitos son: Los descubiertos no son seres humanos (lo afirmó Cristóbal Colón). Los descubiertos son peligrosos, violentos y caníbales. Los descubiertos son demoniacos e idólatras.
Las estrategias de dominación colonial son: Quitarles sus lenguas para dejarlos mudos. Quitarles su memoria histórica para dejarlos amnésicos. Quitarles sus conocimientos para dejarlos incapaces de transformar su realidad. Quitarles los espacios comunitarios y sagrados para dejarlos sin raíz. Quitarles su espiritualidad para dominarlos y someterlos con la religión del colonizador.
El mexicano moderno no sabe más de su pasado (ni el inmediato y más aún el ancestral), que el que la SEP le enseñó. El INAH, las universidades, los medios masivos de información, las televisoras y radios comerciales, los intelectuales, investigadores y artistas, están consciente o inconscientemente, al servicio de la neocolonización ideológica, cultural y espiritual. A diferencia del pueblo chino o indio, tan antiguos como el nuestro, los mal llamados mexicanos, porque no son mexicas, no están conectados con su pasado ancestral. Para ellos, Cortés es un héroe civilizador que rescató a los indígenas de un mundo caótico, sangriento y primitivo, en el que vivían esclavizados por los aztecas, como lo afirmó Octavio Paz, en su ensayo ?Vislumbres de la India?.
La versión histórica oficial, se basa científicamente, en lo que han llamado Las Fuentes Históricas, es decir, los escritos del inicio del siglo XVI, realizados por facinerosos de espada, fanáticos de la cruz, e indígenas conversos, que, con sus escritos de una supuesta nobleza indígena, pretendía recibir de la corona un trato más elevado que sus desgraciados hermanos. Con un poco de sentido común y pensamiento crítico, no se pueden tomar esas mentiras escritas con parcialidad e intereses personales, como una verdad histórica. Pueden ser puntos de referencia, especialmente para entender la limitada mentalidad del siglo XVI, de los que intervinieron en un hecho que no fue una acción humanista, científica o de beneficencia.
Por el contrario, la invasión del Anáhuac, marca el inicio de la expansión voraz de Europa sobre todo el planeta hasta nuestros días. Que siendo una península del continente Euroasiáticoafricano, en un estado de pobreza atroz y de atraso cultural, se enriqueció material y culturalmente a partir de la explotación de los seres humanos y la depredación de sus recursos naturales, así como, del saqueo epistémico, para asumirlo como propio, y por supuesto, su destrucción para mantener el mito del primitivo y salvaje nuevo conteniente.
El caótico mundo en el que hoy vivimos, inicia con la colonización del Continente Abyanáhuac, para continuar como capitalismo, neoliberalismo y globalización. El saqueo, despojo y violencia que ejercen las empresas trasnacionales y financieras sobre los pueblos del mundo, justamente nacen con la invasión de los europeos al Anáhuac desde 1492.
Necesitamos esclarecer los hechos para conocer la verdad y evitar que se siga repitiendo. Se necesita conocer la verdad, como un valor humano y de dignidad existencial. Porque el futuro de este país, está en el conocimiento de su pasado ancestral. Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. www.toltecayotl.org