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LA RADIO Y LA TV SON COMO LA DROGACOLA

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 LA RADIO Y LA TV SON COMO LA DROGACOLA
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Las personas que tenemos setenta años, podemos recordar cuando la TV iniciaba en el DF a las cuatro de la tarde, con El Club Quintito y terminaba a las diez de la noche, con un guiño coqueto del ojo de Ignacio Martínez Carpinteiro, después de haber leído las noticias, y todo mundo se iba a dormir como dios manda. Y qué decir de los programas en la radio de Cri cri el grillito cantor, las radionovelas y la hora de Pedro Infante. Era un México honorable y verdadero, donde a las cosas se decían con palabras verdaderas. Donde la honorabilidad y el prestigio era altamente apreciado y respetado.

Poco a poco, el mundo de la televisión y la radio se fueron degradando. Como una estrategia de enajenación del gobierno global en las sombras, para todo el planeta. Porque estos hechos no son privativos de México, sino se dan en todos los países.

Los medios dejaron de anunciar productos y empezaron a inducir maliciosamente su compra enajenada, dejaron de dar noticias y comenzaron a dar versiones parciales de la realidad, a través de la ideología de los poderosos. Los locutores, pasaron de ser personas educadas, informadas y profesionales, a ser verduleros en la cloaca política. En la radio y televisión comercial se ha perdido casi totalmente la ética y el valor de ser un profesional. El cinismo es la divisa de los más famosos conductores de noticieros, que no son periodistas, sino, lectores de notas hechas por la empresa y que está comprobado, recibían millones de pesos mensuales.

 LA RADIO Y LA TV SON COMO LA DROGACOLA
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En la radio, algunas personas hablan como si estuvieran borrachas en una cantina, con bajezas, groserías y sin el menor respeto. Estas personas confunden la franqueza con la vulgaridad. Son ese tipo de personas ?refinadas?, que a la menor confianza se sueltan con un vocabulario procaz y soez. Es claro que carecen de valores y principios éticos y morales.

En la televisión, el maestro de maestros, un payaso vulgar, majadero y machista, llegó a dar cátedras de ética y moral a nivel nacional al pueblo de México. Fue quien abrió la caja de Pandora de la vulgaridad. Todo esto con la complacencia de los adoradores del becerro de oro.

Ciertamente, que el mundo se está globalizando, pero por desgracia, en las partes más oscuras e inmorales. La Verdad, la Honestidad, la Imparcialidad en los medios masivos de confusión, han sucumbido ante los intereses del establishment, de los dueños del dinero, de sus partidos políticos, de sus empresas y de sus empleados los políticos.

Porque el punto es que, una persona o grupo de personas, pueden hacer con toda libertad una empresa de medios para impunemente influir e intervenir en la forma de pensar de las personas de un país. La supuesta, libertad de prensa, le permite mentir o crear percepciones falsas a través de verdades a medias, datos alterados. Las audiencias quedan indefensas ante hechos criminales.

El poder de los medios masivos de confusión: la televisión, la radio y la prensa, tienen como misión conjunta, dar una versión de los hechos y de las cosas que pasan en el mundo, para que se convierta en la visión que tiene el pueblo, no solo de su país y del mundo, sino hasta de ellos mismos, de su propia realidad. El asunto es tan profundo y perturbador, que en general, las personas que no tienen una sólida base cultural y educativa, rigen su vida y perciben el mundo, como se les ordena, dosifica y trasmite a través de los medios diariamente.

Hay personas que inmediatamente que se despiertan, prenden la televisión o la radio y la apagan al irse a acostar. El ruido que producen estos aparatos es ya imperceptible para esta gente, que recibe toda la información comercial y política en lo más profundo de su cerebro, sin darse cuenta. Al tiempo, se han hecho adictos a este ruido, y no se dan cuenta.

El totalitarismo ha llegado a su máxima expresión. La verdad, es solo una, y la tienen los poderosos, y todos la tienen que acatar y tomar como su verdad personal. Nadie se atreve a desafiarlos porque será aniquilado. No es una exageración decir que son silenciados. El pensamiento único, no admite objeciones o señalamientos.

Toda esta amplia reflexión, amable lector, la hago porque tuve la oportunidad de hablar con un viejo y antiguo amigo, al que le había perdido el contacto, por lo menos en treinta años. De joven, mi amigo perteneció al Partido Comunista de México, estudio leyes en la UNAM, fue, durante muchos años, funcionario público federal, hombre de izquierda, muy allegado al general Lázaro Cárdenas y a la gente de pensamiento crítico. Él fue el que me presentó a AMLO, con el cual coincidimos por casualidad, una vez que nos reunimos a comer en uno de los restaurantes tradicionales del centro de la CDMX a principios de la década de los años noventa del siglo pasado.

Mi amigo, es una persona mucho mayor que yo, pero está sano, con vitalidad y un espíritu inquieto. Vive solo, se ha convertido en un ermitaño de condominio, y la mayor parte del tiempo se la pasa escuchando los noticieros de la radio y la televisión, y es justamente por esta situación, por la que ha operado un cambio asombroso e increíble en la visión del mundo.

Después de un rato de intercambiar recuerdos y ponernos al día, inmediatamente me preguntó, que cuál era mi opinión sobre AMLO, le dije que yo no creía en la política, ni en la democracia de los banqueros y menos en los políticos. Quise desviar la plática a otro tema, pero casi exaltado me empezó a espetear que AMLO, era un mentiroso, un nefasto y el peor presidente que México ha tenido. Percibí coraje y mucha frustración en su alegato.

Cuando pude decirle que sí él creía que era peor que Calderón, despeñadero o Fox, mi error desencadenó una furia de epítetos en contra de la 4T y me enumeró muchos ejemplos del fracaso rotundo del gobierno federal. Como lo sentí, casi fuera de sí, opté por callarme y escucharlo para que se desahogara. Le dije, como para cerrar el tema: entonces nada de lo que ha hecho AMLO es bueno; ?NADA?, respondió categórico.

Me despedí de la manera más atenta y cordial, pero en mis adentros, con mucha tristeza. Porque cuando lo conocí era un hombre lúcido, muy crítico y excelente conversador. Lo que escuche no fue obra de la edad, sino de ver y escuchar los noticieros en la televisión y la radio, porque he percibido el mismo comportamiento en otras personas, actúan de la misma forma con el tema de AMLO.

Es cierto, eso que dicen que dijo Gebbels, de que una mentira repetida un millón de veces se convierte en una verdad incuestionable. Los medios no solo trasmiten su ideología, sino lo hacen a través de la mentira, y eso es algo muy grave. Porque cuando los poderosos mienten en los medios para favorecer sus intereses, se han enajenado los medios de comunicación. Dejan de ser un medio público de comunicación y pasan a ser una poderosa arma política.

Son como la drogacola, todo mundo sabe que es veneno, pero todos la siguen consumiendo. Está comprobado que los medios mienten y que los presentadores de noticas son corruptos, pero a pesar de ello, la gente los sigue viendo y escuchando. Educayotl AC. Descolonizar es dignificar. www.toltecayotl.org

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