El Estado mexicano ha hecho creer al pueblo, que su ?historia ancestral?, que ellos llaman, colonialmente, ?Historia Prehispánica?, se resume solo a la historia de los mexicas de apenas 196 años. Esto tiene una lógica ideológica muy profunda; como el Estado cumple sus funciones de manera neocolonial, porque los que han tenido, y tienen, el poder económico y político, en estos dos siglos de neo colonealidad, son descendientes ideológicos, morales y sanguíneos de Hernán Cortés, quien, según la historia oficial, con 550 filibusteros conquistaron al poderoso imperio azteca, gracias a poseer: al verdadero Dios de su parte, una tecnología militar superior y una cultura más avanzada a la de los arcaicos nativos, pudo realizar esta proeza humana y civilizatoria.
Así pues, se establece subliminalmente que: El México prehispánico, era guerrero, primitivo, idólatra, pero muy poderoso. Que un puñado de españoles lograron derrotarlo gracias a su superioridad en todos sentidos, y que, gracias a esta derrota, se liberó a los pueblos sojuzgados del imperio azteca, se libraron de aberrantes idolatrías y pavorosos sacrificios humanos y se pudieron empezar a civilizar, es decir, a occidentalizarse, perdiendo sus lenguas, memoria histórica, conocimientos, espacios y su milenaria espiritualidad, para entrar de lleno en su función de ?periferia y subdesarrollo?.
No se le permite entender al pueblo, que los mexicas, son la última parte de más de 9500 años de desarrollo humano endógeno, es decir, de aproximadamente el octavo milenio aC., hasta la llegada de los mexihtin, que era el nombre original de la última migración de los pueblos del desierto al Altiplano Central en el siglo XII d.C., conocido como el pueblo sin rostro.
Fue su Cihuacóatl Tlacaélel, el que les cambió el nombre por mexicas, quien mandó destruir los códices antiguos, en donde estaba el conocimiento de la Toltecáyotl, y transformó una antiquísima leyenda de la llegada de los seres humanos a poblar el Anáhuac, de un lugar mítico en el que había siete cuevas o lugares de origen, el Tomanchán ancestral y génesis cultural del Cem Anáhuac. Esta historia mítica se la adjudicaron los nómadas del Norte, y se asumen, con una misión divina para sostener al Quinto Sol, que estaba llegando a su fin.
De esta manera, se priva al pueblo del conocimiento de la milenaria historia de una de las seis civilizaciones más antiguas y con origen autónomo del mundo, y la que, probablemente, alcanzó el más alto nivel en desarrollo humano y calidad de vida del mundo antiguo. Y es este, justamente, el objetivo para que el pueblo quede amnésico de sí mismo, impotente y vulnerable. Para que no sienta orgullo y trate de emular los logros y alcances de sus ancestros. El Estado pretende que el pueblo se crea ?mexica-mexicano?, que cuanto más, solo se emplume y baile los fines de semana, haciendo neo rituales, se tatúe, creyéndose un guerrero mexica-mexicano. Pretende que las personas que busquen su raíz ancestral, no la descubran en la Toltecáyotl, milenaria, espiritual y dedicada a Quetzalcóatl; sino que la busquen en la Mexicayotl, bicentenaria, materialista y dedicada al numen mexica Huichilopoztli, traído de los desiertos del Norte.
Esta tribulación, cinco centenaria, de estar permanentemente derrotado, vencido por el invasor de ayer y de hoy, el mexica-mexicano se ha de resignar a ser siempre el perdedor y que el patrón será siempre el extranjero ganador, porque, ni cuando eran supuestamente el más grande y poderoso imperio pudieron contra los europeos. Así es y así será, desde el pasado prehispánico hasta el futuro neocolonial neocolonizado.
Esta es la razón por la cual, en los libros de texto de historia de la SEP, tienen como objetivo formar a nuestros hijos como seres colonizados, impotentes y castrados. Lo mismo hace la UNAM y el IPN, y todas las escuelas de nivel superior. Les ayudan en su labor de colonización la televisión y la radio comercial, la iglesia y ahora la Internet.
Somo un pueblo amnésico. No sabemos de dónde venimos, quiénes somos y cuál es nuestro futuro. Vivimos en el calabozo de la colonización, construyendo nuestro mundo con las ideas importadas del carcelero. Tratando, disfuncionalmente, de ser lo que no somos, bajo el desprecio de a quienes tratamos de emular: primero a los españoles, después a los franceses y hoy en día a los gringos. Siempre extranjeros incultos en su propia tierra, derrotados, incapaces e impotentes. Sumisos ante el opresor, dispuestos servilmente a ser sus sangrientos testaferros. Siempre sumisos vasallos, ayer de la corona española, ahora de las empresas de Wall Street. Siempre como un pueblo explotado, engañado, y cuando protesta, masacrado impunemente. Siempre en manos de extranjeros.
Ahora, los criollos, nos dan pan y circo, y hacen suya la fecha, y hacen su fiesta, y llevan el agua a su molino. Llenan nuevamente la plaza de dónde saldrán infectados, con virus mentales y físicos, los amnésicos macehuales. Y se repetirá de nuevo la historia, como hace cinco siglos, la ciudad nuevamente atravesando una terrible pandemia y en manos de extranjeros.
Un pueblo que no conoce su historia, la repetirá una y otra vez. Porque la amnesia ha sido la mejor arma del invasor-colonizador. Educayotl AC. Descolonizar es dignificar.