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CENTROS ANÍMICOS: COSMOVISIÓN NAHUA. Manuel Díaz

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Para los nahuas el nombre más usual para el cuerpo humano era el de tonacayo: "nuestra carne en su conjunto". El lado izquierdo del cuerpo tenía valores positivos porque era el lado del corazón y también el que ocupaban aquellos más cercanos a la autoridad. Los huesos eran considerados como depósitos de las fuerzas vitales del individuo. Tal vez por esta razón, el
fémur de los que morían se conservaba y se le llamaba "dios cautivo" maltéutl.

Los nahuas creían que las fuerzas sobrenaturales podían entrar en el organismo por medio de las articulaciones para alojarse en los huesos. El ombligo era el punto de distribución de los
conductos del cuerpo. Era la vía de acceso para los medicamentos que así entraban en el organismo y vencían la fatiga física. El ombligo era el punto central del cuerpo, un punto tan importante como el centro de la tierra y el eje cósmico lo eran para el universo.

Los cabellos revestían carácterísticas mágicas debido a su contigüidad con la parte superior de la cabeza que era el lugar bañado por el tonalli una de las entidades vitales o almas-.
La cabeza era la región de la comunicación, de las relaciones con la sociedad y con el cosmos.

Allí se alojaba la capacidad de razonamiento. La palabra tzontecómatl: "la cabeza en su totalidad", era sinónimo de ilhuícatl, "el cielo".

A los locos, se le llamaba: cuatlahuelíloc o yollotlahuelíloc. Los dos términos se refieren a la disminución de las funciones orgánicas. Cuatlahuelíloc implica la parte superior de la cabeza,
cuaitl, y yollotlahuelíloc, también habla de una deterioración pero se refiere a otro centro del razonamiento, el corazón. En efecto, el corazón era un centro vital, el órgano de la consciencia. La epilepsia era consideraba como una forma grave de debilidad del corazón. Esa enfermedad se llamaba: yolpapatzmiquiliztli que significa debilidad a causa de una fuerte opresión en el corazón.

Otro tipo de debilidad de la consciencia que conducía a la locura se explicaba como una opresión en el pecho causada por los alahuac, término que se traduce por flemas aunque para ser más precisos hay que decir que eran substancias líquidas, viscosas y resbalosas que estaban en estrecha relación con los colores y con los cuatro puntos cardinales. Tales substancias podían ser introducidas en el organismo mediante el rayo y las fiebres. Los analuac son los productos más mencionados en patología. Muchas alteraciones del organismo se debían a su exceso. Los medicamentos que favorizaban su evacuación se utilizaban para tratar la locura.
En las pantorrillas se alojaba una fuerza vital que podía ser robada por brujos cuando se las "comían" a distancia. Bastaba que los hechiceros mirasen a la víctima para echarles el maleficio que los conduciría a la muerte.
Otro producto intimamente ligado a a los estados emocionales, era la saliva. Le dios encargado de frenar la cólera era: Teoiztlactlapanqui, "aquel que limpia la saliva de los dioses". La saliva tenía relación con el veneno y de una manera metafórica, con las mentiras.

Algunas verrugas, las tzotzócatl, eran el signo del carácter mezquino del individuo. La etimología
de su nombre las designa como suciedad, como si un rasgo antisocial de la personalidad
produjera tal suciedad.

Las Almas:

El concepto occidental del alma, se encuentra muy alejada del pensamiento nahua.

a partir de documentos escritos en náhuatl, (Bernardino de Sahagún y el diccionario de Molina) encontró que los nahuas creían en varios tipos de entidades vitales.

A pesar de la deformación que puede existir al interpretar las fuentes López Austin define los centros anímicos como la parte del organismo humano en donde se encuentra una concentración de fuerzas y de substancias vitales. Asimismo, describe 12 grupos de centros anímicos:

1- Yol, Yollo: corazón.
2- El: hígado.
3- Tonal: irradiación contenida en el cuerpo.
4- A: fontanela.
5- Cua: parte superior de la cabeza.
6- Tzon: cabello.
7- Ihio: aliento.
8- Ix: ojo o rostro.
9- Nacaz: oreja.
10- Xic: ombligo.
11- Cuitla: excremento.
12- Tlail: excremento.

Sólo abordaremos tres centros anímicos dado el interés que representan para definir las
entidades anímicas que allí se alojaban.

1- Yol o Yollo
Se puede concebir la importancia dad al corazón no solamente por la cantidad extraordinaria de veces que se le mencina sino también porque tiene que ver con la vitalidad, el conocimiento, los impulsos y los afectos. A éste órgano pertenece la memoria, los hábitos, los gustos, la voluntad y el control de las acciones y de las emociones. Aunque no es el órgano unitario de la consciencia.

Al corazón se le concebía como un órgano susceptible de ser modificado por el bien o por el mal. Los pecados producían que el corazón "se torciera" lo cual a su vez provocaba las enfermedades más temidas, como la locura y la mala conducta que estaban indisolublemente ligadas.
Cuando el corazón se dañaba se producía amnesia, "falta de genio", fatiga, cólera, inconsciencia, alienación y la transgresión de las normas sociales.

2- Elli
Sus atributos se concentran en el área de la vitalidad y del afecto. De allí brota la energía necesaria para transformar a un individuo en valeroso y atrevido. En su estado normal, el elli,
originaba la alegría y la tranquilidad. El término: cemelli, "alegría, placer", describía la unificación, la coordinación de los sentimientos y de las pasiones, la eliminación de la lucha
interna entre las diferentes fuerzas afectivas que conducen a los conflictos intraindividuales y a la angustia. Si las fuerzas del elli se dirigían hacia personas o hacia objetos, se provocaba la apetencia que se expresa bajo la forma del amor, del deseo o de la envidia. Aquel que tenía el elli, duro o en abundancia se consideraba de espíritu lúcido por el contrario su disminución conllevaba la pereza. Los pecados ensuciaban el elli y el odio llevaba al ser humano a una mala vida y a la locura.

3- El Grupo Tonal
Este grupo estaba en relación con el valor. Estos tres grupos conservaban estrechas relaciones. Los nahuas creían que el corazón se calentaba cuando uno se enojaba, que el hígado se
endurecía cuando uno se esmeraba y que la alegría se presentaba gracias a la cabeza.

4. Las Entidades Vitales
Las funciones vitales más importantes estaban dadas por tres entidades anímicas: el tonalli, el ihiyotl y el teyolia. Este último sobrepasaba a los otros en importancia y en
funciones.

5. El Tonalli
El substantivo tonall, se deriva del verbo tona, "irradiar", y significa lo siguiente: irradiación, calor solar, verano, día, el signo del día, el destino de la persona dado por la fecha de nacimiento y alma o espíritu.

El sol era el portador del Tonalli por excelencia y a él se dirigían los médicos para pedirle que curara a alguien.
Se consideraba que el tonalli era el "genio", la buena fortuna, la "estrella", en el sentido de suerte predeterminada. La salida del tonalli que causaba la enfermedad y la muerte podía ser
causada por ciertos actos físicos violentos, como el cortar los cabellos de la fontanela o una impresión miedo súbita.
La forma más frecuente era la que A. de Molina llama tetonalcahualiztli que significa literalmente el abandono del tonalli pero él le da el sentido de susto o de miedo mágico.

6. El Teyolia
El teyolia era la entidad vital que iba al mundo de los muertos. En la colonia, de manera equivocada, al teyolia se le identificó como el alma o anima en español. Las funciones del teyolia eran aquellas ya atribuidas al corazón asiento de tal entidad anímica.
Tanto el corazón como el teyolia podían dañarse por una conducta inmoral, por las enfermedades debidas a la posesión por los seres acuáticos, por las enfermedades que "cubrían
o apretaban" el corazón y por los daños causados por los brujos, llamados teyollocuanime, quienes mediante la magia devoraban o apretaban el corazón de las víctimas.

7. El Ihiyotl
Esta entitad anímica es más difícil de identificar. En un texto del códice de Florencia se describe como el aliento insuflado por Citlaticue, Citlallatonac y los Ilhuicac chaneque a los niños
ofrecidos al agua cuando nacieron. Las funciones del ihiyotl corresponden a aquellas descritas para el hígado como asiento de las pasiones, de los sentimientos, del vigor y de la vida. La cólera y el odio se localizan en el hígado y en la hiel. De allí surgen el deseo y la envidia. Las tres entidades anímicas debían operar en armonía para permitir a un individuo estar sano,
ser moral y de espíritu equilibrado. Si una de ellas se alteraba, las otras dos también se afectaban.

Bibliográfia:

INVESTIGACIÓN EN SALUD UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA, CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS DE LA
SALUD / GUADALAJARA, MÉXICO.

La enfermedad y la medicina en las culturas precolombinas
de América: la cosmovisión nahua
Sergio Javier Villaseñor Bayardo, Carlos Rojas Malpica y Carlos E. Berganza Champagnac
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Tomado de:
https://www.facebook.com/mikael.diaz.710/posts/1927688904166166

 

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