Nuestros Viejos Abuelos tenan muy claro el concepto de que la Tierra era un ser vivo, con una conciencia de ser propia, sujeta a las fuerzas que rigen el universo. Los seres humanos en consecuencia somos "huspedes" de ella, la tierra nos alberga durante nuestro paso por la vida y nos da todo cuanto necesitamos. Al partir nosotros dejamos en ella nuestro despojo humano, como la mariposa deja el despojo de la crislida cuando inicia su maravilloso vuelo a las alturas. Los humanos no somos seres en busca del desarrollo de sus fuerzas espirituales; por el contrario, somos "seres espirituales" trabajando en este tiempo y en este espacio, el plano humano. Nuestra verdadera casa, segn nuestros Viejos Abuelos" esta en otra parte.
Mi madre me trajo al mundo en Coyoacn. Pasaron muchos aos para que yo volviera a nacer en Oaxaca. Mi primer nacimiento fue totalmente ajeno a mi; el segundo en cambio fue todo un proceso que dur ms de 27 aos. En efecto, despus de conocer todo el pas y haber vivido dos aos en Europa, tom la decisin consciente de vivir el resto de mi vida en Oaxaca. No he conocido otro lugar en el mundo en el que la tierra me haya hablado tan tierna y profundamente. S, uno nace donde las circunstancias lo permiten, pero uno "renace" donde encuentra la "abertura", el sendero que nos conduce a "nuestra Madre querida". No existe ningn otro Ser vivo, que pueda transmitir tanto amor.
La Guerra Florida es el campo de batalla de los guerreros del espritu. El tratar de vencerse a s mismos, el tratar de ser lo mejor de uno, de poder lograr humanizarse y de florecer el corazn, slo se logra con "Flor y Canto". Por ello, Oaxaca resulta uno de esos pocos lugares en el planeta, en el que "el cielo y la tierra se besan". Oaxaca llena sus espacios espirituales con su luminosidad incolora. Flores de luz rodeadas por sus majestuosas montaas, dan a Oaxaca, esa atmsfera en la que el cuerpo siente y el espritu recuerda su verdadera misin en esta vida.
Siempre quise vivir desde lo ms alto de una colina y desde ah ver a Oaxaca, rodeada de sus montaas guardianas y protectoras. La tierra en Oaxaca est ms que viva, contiene en s misma una hipersensibilidad, como cualquier ser vivo, tiene partes sumamente "delicadas", como podra ser para el ser humano los ojos, para la tierra nuestra Madre querida, Oaxaca.
Por esta sensibilidad que posee intrnsecamente Oaxaca, es que los Viejos Abuelos construyeron "Daany Bedxe", (Monte Alban) en un esfuerzo que dur ms de mil aos de un proyecto social compartido por muchas personas y generaciones enteras a travs del tiempo.
El milagro que encierra "El Cerro de Tigre" (Monte Alban), no puede ser otro que la consolidacin de la aspiracin mxima de aquellos que un da descubrieron el potencial espiritual de la vida. En consecuencia, Monte Alban no pudo ser burdamente una "ciudad", aunque en el Cerro del Tigre vivieron miles de Guerreros del Espritu durante ms de 10 siglos seguidos.
"Daany Bedxe" tampoco pudo ser una fortaleza militar, aunque en el Perodo Postclsico, cuando los Venerables Maestros tenan muchos siglos de haber destruido, cubierto de tierra y abandonado este recinto "sagrado-energtico", los pueblos hurfanos de los Grandes Maestros y Guas, en perodos de guerra, utilizaron sus abandonados mogotes como fortificaciones militares.
Y a pesar de que actualmente Monte Alban esta sembrado de tumbas, nuca se construy este monumento al espritu humano como panten, aunque despus del abandono los hombres comunes se quisieron enterrar ah para tratar de emular a los luminosos Guerreros del Espritu.
"El potencial energtico que se condensa, de las dos grandes cadenas montaosas que bajan desde Alaska y las grandes planicies de Norte Amrica, al converger, al unirse en este vrtice telrico que representa el Valle de Oaxaca, encontrar en Monte Alban el punto de fusin, el lugar donde aflora, donde emergen estas misteriosas fuerzas energticas, producto de la "conciencia de Ser" de la propia Tierra, nuestra inconmensurable y querida Madre.
Al contemplar todos los das desde las ventanas de mi estudio a Monte Alban, los valles y las montaas que le rodean, siento viva esta conciencia ancestral que me atrapa y me libera de las burdas cadenas de mi estupidez existencial.
"La Luz Florecida" que nos baa y nos purifica en este pequeo valle, oasis geolgico en medio de un mar de montaas, permite no slo que las milenarias piedras del recinto sagrado se conviertan en "flores ptreas" llenas de vida, conciencia y sabidura, sino que el adormilado, el embrutecido espritu humano empiece a despertar.
Monte Alban es un prodigioso milagro de nuestra Madre Querida y el Espritu Humano, lugar mgico donde el misterio de la existencia humana y lo divino se hizo tangible, donde la vocacin del ser humano se realiz, ser un puente entre el cielo y la tierra. Y resulta una inmensa dicha vivir cotidianamente agradecido a sus pies.