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LA KAKISTOCRACIA Y LA CLEPTOCRACIA OAXAQUEÑA

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Oaxaca es uno de los estados más pobres de la federación, no, por carecer de mano de obra o porque no existan recursos naturales. Por el contrario, en esos dos aspectos radica parte del potencial del estado. El problema es y ha sido, a lo largo del tiempo, la kakistocracia y la cleptocracia de nuestros gobernantes.

En efecto, en Oaxaca gobiernan los peores y los ladrones con sus raras excepciones.  El gobierno, literalmente, es un botín de grupos organizados de delincuentes a quienes les importa “un pepino” el bienestar del pueblo y el desarrollo del estado.

 

Usan a las instituciones de manera discrecional para satisfacer sus inagotables y voraces intereses económicos y políticos de grupo y se la han pasado, -en los últimos sexenios-, luchando sin cuartel unos contra otros, para tener el “control total” de poder, porque Oaxaca había logrado la mínima estabilidad política gracias al “reparto” del poder entre los diferentes grupos. Hoy en día los carteles de la política quieren “todo el poder todo”, no están dispuestos a compartir.


El martes 13 de agosto salió una nota muy reveladora en la Jornada, que es un fiel reflejo de lo que pasa en el estado, y que es solo la punta del iceberg: “Amateurismo y falta de calidad lastran la Bienal Rufino Tamayo”.

La bienal fue una idea del Maestro Rufino Tamayo y a 16 años de distancia “debería ser una de las grandes bienales de México”. Los políticos y los burócratas de la cultura de Oaxaca, no han sabido honrar la memoria y la obra del Maestro Rufino Tamayo.


La Cultura y el turismo deberían ser el motor del desarrollo del estado, porque es su mayor potencial. España, por poner un ejemplo, fundamentó y logró su desarrollo a través de impulsar el turismo como cadena de transmisión para activar el desarrollo industrial y comercial.

Para el estado de Oaxaca, el sector cultural y turístico (en ese orden, porque uno es consecuencia del otro) deberían ser la palanca de desarrollo a través de una estrategia a largo plazo de carácter transexenal.


Sin embargo, los últimos gobiernos “van en reversa, en sentido contrario y sin espejo”. Están acabando con “la gallina de los huevos de oro”, y el potencial y el patrimonio cultural se lo están acabando por su irresponsabilidad, incapacidad e ignorancia. Van por el mismo camino que el estado de Guerrero con Acapulco.

Los funcionarios que han tenido esta alta responsabilidad en los sucesivos gobiernos desde el de Pedro Vázquez Colmenares, han ido acabando con el potencial Cultural y turístico de Oaxaca. 

Los señalamientos que hace la crítica de arte Patricia Soriano son reveladores de lo que ha venido pasando en Oaxaca, no solo  con la Bienal Rufino Tamayo, sino con el mejor proyecto cultural que ha tenido Oaxaca, y que lo realizó Vázquez Colmenares y lo continuó Jesús Martínez.

Oaxaca fue escaparate del desarrollo Cultural de México. La Presidencia de la República enviaba permanentemente a sus invitados a conocer el proyecto cultural oaxaqueño, como lo mejor que se estaba haciendo en México en esos momentos en Cultura.

Recordará usted, amable lector, los festivales de Primavera de la Orquesta Sinfónica Nacional, La Bienal Rufino Tamayo, el Festival de Bandas,  la creación del Sistema Estatal de Casas de Cultura, La Orquesta Primavera, La Orquesta Sinfónica, el Premio de la Canción Popular Oaxaqueña, el Centro de Iniciación Musical de Oaxaca, la creación y el impulso de muchas iniciativas culturales que una a una, fueron siendo saboteadas, olvidadas y destruidas.

Esta última, el CIMO, fue considerado por el Maestro Fernando Lozano, el referente del país, en cuanto a iniciación musical, y del cual se desprendieron 101 orquestas infantiles y juveniles.


Los gobiernos del estado, debieron continuar con un proyecto a largo plazo en vez de destruir y corromper. Las instituciones culturales en Oaxaca están, en el mejor de los casos, “totalmente agotadas”. Los funcionarios de alto nivel saltan en su carrera política de puesto en puesto, ni saben ni les interesa saber sobre Cultura. La gente de puestos medios se ha enquistado y corrompido, han comprobado fehacientemente su incapacidad e ignorancia en materia cultural. Como gusanos viven en el cadáver de las instituciones que ellos mismos han acabado. El personal de base, ante tanta incapacidad y corrupción, con jefes que viene y que van…llevándose todo lo que pueden, se ha “encapsulado en la burocracia”, esperando aburridos y desolados el tiempo de su jubilación. Esto es lo que ha pasado en Cultura.

La iniciativa de la sociedad civil representada por el Maestro Francisco Toledo y la de la iniciativa privada, representada por Alfredo Harp, son los que han venido trabajando por su cuenta. El gobierno del estado ha renunciado a su responsabilidad, -legal e histórica-, de crear una política cultura y promover el Desarrollo Cultural de los oaxaqueños.  

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