La esencia y raíz de la EDUCACIÓN es ?formar rostros propios y corazones verdaderos?, así lo dice la pedagogía tolteca. Un rostro propio, se refiere metafóricamente a una personalidad verdadera, y un corazón verdadero, de igual manera, se refiere a una ética propia, entendiéndose como la formación de valores en el estudiante. Es formar a los niños ética y moralmente solventes. La educación ancestral ?propia-nuestra?, busca que los niños y jóvenes se formen en una actitud de autosuficiencia, autodidacta y autónoma.
La educación fue uno de los pilares más importantes de la Civilización del Anáhuac. El magisterio mexicano debería conocer este sistema, que fue el primero y único en el mundo antiguo y que duró por lo menos tres mil años antes de que lo destruyeran los invasores españoles.