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EL USO Y ABUSO DE LA MUERTE DEL PAPA

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El uso y el abuso que han hecho los “mercaderes” de la muerte del Papa a través de los medios masivos de comunicación han sido majaderos, abusivos e irrespetuosos, para la doctrina cristina.

Fue Jesús de Nazaret quien sacó con energía a los mercaderes del templo. El verdadero templo de Dios es el cuerpo y el alma humana. Pues los “mercaderes” se han metido nuevamente al “templo de Dios” a través de los medios masivos, especialmente de la televisión. En estos 2005 años la alta jerarquía católica nada tiene que ver con las bases morales y éticas por las que murió en la cruz el mártir del Gólgota.

 

El Vaticano es hoy un Estado y como todos los Estados tiene grandes intereses económicos y políticos. Una alta jerarquía entrampada por el poder y una inmensa burocracia en gran parte del planeta nutre sus columnas. Sí usted lo ve desde esta perspectiva, el vaticano es el Estado que tiene más influencia, más burocracia y más problemas en el mundo.

 

Ha sido un gran negocio para las cadenas televisoras del “mundo libre” las transmisiones de las ceremonias luctuosas. El Papa en vida y en su muerte, ha sido manejado más como una estrella y un espectáculo, que como un pastor espiritual del mundo.

 

Este majadero e irrespetuoso uso de un símbolo espiritual por los “mercaderes” nos hace pensar, que en la medida en que la gente este más enajenada y embrutecida. En la medida en que las masas no puedan desarrollar de una manera humana y natural su necesidad intrínseca de desarrollo espiritual, los “mercaderes” pueden controlar y manipular a los pueblos. La riqueza de los “mercaderes” se sustenta en la ignorancia y embrutecimiento de los pueblos. Un pueblo que desarrolle su sentido místico y espiritual por el mundo y la vida, es un pueblo que no aceptará el consumismo, la frivolidad y la politiquería.

 

El papado ha sido convertido por los “mercaderes” en un medio para neutralizar las aspiraciones de desarrollo espiritual de los pueblos. Los medios crean conceptos y mañosamente los entrelazan con sus productos y con sus valores. La televisión usa y manipula los valores como la bondad, la verdad, la caridad, la pasión, el amor, la caridad, la fraternidad, el derecho a la vida y la dignidad humana. Esa terrible mezcla de valores y productos nos conducen a la frivolidad y a la desolación.

 

El colmo de este uso y abuso se lo lleva México. No sólo por el uso político que se le ha dado a las trasmisiones en contra de “la canallada” del desafuero de un rival político del sistema, sino por la grotesca complicidad de las televisoras con el gobierno y los dueños del dinero. Los medios silenciaron las declaraciones de López Obrador y saturaron hasta la saciedad la trasmisión de las exequias del Papa. Este uso político de los medios los medios no debe pasar inadvertido. Nunca antes se habían visto tan grotescamente parciales y tan burdamente confabuladas las empresas informativas con el gobierno.

 

Pero tal vez lo más reprobable es la manipulación de la necesidad de desarrollar la espiritualidad del pueblo de México. En efecto, llegar al abuso de usar “el papamóvil” para entretener y burlarse de los sentimientos de nuestro pueblo. Manipular emocionalmente al pueblo y hacerlo IDÓLATRA de un autobús, es una verdadera infamia. Lo que demuestra que la alta jerarquía del vaticano y de México, no se tientan el corazón para usar un símbolo y llevarlo a la propia degradación.

 

Ver a mi pueblo manipulado a tras del Papamóvil. Formados en la calle, esperando que pasara “la maquina” para enaltecer y sensibilizar su espíritu fue en verdad muy deprimente. Convocado por las televisoras y la alta jerarquía católica, para “adora a una maquina”, me llenó de indignación. No se puede ni se debe usar y abusar de la necesidad espiritual de una persona y menos de un pueblo.

 

Este hecho nos demuestra la falta de valor moral y ético de los jerarcas de la iglesia católica en México. El hecho evidencia la falta de una guía moral y espiritual de aquellos hombres de rojo y negro, de aquellos que usan los valiosos anillos y lujosos autos. De esos hombres de las opíparas comidas de “cardenal”, que viven en los suntuosos palacios rodeados de servidumbre. De esos jerarcas que siempre acompañan a los poderosos en turno como sumisa comparsa.

 

Estos lamentables hechos nos hablan del gran vacío moral y espiritual de la sociedad. El pueblo de México, no sólo carece de líderes políticos, sino también de líderes espirituales, que dignifiquen las enseñanzas y la vida misma de Jesús de Nazarte. Los “mercaderes” están gritando sus infectas mercancías en lo más profundo del templo y la alta jerarquía de Roma y de México les abre las puertas y les sirve de acólitos de los nuevos sacerdotes del culto “al becerro de oro”. El Papa ha muerto, pero el show tiene que continuar, después de unos comerciales… en cadena nacional.

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