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Los Danzantes del Edificio L de Monte Albán. Victoria Padilla de la Torre

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Victoria Padilla de la Torre
Universidad Autónoma de Zacatecas

Varios guerreros ya han sido sacrificados y su sangre
se ha convertido en volutas floridas a lo largo de abdomen;
en sus rostros, junto a los cuales están sus nombres
respectivos, se refleja la angustia del sacrificio.
Nelly M. Robles Garc (2000).

Desde finales del período preclásico medio, la región de Oaxaca comenzó a destacarse como uno de los principales núcleos culturales de Mesoamérica, a la par Teotihuacán florecía en el centro de México y las ciudades mayas tomaban fuerza en el sureste mexicano y centroamericano, mientras que Monte Albán, centro ceremonial construido en lo alto de un cerro, se convertiría en la ciudad más importante de la región oaxaqueña. Dentro de esta ciudad zapoteca se pueden admirar grandes edificios como palacios y templos piramidales, también estelas monumentales labradas con figuras de animales o personajes; un campo para juego de pelota con tribunas laterales para espectadores y tumbas suntuosas, que pueden considerarse una manifestación de la riqueza alcanzada por este pueblo.

Un edificio que llama nuestra atención es el nombrado templo de los danzantes, y por lo que a través de este trabajo trataremos de dar una explicación iconológica del mismo. Seguiremos el método de Erwin Panosfky, en el cual primeramente se detallara el aspecto preiconográfico del muro, se analizaran los materiales con que fue elaborado, la fecha aproximada de la obra y las figuras que se plasman en él. A continuación se hará una descripción de los símbolos que se encuentran en la imagen, para después terminar con el análisis iconológico, que conlleve a responder las interrogantes acerca de este templo.

La construcción arquitectónica se conserva bien, aunque los detalles que la ornamentan no mucho, es por eso que de todo el muro que pudo haber recubierto el templo, sólo ha llegado hasta nuestros días una parte de él y fragmentos que se encontraron en distintos lugares del mismo Monte Albán y que ahora resguardan instituciones como el Museo del Sitio. Por lo cual en el estudio correspondiente analizaremos una parte de él, tomada del libro titulado Monte Albán del autora Joyce Marcus.

Figura 1. Tomada de Marcus (2008).

El templo al igual que el muro están hecho a partir de piedra, sobre todo volcánica, que fue principalmente el soporte para el desarrollo, en una primera etapa, de las expresiones artísticas de los zapotecas. “Las esculturas de los Danzantes son figuras picadas en la piedra con algunos jeroglíficos grabados en la superficie de losas de piedra removibles, o en bloques que miraban hacia un núcleo estructural de ripio como muros de revestimiento” (Orr 2005, p. 2).
Podemos ver las figuras de 13 hombres en bajorrelieve, todos posicionados en posturas diferentes. En la parte inferior del muro se encuentran 4 figuras masculinas colocadas en forma vertical, todos ellos mirando hacia la derecha y en una posición al parecer de reposo o sentados, incluso me atrevo a decir que intentan cubrir su órgano sexual, todos conservan alguna clase de casco o tocado, portan las distintivas orejeras y están completamente desnudos.

El primer hombre, de izquierda a derecha, parece llevar un tocado más elaborado que los otros, tiene sus brazos cruzados y en la parte derecha superior de él algún tipo de inscripción jeroglífica, el segundo personaje tiene su brazo derecho en el pecho, debajo de la mano se puede apreciar un rectángulo y con su brazo izquierdo intenta cubrir su órgano sexual, el tercer hombre parece llevar un collar, sentado en una posición más relajada y de lado izquierdo al centro se alcanza a distinguir otro tipo de jeroglífico, el último ser masculino tiene una expresión distintiva en el rostro, como de dolor, solo se ve su brazo derecho y se aprecia otro rectángulo entre sus piernas.

Figura 2. Tomada de Marcus (2008).

Arriba de la línea de los 4 hombres se aprecian las figuras de 3 seres masculinos, en contraposición con los inferiores, se encuentran en posición horizontal, la primera figura masculina, de izquierda a derecha parece estar de pie, tiene la mano derecha en el pecho, y un jeroglífico sobre su cabeza, el segundo hombre se halla en una postura de torsión en brazos y piernas, y lleva una orejera, el tercer hombre está de pie, flexionando su pierna derecha y el brazo, la mano la tiene en la cabeza y con su brazo izquierdo trata de cubrirse la parte media de su cuerpo, al final de esta línea se observa un jeroglífico.

Figura 3. Tomada de Marcus (2008).

La tercera línea de abajo hacia arriba cuenta con tres figuras masculinas, el primer hombre al parecer está de pie, porta un casco o tocado, los dos brazos los tiene extendidos al lado del cuerpo y mira hacia la izquierda, se alcanza a distinguir una forma geométrica entre el estómago y sus piernas, el segundo también mira hacia la izquierda, lleva un tocado o lo que parece ser algún peinado distinto de los demás, conserva una flexión de su brazo derecho mientras que el izquierdo reposa sobre la pierna derecha y al igual que la figura anterior está de pie anterior, se puede observar una especie de figura geométrica entre sus piernas, el último personaje al igual que los anteriores tiene una postura erguida, con un tocado, orejera y al parecer un caracol o flor entre las piernas. Arriba de los anteriores podemos encontrar dos hombre más pero dado las condiciones de la imagen nos es imposible hacer un descripción de estos.

Figura 4. Tomada de Marcus (2008)

En cuanto a la temporalidad en el que fue construido el recubrimiento del edificio, podemos decir que corresponde a una etapa temprana de Monte Albán, tal vez entre el 500-300 a.c, dado que las figuras que se observan conservan todavía mucha influencia olmeca, si hacemos una comparativa entre las cabezas colosales y la fisonomía de los danzantes zapotecas, se aprecia que las diferencias en cuanto al rostro son casi nulas, pues los dos tienen ojos entre cerrados, nariz ancha y labios gruesos.

Figura 5.

El primer hombre de la línea inferior, de izquierda a derecha, podemos señalarlo como un personaje de mayor jerarquía porque al parecer conserva su tocado distintivo mientras que los demás solo parecen llevar cascos, aunque desnudo como los demás, resalta en él el jeroglífico de su lado derecho, tal vez señalando el nombre calendárico del prisionero o alguna fecha, el hombre a su lado, parece que le fueron quitadas sus orejeras, tal vez para ser utilizadas por otros ya que la mayoría eran elaboradas de jade, y nos atrevemos a decir que la figura geométrica que tiene en el pecho representa el corazón que le fue sacado en un sacrificio, la tercera figura masculina parece ser también de cierta jerarquía ya que conserva un collar y orejeras pero al parecer no es tan importante como el primero porque no lleva consigo un tocado más bien porta un casco, de lado izquierdo se observa otro jeroglífico también podríamos decir que es su nombre calendárico o tal vez la fecha en que fue capturado, el último hombre tiene una expresión facial y corporal de dolor creemos que se debe a que fue mutilado, la figura geométrica entre sus piernas representa el miembro que le fue amputado.

Arriba de las figuras masculinas anteriores, se encuentran tres de forma horizontal, los tres parecen ser de un rango más bajo que todos los anteriores ya que ninguno porta nada distintivo, solo el de en medio lleva orejeras, lo que hace suponer que se capturaron a jefes y sus acompañantes como prisionero para sacrificio, en la última loza se encuentra un jeroglífico que dada la poca información que pudimos encontrar no se puede dar información sobre esto.

Figura 6. Tomada de Marcus (2008)

Figura 7. Tomada de Marcus (2008)

En la tercera fila los tres hombres parecen llevar tocados, ya que se cree pertenecían a una jerarquía pero no tan alta como las figuras inferiores, las tres imágenes poseen figuras distintas entre sus piernas, se puede suponer que fueron castrados.

El arte del centro de Monte Albán, al igual que en la mayoría de las sociedades precolombinas, se vio reflejado a lo largo de su desarrollo cultural, sus expresiones artísticas tuvieron diversas etapas de influencia clara de diversas culturas de otras subáreas mesoamericanas, primero fueron los olmecas y más tarde los teotihuacanos y mayas, un aporte enriquecedor sin duda que dio como resultado una personalidad y características propias.

Figura 8. Tomada de Marcus (2008)

El término “danzantes” se usa para denominar a las esculturas en general. El muro es un revestimiento que cubría la fachada del Edificio L. Las losas originalmente fueron puestas en hileras verticales, alternadas con hileras de losas horizontales denominadas nadadores. Leopoldo Batres fue el primero en usar el término "danzantes”, si bien aclaró que estaba usando el nombre coloquial para estos objetos, se refiere en realidad a las poses dislocadas y contorsionadas de las figuras.

Para la Etapa I de Monte Albán las ocupaciones se restringieron a ciertas áreas limitadas de los cerros, en un principio los núcleos poblacionales se establecieron cerca de los recursos naturales que la región les ofrecía como tierras fértiles para el cultivo, cuerpos de agua y áreas espesas de vegetación que a su vez permitieron la recolección de frutas, semillas y leña.
Las primeras casas de estos pobladores fueron construidas con materiales perecederos y fáciles de obtener en su entorno como ramas, vigas y paja, pero en poco tiempo comenzaron a utilizar materiales más resistentes, por ejemplo, la piedra, el adobe y el estuco. Después aparecieron las primeras tumbas sencillas hechas de piedra asociadas a las viviendas, estos cambios permitieron que a corto plazo se diera un crecimiento importante de la población aunado a un gran programa constructivo.

Ya existía una división de clases sociales y especialización artesanal, entre las cuales destacan los linajes como el estrato superior o nobleza hereditaria, esta  estaba encabezada por un gobernante varón, el coquí, y su esposa principal, la xonáxi (Marcus y Kent, 2001, p. 20). Para la ejecución de las obras públicas y la organización del trabajo se requirieron dirigentes, una población numerosa y un grupo específico que se hiciera cargo de estas actividades.

Así que como parte de la nueva sociedad que se venía construyendo, los zapotecas tuvieron que mantenerse económicamente del tributo que pagaban los pueblos vecinos que habían sometido militarmente o dominado en lo político (Marcus y Kent, 2001, p. 20), y como el muro de los danzantes fue construido en esta primera etapa queda claro que se emprendieron varias guerras contra las culturas vecinas del Valle de Oaxaca, entonces sería una representación de cautivos sacrificados como una forma de propaganda política y militar, para dejar en claro a los demás pueblos lo que les pasaría si se resistían a la dominación o dejar un aspecto psicológico entre el pueblo para que fueran receptores de la grandeza de la cultura a la que pertenecían, ya que parece que todas las figuras masculinas del muro tienen una expresión de haber sido humillados al despojarlos de sus vestimentas y atavíos, pues algunas figuras incluso dan la sensación de que los hombres quisieron cubrirse.

Otra hipótesis que se arroja es acerca de que como Monte Albán era una ciudad relativamente nueva había la necesidad de realizar sacrificios o autosacrificios en masa para que la abundancia fuera dada por los dioses, tal vez las mutilaciones de órganos sexuales masculinos tendrían que ver con la esperanza de que la fertilidad se diera en todos los aspectos de la vida diaria, y las extracciones de corazón estarían relacionados con la vida, la bendición de un nuevo día y un nuevo sol.    

Al final, la información acerca de lo que representa el muro, como los demás estudios que se han hecho, queda muy reducida, dado el poco número de trabajos acerca del tema a tratar, pero se contribuyó a desarrollar nuevas hipótesis que posteriormente lleven a una investigación que pueda arrojar nueva información acerca de él.

BIBLIOGRAFÍA

Marcus, Joyce yFlannery, Kent (2001), La civilización Zapoteca: cómo evolucionó la sociedad urbana en el valle de Oaxaca, México: FCE.
Marcus, Joyce (2008), Monte Albán, México: El Colegio de México / Fondo de Cultura Económica.
Robles Garc, Nelly M., (2000), “Monte Albán y los zapotecos”, Pasajes de la Historia No. 3, octubre, http://www.mexicodesconocido.com.mx/el-edificio-de-los-danzantes-oaxaca.html, consultado el 12 de julio de 2014.
ORR, Heather S. (2005), Los danzantes del edificio L de Monte Albán, Los Ángeles: FAMSI, http://www.famsi.org/reports/93003es/93003esOrr01.pdf, consultado el 12 de julio de 2014.

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Tomado de:

http://www.filha.com.mx/FILHA11/ENSAYOS/losdanzantesdemontealban.html

 

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