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Vidas de jornaleras de Ensenada y sus bebés, en manos de partera tradicional

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Vidas de jornaleras de Ensenada y sus bebés, en manos de partera tradicional
Está registrada ante el IMSS
Los pacientes reciben hierbas, tés, masajes y baños de vapor
Foto? Inés Gaspar Lázaro, una de las siete parteras tradicionales que hay en Ensenada, Baja California, registradas ante el Instituto Mexicano del Seguro Social, y quien ofrece sus servicios en el municipio de San Quintín.Foto Lindero Norte
Antonio Heras
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 26 de diciembre de 2022, p. 25
Ensenada, BC., A los doctores no les gustan las hierbas, pero son muy importantes para las mujeres en los partos difíciles, cuando los bebés vienen sentados, atravesados o enredados con el cordón umbilical, advierte Inés Gaspar Lázaro, partera tradicional del valle de San Quintín.

Los miomas uterinos y los quistes en la matriz se curan con tés de hierbas en tomas de siete días, seguidos de un baño de vapor. Así se reponen, explica esta mujer originaria de Santa Inés del Monte, una comunidad de Zaachila, Oaxaca.

Inés llegó a San Quintín hace 32 años con la idea de trabajar por un tiempo, pero después nos gusta y se queda uno, comenta en entrevista en el patio de su casa, donde instaló un consultorio para atender a las mujeres que la buscan para vigilar su embarazo, aunque también ofrece baños maría para tratar algunas enfermedades, sobre todo respiratorias.

Cuenta que su abuela y su madre fueron parteras y al morir le heredaron el trabajo que realiza hasta la fecha por interés en ayudar a la población. Recuerda que cuando era niña acompañaba a su abuela cuando sacaba partos. Le gustaba, le enseñaron y aprendió.

Vidas de jornaleras de Ensenada y sus bebés, en manos de partera tradicional



Saqué mucho parto, recuerda al referirse al nacimiento de al menos dos generaciones de hijos de jornaleros en San Quintín y también en su natal Oaxaca, que visita cada vez con menos frecuencia, debido a la alta demanda de solicitudes para que revise a embarazadas, las sobe, les prepare algún té o un baño de vapor.

Cuando llegó a trabajar al rancho Los Pinos, le permitieron atender a los jornaleros, principalmente a las mujeres. A fin de aprovechar sus conocimientos de medicina tradicional y herbolaria, compró un terreno, construyó su casa e instaló un consultorio fuera del rancho agrícola.

Posteriormente tomó cursos de un programa de capacitación del Instituto Mexicano del Seguro Social. Me fui preparando más y más, me dieron facilidades. Cuando atendía un parto en el rancho, la mitad me lo daba la empresa y la mitad ellos (los familiares).

Su relato es breve, conciso. Los gestos de sus manos refuerza sus expresiones y recuerdos: ?Cuando se alivian las mujeres uno tiene que cumplir con ellas, darles su baño de vapor, y a los bebecitos darles té de hierbitas, curarlos de sus ombliguitos.

?Si a la mujer le faltan meses para aliviarse y tiene contracciones, se le debe atender para que no salga el bebé porque a veces viene sentado y está muy apretado, por lo que debe sobarse con un paño o un rebozo; después se le faja muy bien, bonito, para que se acomode despacito. Si viene sentando se le da la vuelta, y cuando viene con el cordón enredado también se puede arreglar si tiene cuatro o cinco meses?, explica.

La partera tradicional comenta que cita a las embarazadas cada 15 días para ver cómo viene el bebé, aunque también les pide que acudan con su médico.

Inés asegura que en San Quintín hay muchas mujeres con embarazo (parto) seco, aquel que ?primero viene la sangre y no trae agua, originado porque la madre no toma agua sino soda, jugo y cosas dulces.

Les digo que tomen agua porque se van a aliviar y tendrán problemas en el parto. Cuando tienen ocho meses, se les pide que pongan una bandeja de agua debajo de la cama por siete días y cuando acuden a checarse ya vienen bien porque en la noche el bebé jala el agua.

Refiere que los casos más difíciles son cuando la mujer enfrenta amenaza de aborto, presenta sangrado o está hospitalizada y los médicos no pueden resolver el problema; entonces acuden a ella. ?He ido al hospital a enseñar a las enfermeras. Vienen por mí los esposos de las muchachas y me llevan para asistirlas porque traen sangrado.

?Yo he salvado vidas ?destaca?. No sé leer, no fui a escuela. Llevo mi aceite y las empiezo a sobar porque el caso es cuando la matriz está abajo y (el producto) está propenso a salir. Le digo al marido que le levante los pies a la mujer porque voy a subir al bebé; le pongo una venda y se salva.?

Según registros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en la actualidad hay 53 parteras rurales en Baja California y la parte alta de Sonora, de las cuales 22 están en Mexicali, 15 en Tijuana, nueve en San Luis Río Colorado y siete en Ensenada, incluido San Quintín.

Inés menciona que casi no hay parteras tradicionales; antes sumaban 40 en la región, pero sólo hay una en El Papalote y otra en La Era; además, ella dejó de atender partos para el IMSS cuando cumplió 60 años, porque le dijeron que ya no podía porque son muy pesados y se cansa una.

Acerca de las hierbas, dice que se las manda una maestra herbalista desde Playas de Rosarito o ella misma las recolecta en San Quintín; así aprendió, pues las hierbas de Oaxaca no llegan a Baja California.

Habla de las propiedades de la ruda, el romero, el pirul chino y el delgado, árnica, salvia, gobernadora, garañona y cuachalalate, y de un preparado de aceite de oliva para sobar, así como de los baños de vapor y los lienzos para fajar y acomodar los niños nonatos.

Subraya que la medicina tradicional es muy buena. Las mujeres que tienen miomas o quistes deben tomar por siete días té de hoja de durazno y también té de raíz de choya con aceite de oliva puro porque van a aflojar la enfermedad de la matriz y desbaratarla en dos tomas; después, un baño de vapor y a la semana ya van a estar bien.

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