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Gustavo Esteva y el horizonte de intelegibilidad

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Gustavo Esteva y el horizonte de intelegibilidad
Luis Hernndez Navarro.
Peridico La Jornada.
22 marzo 2022.
Al pie de la majestuosa ceiba, en las hmedas maanas soleadas y en el anochecer de La Realidad, en la selva Lacandona, en la que asesores e invitados del EZLN esperaban reunirse con la comandancia, Gustavo Esteva dialogaba durante horas con otros asesores. No era infrecuente escucharlo conversar apasionadamente con el filsofo Luis Villoro y el sacerdote jesuita Ricardo Robles de temas, aparentemente tan lejanos a esas reuniones, como el de la existencia y la naturaleza de Dios. Por su sapiencia, ese debate a tres voces era digno de la ms prestigiada Aula Magna universitaria.

Transcurra 1996 y en San Andrs se celebraba entre zapatistas y gobierno federal, primero, la mesa de Derecho y Cultura Indgena de los Dilogos, y despus la de Democracia y Desarrollo. Esteva particip en ambas. Sus aportaciones sobre autonoma fueron medulares. Otras generaron en asesores un verdadero cataclismo.

As sucedi, para escndalo de activistas, con su visin de los derechos humanos, a los que consideraba una construccin occidental individualista, que dejaba fuera los derechos comunalitarios, como puede leerse en su artculo publicado por invitacin del Ronco Robles en la revista Kwira, 44. Y, para sorpresa de dirigentes campesinos, su crtica al concepto de desarrollo. La metfora de esa palabra ?escribi en Diccionario del desarrollo? dio hegemona global a una genealoga de la historia puramente occidental, privando a los pueblos de culturas diferentes de definir las formas de su vida social.

Su visin de comunalidad fue fuertemente sacudida en San Andrs. Segn Gustavo, sta consiste en una realidad no definible. Es un horizonte de inteligibilidad: vivir el mundo desde un Nosotros. Comunalidad ?escribi? naci a la vez como palabra y como trmino, bajo condiciones que han propiciado la confusin y su uso arbitrario. A quienes acuaron el concepto (el mixe Floriberto Daz y el zapoteco Jaime Luna) les naci como palabra, y en la lucha. No necesitaban explicarla o definirla. Intentaron construirla como concepto y como categora, para buscar en ese terreno un entendimiento comn. No lo hicieron bien. Pese a esta objecin, la necesidad de una reforma constitucional inspirada en parte en esta experiencia hizo necesario traducirla a otro lenguaje.

En los Dilogos de San Andrs Esteva fue ms all de proponer conceptos para pensar la nueva realidad, confrontar argumentos gubernamentales, reflexionar los alcances del momento o propiciar estimulantes debates. All l fue tambin un formidable sistematizador de las discusiones entre los asesores de los zapatistas. Con una eficaz capacidad de sntesis, resuma las ideas centrales del debate y las redactaba fielmente con rapidez inusitada. La broma inevitable era que ya traa las conclusiones escritas en su computadora y que slo las imprima.

Gustavo Esteva y el horizonte de intelegibilidad



Donde fuera, las intervenciones del escritor resultaban siempre contrastantes. En plena pandemia, en reunión con maestros de la CNTE en Oaxaca, criticó la educación híbrida, pues todo lo híbrido, desde las mulas hasta las semillas, son estériles.

El pensamiento, complejidad, orden mental, brillantez teórica y sofisticada capacidad de argumentar de quien se autodefinió intelectual desprofesionalizado, llevó a que una de sus asistentes durante algunos años lo describiera como una persona tan inteligente, que es capaz de convencerme de que mi mamá es mi papá. No es cierto. Pero sus razonamientos para demostrar lo contrario son irrefutables.

A lo largo de su vida, Esteva fue muchas cosas. Administrador de empresas; ejecutivo de compañías trasnacionales; alto funcionario público, casi secretario de Estado; directivo de Anadeges, una de las ONG más relevantes del país en los 80, que, conservando las siglas cambió de nombre y misión, de Análisis, Desarrollo y Gestión, literalmente analizar, desarrollar y ayudar, a Autonomía, Descentralismo y Gestión; fundador de la Universidad de la Tierra en Oaxaca; articulista de La Jornada; autor de libros medulares para comprender la cuestión campesina en México como La batalla en el México rural, y un original pensador reconocido en Alemania, Japón, Estados Unidos e Italia.

Esteva fue, a su modo, compañero de camino de Raimon Panikkar, precursor del diálogo interreligioso, defensor, contra el universalismo hegemónico de occidente, de un pluralismo radical que no es relativismo. También de Iván Illich, el pensador vienés asentado en Cuernavaca desde mediados de los 60 hasta fines de los 70, crítico radical de las instituciones del progreso. Pero fue aprendiz permanente de las luchas indígenas y populares, de las que abrevó para encontrar la construcción autónoma de un arte de vivir contemporáneo y una ventana a la esperanza.

Según el autor de Crónica del fin de una era: el secreto del EZLN, la insurrección za­patista generó la transición política en que aún se encuentra el país y sigue representando una opción política para millones de personas. Su creación social y política corresponde a la descripción de la sociedad convivial, la que adopta los ideales socialistas, pero en vez de intentar poner a su servicio las instituciones dominantes creadas en el capitalismo, las invierte o disuelve. Un movimiento que tiene ya un lugar en el mundo. Por eso no es utopía.

Siempre brillante, erudito, polémico, Gustavo Esteva abrió horizontes de intelegibilidad del mundo que nos tocó vivir. Se le va a extrañar.

Twitter: @lhan55

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