EL CAMINO DE LA PLENITUD ARMÓNICA A TRAVÉS DE LA SABIDURÍA TOLTECA. El arte de vivir en equilibrio 7/9 Luz y guillermo Marín

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Una maravillosa enseñanza en una ceremonia que nos demuestra que, lograr el equilibrio en la vida, representa la Batalla Florida del Guerrero. Pero que, en la vida diaria, sino se alcanza el equilibrio, también se pierde la vida, solo que se cae en el abismo de la estupidez humana.

La cruz, también representa simbólicamente los cuatro rumbos de la Batalla Florida y los órganos que simbólicamente los representan. En el centro de la cruz, en un punto de equilibrio, está el Guerrero de la Muerte Florecida con sus armas: en la mano derecha lleva ?los dardos de conciencia? y en la mano izquierda porta la ?serpiente de fuego?.

En el brazo superior de la cruz se encuentra el espacio del combate por alcanzar el potencial espiritual que le da sentido y trascendencia a la vida del ser humano. El órgano que lo representa es el corazón. En el brazo inferior de la cruz, se encuentra el espacio del combate por lograr el desarrollo del potencial creador que le permite al ser humano construir su vida material. El órgano que lo representa son los riñones. En el brazo derecho de la cruz, se encuentra el espacio del combate por lograr el desarrollo del potencial cognitivo que le da al ser humano la posibilidad de poseer la autodeterminación existencial. El órgano que lo representa es el cerebro. Y, finalmente, en el brazo izquierdo de la cruz, se encuentra el espacio del combate por lograr el desarrollo del potencial intuitivo, que le da al ser humano la posibilidad de vivir en armonía con su ser interior y el universo que le rodea. El órgano que lo representa es el estómago.


Los tres niveles superiores de la pirámide de la planitud armónica.
La Cruz de Quetzalcóatl y la Luz.


En el año de 2016, se logró fotografiar por primera vez una partícula de luz y resultó que el fotón justamente tiene la forma de la cruz, pero especialmente, la cruz del Códice Fejérváry-Mayer, que resulta emblemática para todo el Cem Anáhuac. Esta situación, que es más que una casualidad, cuando en el séptimo nivel más elevado de la pirámide de la plenitud armónica, los toltecas manejan como el logro más elevado de la Toltecáyotl, la conciencia de ser del cuerpo energético. Es decir, las posibilidades de convertirse en una carga de energía con plena y total conciencia.

Y en el tema de los tres niveles superiores de la pirámide de la plenitud armónica, debemos de recordar que los primeros cuatro niveles, alimentación, salud, educación y organización, fueron desarrollados en el llamado periodo Preclásico, con casi ocho milenios de duración, tomando en cuenta, desde la invención de la agricultura y el maíz en el octavo milenio aC., en el Valle de Tlacolula, Oaxaca, hasta el año 200 aC. que termina el periodo formativo. El segundo periodo, conocido como Clásico o del esplendor, inicia en el 200 aC., y termina en el 850 dC., con la metáfora de la partida de Quetzalcóatl del Anáhuac y su profetizado regreso para restaurar la Toltecáyotl.

En estos más de mil años fue cuando se supone los toltecas desarrollaron los tres niveles superiores que son: la conciencia del ser histórico, es decir, la capacidad de entender al ser humano, como una conciencia colectiva de dimensión histórica. Con capacidad para utilizar el banco genético de información cultural, que se va acumulando y trasmitiendo de generación en generación, y que le ayuda, no solo a resolver de manera impecable los diversos desafíos que se presentan en su vida, sino que, tal vez, lo más importante, que la experiencia y la sabiduría de la vida de una comunidad, puede estar al servicio de la siguiente generación, lo que potencia a una cultura y, junto contras culturas a una civilización, como es el caso de todas las culturas ancestrales que existen y han existido en el continente Abyanáhuac, en estos miles de años.

El sexto nivel de la pirámide corresponde a la conciencia de la sacralidad de la existencia. Cuando el ser humano tiene conciencia de que todo está formado por energía, y que, la energía es inherente a la vida, se logra comprender que todo lo que rodea al ser humano tiene vida y por tal conciencia. Tiene vida y conciencia de Ser, los árboles, las plantas, los insectos, los animales, las montañas, los cuerpos de agua y los ríos. Todo lo que constituye a nuestra Madre Querida, tiene vida y por tanto es sagrado. Así, tienen vida y conciencia todo lo que nos rodea y por tal, el ser humano forma parte integral de este prodigio y se convierte en un ser sagrado que tiene como responsabilidad mantener este equilibrio, porque vive en la totalidad de una sacralidad. Por tal, el ser humano no es más ni menos de todo cuanto le rodea, y por consecuencia, trata con mucho respeto, cuidado y admiración la vida, y la conciencia que produce toda forma de vida.

El séptimo nivel de la pirámide de la plenitud armónica del Cem Anáhuac, es un espacio de conocimiento que, desde el periodo Clásico, que se basa en la capacidad de percibir la dualidad energética del cuerpo humano. Los toltecas percibían al cuerpo humano como un toroide con una carga energética que llamamos materia y una carga energética más sutil que llamaos energía, a los que llamaban tonal y nagual. Estos conocimientos estaban reservado a una pequeña élite de seres humanos, que durante toda una vida se dedican de manera total y absoluta a investigar los más elevados conocimientos de la Toltecáyotl, para prepararse física, mental y energéticamente, para tener el máximo control y conciencia de su cuerpo físico y su cuerpo energético. Es decir, tener y manejar su cuerpo como lo hace un gimnasta olímpico, y, al mismo tiempo, poseer la misma capacidad para manejar su cuerpo energético. Lo que implica, tener la capacidad de percibirse como un conglomerado de cargas energéticas con conciencia de Ser.

Educayotl AC. ?Educar para el futuro con la sabiduría del pasado?. Descolonizar es dignificar. No se puede salir del calabozo de la colonización con las ideas del carcelero. www.toltecayotl.org