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POR QUÉ PERDIMOS NUESTRA RELIGIÓN ANCESTRAL 1/7 Luz y guillermo Marín

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POR QUÉ PERDIMOS NUESTRA RELIGIÓN ANCESTRAL 1/7         
<br> Luz y guillermo Marín
Quiénes éramos
Pueblos hermanados de una de las seis civilizaciones más antiguas y con un origen autónomo. Compartiendo por miles de años, una misma ?matriz filosófico-cultural-sacra?. Un pluriverso de pueblos y culturas, unido por la Toltecáyotl, que produjo una riquísima diversidad, en base a la unidad en la concepción del mundo y la vida. Durante muchos siglos no existió: la propiedad privada y el dinero. La educación fue pública y obligatoria. No existió un cultura belicosa y guerrera. Se vivió en comunalidad y a través de una democracia participativa, en donde la Asamblea desidia, y la autoridad mandaba obedeciendo a la Asamblea. El conocimiento era de carácter biófilo y pacífico. Y finalmente, el propósito compartido por la comunidad era eminentemente de carácter espiritual.

Cuál era la sacralidad (religión)
En más de diez mil años de desarrollo humano, compartiendo una extensión de tierra tan grande como fue el Cem Anáhuac, que comprendía de Nicaragua hasta el Canadá. En donde existiendo tanta pluralidad étnica, lingüística y cultural, -en general-, se mantuvo una misma estructura filosófica-religiosa en todas las culturas, en los tres periodos conocidos como: Preclásico, Clásico y Postclásico.

POR QUÉ PERDIMOS NUESTRA RELIGIÓN ANCESTRAL 1/7         
<br> Luz y guillermo Marín

?Para los nahuas y los mayas, el mundo fue creado por los dioses para habitación del hombre, y el hombre fue creado por una necesidad de los dioses no sólo de ser reconocidos y venerados, sino de ser sustentados, o sea, de tener un fundamento para su existencia.? Mercedes de la Garza 1978.

Su conocimiento venía, fundamentalmente, de dos fuentes: ?La observación sistemática, medida y razonada de la mecánica celeste?; y ?la observación minuciosa, sistematizada y trasmitida de generación en generación de la Madre Tierra (naturaleza)?. De la primera desprende sus profundos conocimientos de la astronomía, las matemáticas y la astrología. De la segunda, las ciencias naturales y las ciencias de la salud, entre otras. Se puede afirmar que, la civilización del Anáhuac, era una civilización de dimensión galáctica. Sabían desde mucho tiempo atrás, miles de años, que la Tierra estaba en un Sistema Solar, y que éste, estaba dentro de una galaxia, con tal precisión, que hasta la fecha asombran sus calendarios: lunar, solar, venusino, de las Pléyades y la llamada Cuenta Larga, en la cual, la Tierra le da una vuelta completa al centro de la galaxia.

Por este nivel de conocimiento, llegaron a entender que el universo estaba compuesto por energía, que ésta, se organizaba a través de toroides, y éstos, se multiplicaban infinitamente en el macro y micro cosmos. Esta es la razón por la cual, ?su sacralidad o religión?, estaba sustentada en estos conocimientos y comprendieron que existía una ?energía o frecuencia superior?.

La base era la percepción de que existía una energía o conciencia superior, que no tenía nombre, no se podía ver o tocar, que era infinita e inconmensurable. Que esta conciencia o energía tenía múltiples manifestaciones de su grandeza, que estas ?manifestaciones o advocaciones, eran variantes de una misma realidad. Cada advocación no era un ?dios?, sino una manifestación de esta energía superior.

?El mito cosmogónico de los Soles, que acabamos de presentar, es uno de los más elaborados y de los más profundos y ricos en contenido entre los mitos de este tipo. A nuestro parecer, nos habla de un proceso generador determinado por un principio vital cósmico, encarnado en el Sol, que deviene produciendo sucesivamente los cuatro grandes elementos, los cuales, a su vez, actúan como vehículos de la aparición de nuevas plantas, que determinan la situación de los seres humanos, y de nuevos animales, que surgen de la metamorfosis de los hombres. Es decir, que no se trata de un mito que hable de la existencia de diversos mundos, sino de la génesis del mundo, entendida como la progresiva aparición de sus componentes y la transformación del hombre.? Mercedes de la Garza 1978.

Cada cultura mantenía esta estructura básica y le añadía pequeñas variantes no significativas, además de cambiar los nombres, las formas o iconografía con que se representaba. Así como los rituales y su parafernalia. También, debe entenderse, que existían varios niveles de profundidad en el conocimiento de los simbolismos teológicos y los ritos entre, no solo las diferentes personas, sino que, entre los diferentes pueblos y culturas en tiempo y espacio (Preclásico-Clásico-Postclásico, zona maya-zona oaxaqueña-Altiplano Central, etc.).

Un ejemplo de esta variedad en la unidad, es el símbolo de la figura religiosa asignada al agua, como advocación de lo inconmensurable, de la energía superior, como ?creación de vida?. En lengua náhuatl se le nombró Tláloc (licor de la tierra); en lengua zapoteca Cosijo, en lengua maya Chac, en lengua totonaca Tajín. A pesar de las diferentes iconografías en tiempo y espacio, todas las representaciones se caracterizaban por tener unas anteojeras y una lengua de serpiente.

?No sabemos hasta qué grado, antes de este periodo, la cultura náhuatl haya podido estar influida por la maya; pero si conocemos, por su propia palabra, que por lo menos en los últimos tiempos del período postclásico, tanto los mayas de Yucatán, como los Mayas de Guatemala, se consideraban herederos de los toltecas, y que los grupos aguas venían de la cultura tolteca, la Toltecáyotl, como la raíz de todas sus creaciones.? Mercedes de la Garza 1978.

Educayotl AC. ?Educar para el futuro con la sabiduría del pasado?. Descolonizar es dignificar. No se puede salir del calabozo de la colonización con las ideas del carcelero. www.toltecayotl.org

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