LA DISTORSIÓN DEL PASADO ANCESTRAL Y EL CONOCIMIENTO PERENNE TOLTECA 1/4 Luz y Guillermo Marín

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El Estado mexicano, desde 1824, se ha propuesto impedir que el pueblo, mayoritariamente heredero de la civilización Madre, conozca la civilización del Anáhuac y tenga plena conciencia de ella, visualice sus alcances y logros, materiales e inmateriales. Como el pueblo chino, es lo que es, a través del tiempo en gran medida por el pensamiento de Confucio y Lao Tse. Para los ciudadanos de este país, fantasiosamente llamado México, todo su pasado, como ellos han aprendido a llamar ?Prehispánico?, se reduce a los aztecas y a la Gran México-Tenochtitlan, con sus apenas 196 años de existencia. El Dr. Guillermo Bonfil a este país le llamó ?El México imaginario?.

La razón de esta felonía es que, tanto una persona, una familia y todo un pueblo, tienen conciencia de ser, gracias a su memoria histórica, a sus recuerdos y a su pasado. La conciencia de ser, es producto de la memoria histórica y de la identidad cultural ancestral. Cuando se carece de ella se pierde la conciencia y con ella la dignidad.

En México, ni los llamados especialistas tienen una clara visión del pasado ancestral por estar colonizados culturalmente, menos aún, el pueblo en general. Esto puede explicar cómo en este país, las personas y familias más poderosas son extranjeros o descendientes de extranjeros, quienes nos han enseñado a pensar que lo criollo es lo local, lo propio-nuestro, como el maíz criollo o la gallina criolla. Un pueblo, ignorante de sí mismo, es acomplejado, inseguro, derrotado, permanentemente servil y esclavo.

El conocimiento del pasado de una civilización, especialmente en el campo de la percepción del significado de la vida y de la forma de apreciar el mundo que nos rodea, resulta fundamental para desplantar el proyecto de vida de una nación. Este conocimiento es lo que hace a los chinos ser chinos durante miles de años.

Sin embargo, a los mal llamados mexicanos, porque no todos somos mexicas, no conocemos el pasado milenario, y aún menos, su filosofía o sabiduría ancestral. Pesa sobre nuestros hombros los mitos coloniales de que nuestros antepasados no eran seres humanos, que eran violentos y caníbales, y que, además, eran idólatras y primitivos. Lo que justifica que nos han forzado a tratar torpemente de ser españoles, después franceses y ahora norteamericanos, y sentir vergüenza de ser herederos de nuestros ancestros. Por esta ideología racista, nadie desea ser indígena, y después de una mentada de madre, la ofensa más grande es la de, ?pinche indio?.

El común de la gente, el mexicano desculturizado por la SEP y los medios masivos, no conoce mucho de historia, y lo poco que sabe, es lo que recuerda que aprendió en los libros de texto. Le llama la atención lo que conoce como ?las ruinas prehispánicas?, y gusta de visitarlas, pero siempre como un extranjero ignorante en su propia tierra, casi siempre con un sentimiento de vacío e insatisfacción no explicado. Buscando tratar de responder al morbo de los supuestos sacrificios humanos y las naves extraterrestres.

Educayotl AC. ?Educar para el futuro con la sabiduría del pasado?. Descolonizar es dignificar. No se puede salir del calabozo de la colonización con las ideas del carcelero. www.toltecayotl.org