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ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA CULTURA NGIWA

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA CULTURA NGIWA
Universidad Veracruzana uv.mx
Los popolocas o ngiwas (como ellos mismos se denominan) son uno de los grupos indígenas más controvertidos, menos conocidos, y representan a la tercera lengua indígena de mayor relevancia en el Estado de Puebla. Los ngiwa, junto con otros grupos étnicos emparentados, ocuparon la región sur y central del Estado de Puebla, la zona norte de Oaxaca, y tal vez la zona este de Guerrero y la zona sur de Tlaxcala. El sureste de Puebla es considerado cuna de las lenguas pertenecientes a la familia lingüística Otomangue, los popolocas son representantes vivos de esta familia lingüística y están entre los pobladores más antiguos de esta región. En la década de los sesentas del Siglo pasado, estudiosos de Mesoamérica concluyeron que, por la importancia de esta región y el valor de sus habitantes, por la riqueza de su memoria biocultural, este grupo desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de Mesoamérica debido a su ubicación estratégica como punto intermedio entre el Altiplano Central, la Costa del Golfo y Oaxaca (tres regiones de las más importantes en el desarrollo mesoamericano), a la domesticación del maíz y con ello al antecedente de la agricultura en Mesoamérica, a la fabricación de cerámica y el uso de la sal (Gámez, 2006:5-21).

Según los registros históricos, entre el año 900 al 200 a.C., los antecesores ngiwa hablaban un mismo idioma que era comprensible tanto para ngiwas (popolocas) como para mazatecos, ixcatecos y chocholtecos (véase en la sección de Recursos el significado de las palabras popoloca-chocholteca-ngiwa). En su conjunto, los ngiwa construyeron importantes sistemas de riego, centros ceremoniales en lugares altos y juegos de pelota. Una de sus características representativas fue la elaboración de objetos en cerámica de color anaranjado y gris, mismos que comercializaban en lugares muy apartados como Teotihuacán. El esplendor de la cultura ngiwa se documenta alrededor del año 700 d.C., época en que ya habían desarrollado técnicas especializadas para la agricultura, intensificando el sistema de cultivos por medio de la construcción de presas, canales y terrazas; explotaron minas de sal; procesaron el algodón; y mantuvieron un creciente sistema de comercialización de sus productos. Su organización social y política estaba dividida y se fue acentuando hasta formar un grupo de poder que poseía los conocimientos científicos y religiosos que también se hacía cargo del poder político y militar. Los puestos de menor importancia los ocupaba la gente del pueblo y se regían por un sistema de rotación. Llegaron a formar señoríos representados por ciudades fortificadas; entre las más importantes destacaron Tepeaca, Tehuacán, Tlacotepec, Tecamachalco, Tepexi y Cuthá (Gámez, 2006).

La decadencia de la cultura ngiwa se debió principalmente a que la tierra cultivable se erosionó por lo que se quedaron sin el principal sustento, y en segundo lugar, a las luchas internas entre el pueblo, lo cual los debilitó y los llevó a ser dominados por nuevos grupos que llegaron a la región. La invasión mexica que extendían su dominio hacia el sur, la expansión mixteca hacia el norte, más el antagonismo de los señoríos ngiwa ocasionó el ocaso de su poderío.

A la llegada de los españoles en la región, alrededor de 1540, se emprendieron tareas de evangelización que resultaron muy difíciles a causa de la lengua ngiwa, que era inintelegible con otras lenguas que predominaban a los alrededores. Históricamente esta región ha sido una región pluriétnica y pluricultural (nahuas, mixtecos, mazatecos, popolocas y mestizos), con elementos biológicos y culturales que la definen y la caracterizan como única en el mundo.
Autodenominación ngiwa
Ngiwa significa ?los habitantes o los dueños de las llanuras?, significado que reconoce el orgullo de pertenecer a una región geográfica específica y que implica una identidad basada en creencias, tradiciones, pensamiento, usos y costumbres que le ha conferido al pueblo ngiwa el poder de permanecer en esta región durante siglos, haciendo uso de sus conocimientos para vivir con dignidad y autonomía.

En cambio, el conocido sobrenombre ?popoloca?, es un vocablo de origen náhuatl que el pueblo ngiwa desconoce y desaprueba, ya que fue impuesto por otra cultura de manera despectiva para señalar a quienes según ellos ?no hablan bien?. Popoloca es una palabra que los mexicas utilizaron para denostar a pueblos ajenos a la lengua y la cultura náhuatl.

Es por ello que las regiones que actualmente hablan la lengua ngiwa, coinciden en que, a pesar de algunas ligeras variantes de pronunciación, se autoreconocen y promueven como pueblos pertenecientes a la cultura ngiwa.
Ubicación geográfica
Históricamente el territorio ngiwa se ha localizado en la parte sur del Estado de Puebla y al norte del Estado de Oaxaca.
En la actualidad la población ngiwa comprende tres fracciones sin continuidad geográfica en el Estado de Puebla: Una al noroeste de Tehuacán, en un área mestiza, abarca parte de los municipios de Tlacotepec de Juárez y Tepanco de López; otra al sur en la que conviven náhuas con mestizos, incluye los municipios de Zapotitlán Salinas y San Gabriel Chilac; y la última al norte de Acatlán y al oeste de Tehuacán, quienes tienen por vecinos a los pueblos de la mixteca oaxaqueña, está formada por parte de los municipios de Santa Inés Ahuatempan, San Vicente Coyotepec y Tepexi de Rodríguez. A este último municipio pertenece el poblado San Felipe Otlaltepec.
En la Mixteca Alta de Oaxaca, región ubicada al norte del Estado de Oaxaca, principalmente en el municipio de Coixtlahuaca, se asientan pueblos ngiwa. Aunque a estos pueblos se les conoce como chocholtecos, lingüística y culturalmente están estrechamente relacionados con los ngiwa de Puebla.
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Tomado de:
http://etnoecologia.uv.mx/Ngiwa/antecedentes.html


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