El pueblo chocho se encuentra ubicado en la Mixteca Alta, repartido en 17 municipios de los distritos de Coixtlahuaca, Teposcolula, Tlaxiaco, y Nochixtlán. Ellos se nombran a sí mismos en su lengua "Runixa ngiigua", que se puede traducir como " los que hablan el idioma ".
Su idioma pertenece al grupo Otomangue, tronco Savizaa, familia Mazateco-Popoloca. El pueblo chocho en el pasado llegaba hasta el actual estado de Puebla, pero la expansión de los aztecas y mixtecos hace 600 años redujo su territorio de manera considerable.
Los chochos, de antiguo linaje, fueron uno de los pueblos importantes en la Mixteca Alta, en el cerro del Rosario, antiguo pueblo anahuaca que hoy se conoce como Santa María Nativitas, recientemente se han encontrado objetos de barro pintado con una antigüedad de más de 2 mil quinientos años.
El territorio del pueblo chocho antes de la invasión europea, era paso obligado entre Centro América y mesoamérica. Punto comercial y de intercambio, llegó a tener uno de los mercados más importantes antes de la conquista.
En la colonia se construyó el maravilloso templo y exconvento de Coixtlahuaca, considerado una de las tres joyas dominicas en la mixteca.
Herederos de la sabiduría de los Viejos Abuelos, el pueblo chocho mantiene viva la tradición del "Tequio", que es la organización del trabajo comunitario. En efecto, el trabajo comunitario es una de las expresiones más significativas de nuestra civilización.
En algunos lugares del país le llaman de diferente manera: gozona, fajina, tequil, el trabajo de en medio, pero en todas partes es igual, trabajar gratuitamente el domingo y cuando sea necesario, para realizar las obras de mantenimiento y construcción que la comunidad necesita; de esta manera el camino, la escuela, el mercado, el templo o el palacio municipal, recibirán la mano de obra de los habitantes.
Gracias a esta sabiduría y a lo largo de los 8 mil años de existencia que tiene nuestra civilización, se han podido realizar desde obras de riego, pasando por lo que hoy conocemos como zonas arqueológicas, hasta caminos y escuelas en nuestros días.
El tequio, es uno de los elementos culturales más valiosos que hemos heredado de nuestros Viejos Abuelos, que no sólo ayuda a consolidar materialmente a las comunidades, sino que, además, es un aglutinador que permite mantener la identidad y fortalecer los lazos solidarios entre la comunidad.