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LA PIRÁMIDE DE DESARROLLO HUMANO DEL ANÁHUAC. Eunice López Serrano (*)

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La cultura y la identidad de una comunidad expresa la totalidad de la vida del hombre, lo cual implica su existencia en la tierra, la civilización del Anáhuac es un país pluricultural y en el encontramos una diversidad de culturas, pero se desconoce gran parte de estas culturas por la ideología mexicana que se deja dominar por culturas europeas.

A veces estamos tan inmerso en la modernidad que no sabemos que la Toltecáyotl, se van creando las estructuras de conocimiento, sistematizadas en los cuatro sistemas que componen la pirámide de desarrollo y que todavía existen en  las muchas comunidades indígenas que existen en nuestra civilización del Anáhuac y de la que hablaremos , es por ello que en este pequeña síntesis  se trata de valorar la cultura que hemos perdido, tomar en cuenta cuatro sistemas que son: el alimentario, el de salud, el educativo y el de organización social y régimen jurídico ya que representan las cuatro bases indispensables para desplantar una cultura. El gran desafío es vencer la colonización metal y espiritual. Lograr hacer consciente esta herencia cultural y usarla para reconstruir nuestro presente y diseñar nuestro futuro. 

   

En relación a la alimentación, se cuenta con una rica y extensa gastronomía, aunque lo más sobresaliente es la invención del maíz, que es la base de nuestra alimentación, del maíz se desprenden una serie de comidas, bebidas y postres que consumimos. La alimentación de nuestros antepasados fue muy nutritiva, más natural y saludable, lo que permitió que los antiguos mexicanos dispusieran de suficiente energía, salud y tiempo para desarrollar sus proyectos civilizatorios, tanto en la construcción como en la investigación  llegando a campos energéticos de su percepción como seres vivos consientes. Propiciando vitalidad, salud y armonía a los pueblos del Anáhuac. Este sistema de alimentación hoy en día está inmerso en nuestras comunidades ya que aun se sigue practicando la siembra del maíz .

Acerca de a la salud poseían conocimientos sobre la medicina herbolaria, lograron descubrir las propiedades curativas de las diferentes plantas que existen en nuestro territorio. Los “remedios caseros”, las infusiones, los masajes, el uso de plantas, animales, insectos y minerales para los ancestrales remedios siguen asombrosamente vivos  y ocupan un lugar muy especial en la sabiduría ancestral.

La educación fue otro de los grandes pilares de la civilización del Anáhuac,  juega un papel importante  ya que va más allá del  aspecto filosófico y espiritual. Las bases fundamentales para que el individuo pueda entenderse a sí mismo, a la familia, a la sociedad, a la naturaleza y el universo de manera integrada e integral. Las relaciones que existen entre unos y otros. Las responsabilidades, los límites y las posibilidades. Todo esto en su conjunto y a lo largo de ocho mil años de desarrollo humano, con sus altas y sus bajas, nos han dado un “rostro propio y un corazón verdadero”, como individuos y como civilización. Este inmenso acervo de sabiduría y experiencia es lo que nos hace ser anahuacas.  La educación es una valiosa y poderosa herramienta para el desarrollo de la sociedad. Para entendernos como civilización, debemos de tomar en cuenta que en el Anáhuac durante por lo menos 3000 años se mantuvo un sistema escolarizado en el que vivieron  nuestros antepasados de generación en generación de manera interrumpida y sistemática y que ciertamente. Ha sido truncada estos últimos años por la colonización, pero que en el banco genético  de información cultural o memoria genética, los mexicanos encontramos en la educación, una valiosa y poderosa herramienta para el desarrollo humano. Somos una civilización con una añeja experiencia educativa como no existe otra en el planeta.

El sistema de organización social de nuestra civilización, fue otro elemento que permitió el desarrollo de nuestras culturas en todos los sentidos de la vida, en virtud de que a partir de ello, se accedió al conocimiento. Tenían claro, que la organización política está en íntima relación con el pensamiento económico, científico y religioso de los pueblos del Anáhuac. Otro elemento que nuestros antepasados conservan y promueven desde hace mucho tiempo en su vida diaria, es el trabajo colectivo, la convivencia entre ellos y esto ha permitido un mayor desarrollo y alcance en el conocimiento de la naturaleza, como del universo.

Ejemplo de esta organización social, actualmente en las comunidades son: el sistema de cargos, las tierras comunales, el tequio, la asamblea general del pueblo, el consejo de ancianos, los comités de la iglesia, del agua potable, de la escuela, de la fiesta patronal del pueblo, etc. Esto es el ejemplo más claro del sistema de organización de las comunidades. En algunas comunidades el Presidente Municipal  es nombrado por alguna idea política, pero en el caso de la  comunidad de Santa María Pápalo es por medio de la votación y que además haya cumplido con los cargos que se le dan en la comunidad y sea responsable. Hasta la fecha, se sigue desconociendo el sistema de organización social y el régimen jurídico de los antiguos mexicanos y se sigue hablando de “reyes, reinos y princesas prehispánicas”.

Con esto tenemos presentes de que nuestra ancestral cultura tiene mucho más que una simple historia, tiene una memoria, conocimientos, espacios, espiritualidad. Nosotros como profesores debemos ser los nuevos agentes de ambientes de aprendizajes de la cultura Anáhuac, para crear espacios para desarrollar las capacidades que necesitan nuestras generaciones y puedan valorar la cultura de nuestras comunidades originarias dándole un sentido de conocimiento y espiritual por el mundo y la vida. Nosotros somos parte de esa historia y herederos de esa cultura sobre todo somos parte del cambio hacia el futuro, educando para la vida. Reflexionando sobre nuestro pasado ancestral, sobre la verdadera historia de nuestro “México profundo”, sobre las realidades actuales que como herederos de una de las civilizaciones más antiguas del planeta vivimos y también, deseamos cambiar.

Este inmenso acervo de sabiduría y experiencia es lo que nos hace ser anahuacas o mexicanos como nos bautizaron los criollos desde 1821. Valoremos nuestra cultura que está inmersa de sabiduría y espiritualidad. Demos un cambio positivo para la vida.

Por ello es importante conocer nuestro origen es importante reconocer  y conocer nuestra ancestral cultura, dueño originario  de estas tierras, constituye la raíz principal de nuestra nacionalidad, de el recibimos gran parte de nuestra herencia cultural.

(*) Profesora de Educación Indígena de la Región de Cuicatlán, Oaxaca y alumna del Diplomado en Desarrollo y Empoderamiento de la Cultura Cuicateca. Educayotl A.C.

shalom_eu_86@hotmail.com 

 

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