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LA RELACIÓN ENTRE LA ECONOMÍA Y LA CULTURA

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Existe una directa vinculación entre la economía y la cultura, toda vez que la interpretación del mundo y la vida, la sociedad la expresa a través de sus formas de producir y consumir. 

 

En efecto, la cultura es la creación colectiva y anónima que se va desarrollando a través del tiempo de generación en generación. La cultura le dará significados no sólo a las necesidades materiales, sino fundamentales a las necesidades de trascendencia de la existencia.

 

En México la cultura nació aproximadamente hace 8 mil años, cuando nuestros Viejos Abuelos desarrollaron la agricultura. Con esto se dejó de ser nómada, cazador, recolector y al quedarse a vivir por generaciones en un mismo lugar, los pueblos empezaron a desarrollar un inconmensurable mundo de conocimientos, que partían desde los más elementales para satisfacer sus necesidades básicas de sobre vivencia, para después tratar de satisfacer sus necesidades espirituales de trascendencia de la existencia.  Así, a lo largo de 7 mil quinientos años los pueblos de Mesoamérica crearon un modelo de desarrollo endógeno y autónomo, que tuvo sus momento formativo, de esplendor y de decadencia hasta la llegada de los europeos en 1519.

 

A partir de 1521 que se consumó la conquista y se impuso el modelo colonial, la cultura y la economía cambiaron totalmente para adaptarse al proyecto colonizador de la Corona Española. Por ello se tuvo que sufrir grandes cambios. Las leyes, autoridades e instituciones que impusieron los españoles en México estaban diseñadas para la explotación de la mano de obra de los "naturales" y sus recursos naturales.

 

Estas leyes, autoridades e instituciones no fueron las que en España regían a los españoles. La finalidad de establecer estas nuevas estructuras era acrecentar el poderío de España. Por lo que jamás se pensó en lograr el desarrollo, bienestar y plenitud de los territorios y pueblos invadidos.  Durante trescientos años se crearon nuevos patrones económicos y culturales que permitieron lograr el objetivo colonial.

 

En los albores del siglo pasado y a partir de la expansión económica, política y social de los criollos, quienes mantenían en el sistema de castas una relación de inferioridad con los españoles nacidos en España y la invasión de Napoleón a España, los criollos alentaron una revolución llamada Guerra de Independencia para lograr obtener con plenitud el poder político y económico.

 

El triunfo militar trajo como consecuencia el surgimiento de otro modelo económico y cultural. Los criollos pretendieron crear en los territorios de la ex-colonia española, una Nación, como las que estaban surgiendo en Europa a principios del siglo XIX. Ahora el modelo sería francés y se inició la "modernización" de la ex-colonia española.

 

En el siglo XIX entraron a México nuevas ideas sobre la economía y la cultura. Se pretendía impulsar un desarrollo comercial, producción agropecuaria y forestal y de extracción de materias primas, en las que intervinieron los capitales franceses, ingleses y alemanes. El modelo cultural que prevaleció fue el francés, motivo por el cual, el afrancesamiento de la sociedad y la cultura fue promovida intensamente, especialmente en el período conocido como el porfiriato.

 

En el presente siglo y a partir de la intervención política, económica y cultural de los Estados Unidos, los mexicanos sufrimos un levantamiento armado conocido como "La Revolución", en donde se cambió el modelo europeo por el modelo norteamericano. Este proceso fue lento y tuvo su mayor auge al término de la segunda guerra mundial.

 

México en la primera parte de este siglo mantuvo un modelo nacionalista y proteccionista. Sin embargo a partir de la década de los ochentas se implemento en nuestro país el modelo neoliberal y en los últimos años la "globalización" entró de lleno con la firma del TLC. Este nuevo cambio de modelo económico viene acompañado de un cambio en el modelo cultural.

 

En efecto, la cultura y la economía están íntimamente ligadas, en tanto que para cambiar un modelo económico, que implica un cambio en las formas de producción y los hábitos de consumo, la sociedad necesita cambiar fundamentalmente su cultura.

 

Por ello, la globalización es ya una realidad innegable e impostergable. México no puede dar marcha atrás y desvincularse del desarrollo mundial de los pueblos. Lo que requerimos es para poder "navegar" en los tormentosos e inciertos mares de la globalización es poseer una BRÚJULA una ANCLA. Metafóricamente la brújula serán los conocimientos y el ancla la identidad cultural.

 

De no ser así, seremos literalmente barridos del escenario mundial y quedaremos condenados a ser un país maquilador sin un rostro propio y un corazón verdadero. El modelo económico se tendrá que ajustar a nuestras propias circunstancias e intereses; el modelo cultural tiene que estar afincado en las raíces más profundas de nuestra identidad.

 

México es un país subdesarrollado en lo económico, industrial y tecnológico. Pera al mismo tiempo, México es un país desarrollado en el aspecto espiritual. En especial Oaxaca, que es la reserva espiritual de México. Ahí radica un gran potencial para construir la sociedad justa y democrática que todos deseamos construir para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, en el tercer milenio. 

 

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