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EL ASESINATO DE CUAUHTÉMOC

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EL ASESINATO 
<br>DE 
<br>CUAUHTÉMOC
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Hoy se cumplen 496 años en que fue asesinado el último tlatoani mexica Cuauhtémoc por orden del psicópata Hernán Cortés. La historia la han escrito los vencedores y la siguen escribiendo los herederos favorecidos de la invasión-ocupación del Anáhuac.

La colonización está sustentada en tres dogmas y cinco estrategias, que se han seguido utilizando y perfeccionado en estos cinco siglos. La invasión-ocupación pasó a ser Virreinato después de tres siglos a manos de los gachupines, y desde hace dos, pasó a ser neocolonia a cargo de los criollos.
Los dogmas son: Primero, los descubiertos no son seres humanos, porque no tienen alma. Segundo, son violentos, salvajes y peligrosos. Tercero, son demoniacos e idólatras. Las cinco estrategias consisten en amputarles cinco elementos culturales: la lengua, la memoria, los conocimientos, los espacios y la espiritualidad.

EL ASESINATO 
<br>DE 
<br>CUAUHTÉMOC
<br>En estos cinco siglos la figura estelar ha sido ?El Conquistador Hernán Cortés?, un mito que reafirma y fortalece directa y subliminalmente la ocupación y explotación por extranjeros de los pueblos y sus recursos naturales. El conquistador mantiene la supremacía del extranjero. En vez de ser, para los pueblos agredidos, el invasor, el asesino y el ladrón, se convierte en una figura de éxito, valor, arrojo, audacia, en el que se educan por medio de todas las formas los hijos de los invadidos. Lejos de rechazar al invasor, se convierte en un arquetipo del éxito material que todos buscan pero que, por supuesto, solo tienen los extranjeros y sus descendientes. Es una historia sin fin que se repite.

La SEP, el INAH, la UNAM, el IPN, desde luego Televisa y TV Azteca, jamás presentan la otra cara de la moneda. En el pensamiento único, solo existe una versión de la historia. La verdadera, la oficial de los poderosos en el poder.

Pero hay varias cosas que el pueblo debe saber sobre este obscuro y maligno personaje, no por ser el capitán de una banda de delincuentes que venían a robar (rescatar oro) y a realizar matanzas (pacificar). Cortés era un hombre de su tiempo. Un rapaz, dispuesto a todo para enriquecerse a costa del pillaje.
Porque hay que ser claros y precisos, se asume como algo normal y lógico la invasión. Pero está acción, hoy como ayer, es un delito y una inmoralidad. Los pueblos del Conteniente Abyanáhuac, no provocaron, amenazaron y menos agredieron a los pueblos europeos. Desde el mismo hecho de venir hasta estas tierras a robar, destruir, esclavizar, exterminar culturas, conocimientos, lenguas y espiritualidades, no puede ser aceptado mansa y dócilmente.

Pero decíamos que Cortés, si bien, fue un hombre de su tiempo, es decir del final de la Edad Oscura o Edad Media de Europa, como Pizarro, Montejo y hasta Alvarado (por sanguinario), Cortés fue un hombre con un alma oscura y una mente perversa, en síntesis, un sicópata. Su parte oscura, -como la que todos tenemos-, estaba desbordada y sin límites.

Cortés fue un mentiroso, sus escritos están plagados de mentiras, exageraciones y exclusiones. Fue un traidor por naturaleza, traicionó a todos con los que tuvo tratos, comenzando con el gobernador de Cuba, los inversionistas que patrocinaban la expedición, los hombres que le acompañaron en sus fechorías, sus aliados todos, desde los más importantes y significativos como fueron Malinche e Ixtlilxóchitl, hasta los pueblos nahuas y totonacos que se sumaron a su expedición.

Tiene un aspecto muy perverso y consistente con su personalidad, como fue el abuso y violación sistemática de todas las mujeres que estuvieron a su alcance. Desde la hermana de la prometida del gobernador de Cuba, pasando por Malinche, hasta llegar a la violación de las mujeres nobles mexicas, comenzando con la esposa y las hijas de Cuauhtémoc, dato que esconde la historia hispanista.
A la caída de Tenochtitlán, las mujeres se volvieron botín de guerra de los españoles. Los filibusteros, que no soldados, porque Cortés traía una banda de delincuentes y no un ejército. Comenzando por que en el Siglo XVI no existían los ejércitos modernos, existían los Tercios, cosa diferente. Así que estas sabandijas cazaron a las mujeres sobrevivientes, pero las mujeres de la nobleza eran botín solo de los capitanes.
Cortés torturó a Cuauhtémoc quemándole los pies con aceite hirviendo, dejándolo inválido, el tlatoani nunca más volvió a caminar. Cortés lo tenía preso en calidad de garante de una temida revuelta contra su tiranía. Así que se lo llevó a la expedición de la Hibueras a perseguir a Cristóbal de Olid, que intentaba traicionarlo y un traidor no soporta que lo traicionen.

El rey de España tenía una información contradictoria de las acciones de Cortés. Unas versiones lo elevaban a la categoría del más brillante guerrero de su tiempo, otras en cambio, lo describían de cuerpo entero. De una manera muy sabia, el rey decidió enviar en calidad de anónimo a su confesor, llamado Fray Juan de Tecto, del que sabía le iba a decir la verdad.

Tecto llegó pasando desapercibido con otros misioneros y Cortés se lo llevó a la expedición. Cuando decidió asesinar a Cuauhtémoc, Tecto se opuso y argumentó que el tlatoani era un rey, y que Cortés, por tanto, no lo podía ejecutar, y que sí lo hacía, él lo denunciaría al rey, identificándose como el confesor real. Cortés ordenó que se asesinaran a los dos.

Al regreso, Cortés notificó que Tecto se había perdido en las espesas selvas, otra versión dice que murió de enfermedad en la travesía. Para el rey fue suficiente, y ese hecho marca la caída de Cortés. El rey sabía que Cortés planeaba traicionar a la corona si no lo nombraban Virrey, Cortés pretendía convertirse en el rey de México.

El rey jamás lo recibió y finalmente lo llamaron a España y le instruyeron un Juicio de Residencia, en el que le impedían regresar al continente y escribir sobre sus ?hazañas?. En ese juicio salieron a relucir muchas de sus fechorías, fraudes, traiciones y crímenes. El más notable fue el asesinato, con sus propias manos a su esposa Catalina Suárez, a quien estranguló en su casa de Coyoacán.

Hasta que apreció la tumba de Cuauhtémoc en Ixcateopan, Guerrero, en 1949, el único héroe de lo que la historia colonial hispanista llama ?la conquista de México? (no la invasión), era Hernán Cortés. Conforme el pueblo ha ido despertando y tomando conciencia, la imagen histórica de Cuauhtémoc se ha ido iluminando.

Es necesario a cinco siglos de la invasión de revisar la historia de manera crítica y analítica. Dejando a un lado la visión hispanista y colonizadora de los que, hasta la fecha, tienen el poder. Educayotl AC. Descolonizar es dignificar. www.toltecayotl.org

28 febrero de 2021.
San Jerónimo, Yahuiche
Oaxaca



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