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La vitalidad de la lengua zapoteca en la comunidad de San Miguel Cajonos, Oaxaca Sandy Cruz Vargas CIESAS.

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En el presente trabajo se plantean e identifican algunas actitudes de los hablantes del zapoteco frente al español como una segunda lengua, de la comunidad de San Miguel Cajonos, ubicada en la Sierra Norte del estado de Oaxaca. La indagación se llevó a cabo en este lugar mediante la investigación participante, en distintos momentos y eventos diversos. En este trabajo se mostrará que la lengua zapoteca presenta una vitalidad bastante crítica, debido a las actitudes de los hablantes hacia esta.
Introducción.

La extinción de las lenguas en las comunidades originarias no es una situación reciente debido a que se ha venido dando desde tiempo atrás. Actualmente representa una situación crítica por la rapidez con la que las lenguas originarias están siendo desplazadas por la lengua dominante del país, el español. Esto resulta en una afectación considerable por factores externos e internos, de acuerdo a las circunstancias que han enfrentado sus hablantes.

Como lo señala Ángela Nonaka (2007), el peligro para el lenguaje está ocurriendo a mayor escala y a un ritmo más rápido que nunca, y remarca que una lengua está en peligro cuando sus hablantes dejan de usarla, la utilizan en un número cada vez más reducido de dominios comunicativos y dejan de transmitirla de una generación a otra. Es decir, no hay nuevos hablantes, ya sean adultos o niños.

De la misma manera, Quintero Gutiérrez (2011), sintetizando a Fishman, dice que “las actitudes influyen decisivamente en los procesos de variación y cambios lingüísticos que se producen en las comunidades del habla. Una actitud favorable o positiva hacia una lengua ajena, puede hacer que un cambio lingüístico se cumpla más rápidamente, una actitud desfavorable o negativa hacia su propia lengua puede llevar al desplazamiento y el olvido de esta, pero una actitud favorable hacia su propia lengua puede llevar a que esta se mantenga” (pág. 108). El factor negativo es el fenómeno más visible al minimizar el zapoteco de la comunidad frente al español.
Contexto

La localidad de San Miguel Cajonos, comunidad zapoteca, está situada en el estado de Oaxaca, en la región Sierra Norte o Sierra Juárez como también se le llama, y pertenece al municipio de San Francisco Cajonos. En la lengua zapoteca es denominada como Ya’ Jeje, que significa ‘cerro donde habitan las guacamayas’ por el grito que éstas emitían ¡je je je! Hay aproximadamente 200 habitantes. San Miguel Cajonos está a 1917 metros de altitud, por lo tanto el clima es templado o en ciertos periodos del año es frío, sobre todo en invierno. Las características de sus bosques es de pino y encino. Se encuentra aproximadamente a 80 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, capital del estado, que se reduce a 2 horas aproximadamente en vehículo particular. El acceso a la comunidad ha mejorado pues anteriormente se hacía aproximadamente 5 a 6 horas. Por todo esto, la gente viaja frecuentemente a la ciudad.

Los habitantes cuentan con los servicios básicos: agua potable, luz, drenaje, radio, televisión, y recientemente telefonía móvil con acceso a internet a través de una compañía privada. La mayoría de las casas son de adobe, tejamanil o madera, aunque últimamente se ha incluido el cemento y tabique en las construcciones. Debido a la migración, muchas de estas viviendas lucen vacías.

Las personas mayores cuentan con tercero o cuarto de primaria. Las personas menores de 40 años cuentan con primaria o secundaria terminada, y otros jóvenes en la actualidad han concluido el nivel medio superior (bachillerato). Quienes volvieron a la comunidad actualmente se dedican a la agricultura. Hay una cantidad aceptable de profesionistas, aproximadamente un 10% de los que emigraron. Gran parte de los adultos mayores viven de las remesas de los radicados en el país vecino.

Con las culturas mixe y chinanteca existe una relación comercial, laboral y cultural. Con los chinantecos propiamente en diversas comunidades se les ha brindado asilo y préstamo de casas para habitar, además de tierras para trabajar, aunque aún no adquieren los derechos de ciudadanía.
La situación de la lengua zapoteca en la comunidad

La población con una edad mayor a los veinticinco años aproximadamente es bilingüe. Adquirieron el zapoteco como primera lengua, pero casi en su totalidad hablan y comprenden mínimamente el español. A varios de los abuelos del pueblo en su infancia los mandaron como ayudantes en las casas de la ciudad de Oaxaca con la única finalidad de aprender el español, por ello lo entienden y lo hablan. Los hablantes del zapoteco suelen usar esta lengua en la casa, en las oficinas de la Agencia Municipal, en rituales, velorios, trabajo, y en otros espacios en donde haya más de un hablante de esta lengua para poder interactuar. En las asambleas comunitarias, sin embargo, no todos los asistentes entienden el zapoteco, por lo que en ocasiones se opta por hablar en español.

Quienes tienen una edad menor a la antes mencionada se comunican en español. En algunas familias donde los padres se comunican en zapoteco los niños entienden algunas cosas básicas, pero responden en español. Con las personas de otras comunidades la gente mayor se comunica en zapoteco, pero cuando un hablante no nos conoce nos habla en español, casi asegurando que los jóvenes ya no hablan esta lengua.

Anteriormente se daba mucho la migración hacia los Estados Unidos, mayormente en California, por lo que hoy en día los primeros que se fueron ahora son abuelos, es decir, se ha acrecentado a la tercera generación. Como consecuencia los hijos o nietos ya no tienen un acercamiento con la cultura zapoteca de los padres, aunque existen algunas excepciones. En los últimos años la migración hacia este país vecino del norte ha reducido enormemente debido a las políticas de migración que se han establecido y los jóvenes tampoco muestran interés por irse a Estados Unidos.

Las personas que emigraron a la capital del país de igual forma se quedaron a radicar por tiempo indefinido, establecieron sus propias familias, trabajo, y visitan la comunidad en festividades o en sus periodos vacacionales, a diferencia de los que radican en la ciudad de Oaxaca, quienes regresan con mayor frecuencia a la comunidad por haber mayor cercanía.

En los tres casos, algunos de los paisanos se han organizado en asociaciones civiles, y realizan periódicamente sus reuniones, con la principal finalidad de contribuir económicamente en las necesidades de la población, en la resolución de problemas o en los eventos comunitarios. Los radicados en Estados Unidos en algún momento han llegado a conformar bandas filarmónicas integrados por ellos mismos o sus hijos, lo cual demuestra el interés por transmitir algunos elementos culturales. Sin embargo, al parecer sólo una familia ha transmitido la lengua zapoteca a su hija durante su estancia en ese país, quien ha vuelto al pueblo en ocasiones hablando inglés, español y usa el zapoteco para comunicarse con sus abuelos. De las otras familias no hay evidencia de que hayan enseñado la lengua a sus hijos.

En el caso de los que radican en la ciudad de Oaxaca, de igual manera se han buscado actividades para tener el vínculo con la comunidad, como integrar una banda filarmónica que es algo muy representativo y muy valorado en las comunidades serranas. De igual forma se integraron dos grupos de danza, una folklórica y otra de danzas regionales, que se presentan en las festividades para dar mayor difusión y esplendor a los distintos eventos.

Con todo esto que comento, trato de dar a conocer las actitudes, tanto favorables como desfavorables, de la gente que ha regresado de las migraciones o aquellas que aún se encuentran fuera. Pero ahora comentaré más sobre la situación de la lengua que a diferencia de otros elementos culturales se ha desplazado y se ha minimizado, tanto que en la actualidad los niños ya dejaron de hablarla. Para ello comentaré sobre las ideologías que he observado en mi comunidad acerca de la lengua nativa.

Desde tiempo atrás, se ha dado una importancia significativa al uso del español. Los abuelos narran que para aprender el español, cuando no llegaba aun la escuela, sus padres los mandaron a la capital por periodos de entre dos o tres años, les buscaban un patrón, y ellos se volvían “mozos” (términos que ellos mismos usan para explicar el hecho), sin un salario más que hospedaje y alimentación, donde el mayor “beneficio” que tendrían era aprender el español por inmersión. Después de ese tiempo los padres iban a Oaxaca a recogerlos y regresaban a la comunidad, aunque en muchos casos por la situación de pobreza los padres o ellos mismos decidieron quedarse y poco a poco se independizaron buscando un sustento a través del comercio.

Posteriormente, llegó la escuela formal a la comunidad, entonces los niños ya no tenían que salir, pero sí los maestros prohibían que se hablara el zapoteco en las aulas. Se castigaba a quienes lo hacía, y los padres respaldaban estas decisiones. Aunque las familias seguían hablando la lengua en casa con los niños, y entre ellos seguían hablando zapoteco, fue entonces que estas generaciones comenzaron a ser bilingües.

Antes los padres impulsaban, y actualmente impulsan, a los hijos a seguir estudiando. Los mandan a la capital a realizar los estudios de secundaria y de bachillerato, ya que estos niveles educativos no existen en la comunidad. Los jóvenes fueron adoptando nuevas modas y nuevas ideologías. Muchos continuaron estudiando, mientras otros regresaron a la comunidad y formaron sus familias y son los que actualmente no transmiten la lengua a los hijos.
Factores que han contribuido al desplazamiento linguístico

Considero que todo es consecuencia de las malas experiencias tales como la discriminación, el rechazo, las burlas, el aislamiento y la desigualdad, que se tuvieron durante la adaptación hacia otra cultura, principalmente en la ciudad, donde ser indígena es sinónimo de ser pobre, sucio, sin valores y sin valor.

En mi comunidad la mayoría de la población son adultos; hay muy pocos niños, debido a que en algún periodo se aplicó la política pública de planificación familiar y ahora está dando frutos. Por la influencia de los medios de comunicación (todos en español), la televisión, los medios de transporte, y el teléfono recientemente, los niños han dejado de hablar el zapoteco. Los padres de familia son jóvenes en su mayoría y algunos han radicado algún tiempo en la ciudad o en los Estados Unidos. Por lo tanto, están más interesados en enseñar el español a los niños. Además en la escuela desde siempre han trabajado profesores que no hablan zapoteco, y por lo tanto, la enseñanza en la escuela siempre ha sido en español.

De la misma manera, para entablar comunicación con las personas hablantes del chinanteco que ahora habitan en la comunidad, los habitantes y sobre todos los niños de ambas culturas comenzaron a socializar en español como una necesidad y esto fortaleció aún más el uso de la lengua dominante para ambas culturas, lo cual no favoreció a ninguna de estas dos lenguas.

A pesar de que la lengua zapoteca goza de cierto prestigio externo entre las lenguas originarias, los hablantes aún no están conscientes de esto, por ello no se valora y no se muestra la intención de los padres sobre todo por transmitirla. Asímismo, las generaciones actuales jóvenes y los niños están adoptando algunas ideas de “modernidad” en relación a la vestimenta, la música, la alimentación y el lenguaje, y se imitan formas de vida del medio urbano. Los profesionistas, aunque saben hablar la lengua, cuando establecen comunicación con otra persona joven hablan español, tal vez por costumbre o porque ya no tienen un dominio de su lengua materna. No obstante, muchos aún se sienten orgullosos de ser hablantes, sobre todo los abuelos, que a pesar de sus experiencias no tan agradables, están orgullosos de su lengua zapoteca.

Con los datos que tengo y con lo observado en los diferentes espacios de mi comunidad, he logrado distinguir algunos parámetros en relación de la situación. Por ello, según los grados de vitalidad que propone Krauss (2007), podría ubicar la lengua zapoteca de mi comunidad en el inciso “b -” (el inciso “a” significa la vitalidad segura y el “e” señala una lengua extinta), porque es hablada por la mayoría de los padres (no todos), pero no la transmiten a sus hijos. Por lo tanto, tengo como hipótesis que mi lengua se encuentra “definitivamente en peligro de extinción”.
Consideraciones finales

Con todo esto puedo concluir que mi lengua se encuentra definitivamente en peligro, debido a que tampoco se muestra el interés por aprenderla, a excepción de dos familias que he identificado hasta el momento en donde se les habla zapoteco a los niños en casa, aunque en la escuela vuelven a hablarse en español porque todos los demás niños hablan español.

Sin embargo, a pesar del notable desplazamiento lingüístico que existe en la comunidad, y de los factores que han contribuido para este resultado, los nativos de este grupo no han perdido su identidad como originarios debido a que promueven actividades conjuntas que fortalecen la relación social entre los habitantes. De la misma manera, han involucrado a las generaciones más jóvenes que, aunque no son nativos, se les integra en estas prácticas culturales, principalmente la danza música y los tequios (trabajos conjuntos de la comunidad en las festividades), de tal forma que no pierden vínculo con el origen de sus padres y lo más importante es que lo hacen gustosamente.

Desafortunadamente, al perderse la lengua se pierden un sinfín de conocimientos y saberes de los abuelos, pero con todo lo antes expuesto, resulta satisfactorio que los habitantes que se encuentran dentro y fuera de la comunidad guardan cierta resistencia de abandonar completamente su identidad cultural.
Bibliografía

Obras citadas

Krauss, Michael. 2007. Classification and terminology for degrees of language endangerment. En Willem Fase, Koen Jaspaert y Sjaak Kroon (Eds.), Maintenance and loss of minority languages (págs. 37-54). Amsterdam/Philadelphia: John Benjamins.

Nonaka, Angela M. 2007. Emergence of an indigenous sign language and a speech/sign community in Ban Khor, Thailand. Tesis doctoral. Los Angeles, CA: University of California, Los Angeles.

Quintero Gutiérrez, José Ramón. 2011. Actitudes lingüísticas hacia el español como segunda lengua de los hablantes de cora de la comunidad de Santa Cruz de Guaybel. Memorias de las 1as Jornadas de Lenguas en Contacto, 108-116. Descargado de http://www.cucsh.uan.edu.mx/jornadas/modulos/memoria/quintero_actitudes_linguisticas.pdf.

Otras obras

Augsburger, Deborah.   2004. Language socialization and shift in an Isthmus Zapotec community of Mexico. Tesis doctoral. Philadelphia, PA : University of Pennsylvania.
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Tomado de <:
http://ichan.ciesas.edu.mx/puntos-de-encuentro/la-vitalidad-de-la-lengua-zapoteca-en-la-comunidad-de-san-miguel-cajonos-oaxaca/

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