Todas las civilizaciones del mundo antiguo, -sin ponerse de acuerdo-, todas construyeron pirámides, no se sabe la razón. La que ocupa el segundo lugar en el número de pirámides construidas es Egipto, en donde hasta ahora se han descubierto 110, pero el primer lugar lo ocupa la civilización del Anáhuac, porque solo en México, el INAH tiene abiertas al público 187 “zonas arqueológicas” y en cada una existen más de una pirámide.
Para el caso de Daany Beédxe (Monte Albán), los Viejos Abuelos trabajaron muchos siglos consecutivos desde su inicio constructivo en el año 500 a.C. hasta el de su abandono en el 850 d.C. No solo fueron 1350 años de un mega esfuerzo humano, acarreando millones de toneladas de piedra de lejanos lugares, subiéndolas 400 metros de altura y esculpiéndolas sin mentales duros. Esto se debió a la coordinación de generaciones y generaciones en un gran esfuerzo sostenido, que necesitó de un excelente sistema alimentario, un eficiente sistema de salud, un decantado sistema educativo y por supuesto, un eficaz sistema de organización entre pueblo y gobierno para llevar a cabo esta maravilla civilizatoria, que hoy es considerada “Patrim0nio Cultural de la Humanidad”.
Y este es el punto, amable lector, la necesaria reflexión sobre la relación entre gobierno y pueblo sustentada en la CONFIANZA. La organización social está directamente relacionada con la confianza que tenga el pueblo de su gobierno. Porque el “gobierno” debe representar “el bien común” más valioso de un pueblo. El gobierno debe ser del y para el pueblo, y debe servir al pueblo. La relación del gobierno con su pueblo debe estar sustentada en el AMOR y el EJEMPLO. Efectivamente, los que gobiernan deben amar a su pueblo sobre todas las cosas, porque el pueblo debe tener plena confianza que todo el poder del Estado estará enfocado a cuidar de él y de su “bien estar”. La confianza entonces es la esencia de la SEGURIDAD. El pueblo tiene seguridad, porque tiene confianza en su gobierno.
El otro elemento, en una relación “pueblo-gobierno” es el EJEMPLO. Las personas que “sirven al pueblo” deben ser el ejemplo en la práctica de los VALORES que sustentan a una sociedad. Necesariamente requieren de un “liderazgo ético”. La práctica de los VALORES inspira la CONFIANZA. La verdad, la honradez, la responsabilidad, la virtud, la mesura, la sobriedad, son valores fundamentales que deben guiar la conducta de las personas que tienen la altísima responsabilidad de gobernar por el bien común.
Esta fue la forma en la que se dieron las relaciones entre los gobernantes y los pueblos del Anáhuac. Si no hubiera sido así, no tendríamos el inconmensurable Patrimonio Cultural anahuaca. No solo en cuanto a Patrimonio Cultural Tangible, sino lo más valioso, el Patrimonio Cultural Intangible que, a pesar de los pesares, sigue vivo en los pueblos de lo que hoy llamamos México, y que espera el momento luminoso de su activación. Esta relación pueblo-gobierno nos llevó, como civilización en el periodo Clásico, a alcanzar el más alto nivel y calidad de vida, para todo el pueblo, en la historia de la humanidad, lo que representa una luz, un faro y un patrimonio.
El problema de nuestros aciagos días, es que los que gobiernan han destruido la confianza del pueblo en los tres poderes y los tres niveles de gobierno. El abuso, el latrocinio, la impunidad, el uso de las instituciones para fines personales o de grupo, sea económico o político (que no es lo mismo pero es igual). El desprecio por la vida, la seguridad y el futuro del pueblo ha llegado a niveles de la total deshumanización e insensibilidad. Se “ha abusado del abuso”, la impunidad se ha convertido en la norma, en la regla. El pueblo está totalmente indefenso y totalmente vulnerable. Los poderosos hacen de él lo que les viene en gana y nada ni nadie dice y hace nada, nadie los puede juzgar. Sea el crimen organizado, los uniformados, los gobernantes, los partidos políticos, la iniciativa privada, las grandes corporaciones extranjeras. Cómo tener confianza si cada seis años dejan más destrozado y endeudado al país. Cómo tener confianza si las elecciones son fraudulentas. Cómo tener confianza si los que deben hacer cumplir la ley se valen de ella. Cómo poder creer que se va a restaurar el Estado de Derecho, si el cumplimento de la ley perjudica a quienes están en el gobierno y quienes hacen ilegales negocios con él. Son tiempos difíciles. El desafío es re-parchar o refundar la nación.