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LA MILENARIA CULTURA NAHUA Y LA RECIENTE CULTURA MEXICA 4/4

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LA MILENARIA CULTURA NAHUA Y LA RECIENTE CULTURA MEXICA 4/4
No se debe confundir la milenaria cultura nahua, con la bicentenaria cultura mexica. Se requiere descolonizar la historia. Darles el justo lugar a los textos escritos en el siglo XVI, tomando en cuenta las razones y las circunstancias que motivaron su creación. No pueden seguirse tomando como fidedignas ?fuentes históricas?, comenzando con lo escrito por Cortés. No se puede seguir manteniendo la mentira de que los mexicas crearon el maravilloso universo de sabiduría de una de las civilizaciones más antiguas de la humanidad.

Se requiere investigar y difundir a todas las culturas ancestrales del Anáhuac, para fortalecer las identidades regionales. Durante 9500 años fuimos diversos en la unidad, podemos volver a hacerlo sin necesidad de un nacionalismo decimonónico y eurocéntrico, totalmente ajeno a la realidad y al proceso histórico de la civilización del Anáhuac. Debe recordarse que la creación de los países, fue producto de los intereses de la banca europea, que decidió cambiar el orden continental desde la caída del Imperio Romano, que pasó de los cesares a los emperadores y reyes. Los dueños de los bancos decidieron remplazar a las monarquías, y para ello, los reinos pasaron a ser repúblicas y se crearon las democracias representativas.

LA MILENARIA CULTURA NAHUA Y LA RECIENTE CULTURA MEXICA 4/4


El objetivo de los dueños del dinero fue diseñar sociedades fragmentadas, divididas y enfrentadas, para hacerlas desde sus cimientos, organizaciones humanas débiles y dependientes del poder económico. Para lograr este objetivo crearon una casta de parásitos llamados políticos, así como a los partidos políticos, para que el interés común y el bienestar de las naciones estuviera a expensas del poder económico. Se creo una débil democracia representativa de aisladas repúblicas, que se enfrentan a una poderosa dictadura del Mercado trasnacional.

El Estado mexicano debe devolverle al pueblo, la memoria histórica y la identidad cultural ancestral que le ha secuestrado estos dos últimos siglos. Se requiere replantear el país de acuerdo a su realidad histórica y cultural. Como lo ha hecho China e India, en la conformación de su nueva realidad. Se necesita poner por delante la realidad cultural de lo que hemos sido, lo que somos y deseamos ser, como civilización, no como país creado apenas hace dos siglos, por un puñado de peninsulares y criollos, que pretendían ser independientes de la corona española, pero manteniendo la estructura económica, política, cultural y social de la Colonia.

Se requiere investigar, analizar y revalorar la concepción de la Vida, el ser humano, la familia, la comunidad, el bienestar, la plenitud y la armonía, desde la perspectiva de conocimiento que crearon nuestros ancestros hace miles de años. Necesitamos repensarnos desde nuestros propios orígenes, desde nuestra propia experiencia civilizatoria, desde nuestra sabiduría y experiencia para alimentarnos, mantener la salud, educarnos y organizarnos. Esos conocimientos no se han perdidos, lo que les sucede es que están encubiertos o se mantienen marginados esperando que despertemos a la conciencia de ser nuevamente nosotros mismos. Todo esto de la mano de la ciencia y la tecnología. No se trata de hacer un museo del país o ir a habitar los Tollan. La tradición y la modernidad, desde esta perspectiva no están separadas.

Podemos y debemos volver a la unidad en la diversidad. Tomar de cada cultura ancestral los elementos culturales que nos puedan servir para reactivar una forma de vida en armonía entre nosotros mismos, los demás seres vivos y los demás pueblos del mundo. Se requiere que nosotros mismos hagamos las investigaciones y estudios sobre nuestras culturas Madre, en la que no se excluya a ninguna, ni se proyecte una sobre todas las demás, porque somos uno solo en la diversidad. Es decir, la matriz de sabiduría es la misma en todos los pueblos ancestrales, solo que enriquecida en la diversidad de sus maravillosas expresiones particulares.

Requerimos volver a tener una conciencia civilizatoria que nos una y fortalezca en nuestra prodiga diversidad. Fortalecer las lenguas de las culturas y volver a usar la lengua náhuatl, no solo como lengua franca, sino como una lengua baluarte de nuestra milenaria civilización, que atesora la sabiduría de nuestra más primigenia sabiduría depositada en el banco genético. Una tarea inaplazable que no es imposible, especialmente porque el desafío recae en la niñez, el docente y el aula.

En doce años escolares, es posible recuperar esta riqueza que está depositada en nosotros mismos. No es una fantasía o una ilusión, la experiencia que se ha tenido con los niños en el salón de clases, con la milenaria matriz de cálculo llamado Nepohualzinzin, es asombrosa. Nos demuestra que, en los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos, está depositada una semilla que espera de generación en generación, ese elixir de conciencia para brotar y crecer, como las semillas de las flores del desierto, que pueden esperar 10 o 20 años una lluvia para florecer luminosas y espectaculares en sus diseños y colores.

La milenaria cultura nahua debe de salir del calabozo de la injusticia neocolonial, en la que ha vivido estos dos siglos. Debe volver a ocupar el lugar que le corresponde en el concierto multicultural de nuestra civilización Madre, al igual que las demás lenguas, especialmente entre los niños que se educan en sus regiones, no importando si son anahuacas, mestizos o extranjeros, la sabiduría ancestral tiene un carácter telúrico y sale de las entrañas de nuestra querida Madre Tonantzin, y es la que nos nutre y forma espiritualmente a todos sus hijos. Porque ?ser anahuaca?, no es cuestión de fenotipos, o lenguas, o de usos y costumbres, es algo más profundo es entrañable, es energético, es la frecuencia vibracional de nuestro ser.

Estamos viviendo los primeros estertores de muerte de la bestia. La modernidad y la civilización de muerte, que lleva en sus pestilentes entrañas, la explotación, la deshumanización, la depredación, el culto al dinero, el consumo, el individualismo, la degradación humana, está llegado a su fin. Nada es para siempre. Los abuelos sabían que todos son ciclos. Está iniciado el final de un ciclo y está iniciando el principio de otro. Tenemos que tener conciencia de lo que está sucediendo y de lo que está por venir. Debemos estar preparado para enfrentar los tremendos desafíos que nos ha tocado vivir. Necesitamos educar a nuestros hijos en la responsabilidad de mantener la Vida y la sabiduría perene.

Esta sabiduría ha vivido por milenios en nuestro banco genético de información cultural. En estos cinco siglos hemos adquirido mucho conocimiento y hemos creado otros, para resistir. Debemos de tener conciencia que, no somos los conquistados, sino los resistentes, los poderosamente resistentes. Hemos vencido en el tiempo. Aquí estamos, no hemos desaparecido, nuestro corazón late al ritmo de los ayoyotes y los huéhuetl. El tronco de nuestra ancestral civilización florece de nuevo, porque la raíz jamás murió. El espíritu de nuestros ancestros nos acompaña elevándose hacia el cielo, con el copal que les seguimos quemando.
Educayotl AC.





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